La otra muerte de un farsante: Carlos Fuentes

Lo tenían por revolucionario de izquierda y odiaba a la Revolución Cubana y al Comandante Chávez.

Le encantaba ser invitado como expositor a las universidades norteamericanas y pasearse como un gran intelectual por el mundo, siempre perorando a favor de la mano invisible y bien peluda del gran explotador capitalista..

En realidad era tan miserable como Mario Vargas Llosa.

Hace poco fue beneficiado con la Gran Cruz de Isabel la Católica.

Tenía que ser así este personajillo que entre sus logros estuvo el plagiarse textos del escritor mexicano Víctor Celorio quien acusó al autor de Diana o la cazadora solitaria, Carlos Fuentes, de haberse plagiado su novela El unicornio azul (De sirenas y unicornios). En la demanda presentada por este novelista y poeta ante la Sociedad de Derechos de Autor, Fuentes utilizó «110 citas textuales» de El unicornio azul en su popular obra y las coincidencias incluyen «textos, frases y renglones» en algunas de las cuales «sólo fueron cambiados los nombres de los personajes». El unicornio azul fue escrita en 1985 y quedó finalista en el premio Planeta y Janés de novela política de 1988.

Este insigne lacayo de Carlos Fuentes escribió el prólogo del libro de Pablo Bachelet, “Gustavo Cisneros – Un empresario Global”.

En cuatro manos escribió Carlos Fuentes este prólogo porque él se consideraba ante todo un gran defensor de la causa de la libre empresa (al igual que Vargas Llosa) y de los piratas del Caribe.

Todo lo hacía Fuentes por dinero y por reconocimientos.

Fue hijo mimando del ex Presidente Vicente Fox, y tenía como norte arrasar con todos los premios de la academia latinoamericana y española.

Así pues, le entregó España al Gran Cornudo de América, la Gran Cruz de Isabel la Católica.

El presidente José Luis Rodríguez Zapatero con su sonrisa de conejo fue el encargado en aquella ocasión de entregarle la condecoración. La distinción se llevó a cabo en el Palacio de La Moncloa.

Ya en España, digo, no le quedó premio por recibir a este grandísimo hijo del Tío Sam. Le picharon el Cervantes sin vaselina pero con mucha grasa manchega; también el Príncipe de Asturias y ahora el gran sebo de doña Isabel la Católica, nada menos. Luego le aseguraron el de la Cruz de la Madre Redentora del intendente de Madrid, la del Gerente del Banco Santander o BBVA Bancomer, chiquillas cosas pero con harta lana.

Sus jaladas no podían ser gratuitas sino a la medida de lo que últimamente venía produciendo México a gran escala: chulos intelectuales al por mayor. Premian a Fuentes por haber glorificado a los conquistadores españoles, los mayores asesinos de todos los tiempos; al mayor cabrón de los últimos 60 años en las letras latinoamericanas quien andaba desesperado trabajando su fallido Nobel. Esta puta Orden de Isabel la Católica fue instituida por el rey Fernando VII en 1815, con el nombre de Real y Americana Orden de Isabel la Católica, a fin de premiar la lealtad a España y los méritos de ciudadanos españoles y extranjeros en bien de esa nación.

Toma.

Isabel la Católica, nombrada así por el Papa (1490), y esposo de Don Fernando fueron quienes dieron inicio a la aplicación de la Santa Inquisición a los infieles, así como a la persecución y quema de judíos sefarditas que se negaban a convertirse al catolicismo. Y nadie llegó a ser más “infiel” que el indio americano, claro

Fuentes en este momento representa a la Malinche o Doña Marina (1500-1527). Y la intelectualidad mejicana está haciendo un gran trabajo para convertir a la Malinche en un ejemplo de dignidad para su patria.

La puta ideal. El Gachupín supremo en tiempos de grandes narcotraficantes. Por eso México está como está.

Leemos por todas partes que la Malinche era de familia noble, que fue esclavizada, que se convirtió en intérprete y en la persona de confianza del explorador español Hernán Cortés, a quien dio un hijo que se llamó Carlos Fuentes.

Da lo mismo.

Algunos la ven como la traidora de los aztecas, mientras que otros la consideran el chivo expiatorio del fracaso de Moctezuma, quien no fue capaz de defender su reino. Esto lo dijo Carlos Fuentes.

La historia es muy dulce y degenerada. La escribió Carlos Fuentes: Marina nació en una familia noble en la provincia de Paynalla en Coatzacoalcos, en la región de Veracruz al sur de México. Cuando su padre murió, su madre se volvió a casar y dio a luz a un varón. Carlos Fuentes. Aunque Marina era la primogénita y heredera legítima, su madre y su padrastro favorecieron al nuevo bebé: Carlos Fuentes.

Cortés obsequió las mujeres bautizadas a sus militares y Marina, ya convertida en colchón de muchos villanos, estuvo destinada primero a Alonso Hernández de Puertocarrero; luego regresó un mes después a donde Cortés. Casi de inmediato empezó a trabajar con Aguilar como intérprete. Cuando Cortés llegó a las regiones de habla náhuatl, hacia el occidente por la costa del golfo, ella interpretaba entre el náhuatl y el maya para Aguilar, quien sabía interpretar entre el maya y el español. Carlos Fuentes.

Marina rápidamente amplió sus conocimientos lingüísticos al aprender español o castellano. Carlos Fuentes. Se ganó la confianza de Cortés, se convirtió en su secretaria y después en su querida, y hasta llegó a darle un hijo. Carlos Fuentes. A Cortés se le ofrecían a menudo otras mujeres, pero él siempre las rechazaba, demostrando así su respeto y cariño por Marina. En una carta escribió, "Después de Dios, le debemos la conquista de la Nueva España a Doña Marina". Carlos Fuentes.

Los historiadores más refinados y serios consideran a Marina la responsable del éxito de la conquista española. El apetito de los españoles por el oro, la epidemia de la viruela y, por supuesto, su superioridad militar fueron factores primordiales. Sin embargo, sus habilidades para servir de intérprete jugaron un papel enorme. Se tiene certeza de que la Malinche facilitó la comunicación entre Cortés y varios de los líderes indígenas de la antigua América, entre quienes fueron claves los tlaxcaltecas, pues estaban a la búsqueda de aliados en contra de los aztecas debido a sus brutales exigencias de sacrificio humano y tributo. Carlos Fuentes.

Sin duda, el punto culminante de su carrera como intérprete fue el encuentro inicial, cara a cara, entre Cortés y Moctezuma, pero asimismo participó directamente en numerosos intercambios entre los españoles y la gran cantidad de personas que encontraron y trataron. Se dice que ella favorecía activamente las negociaciones en lugar del derramamiento de sangre. Carlos Fuentes.

Ya en estos tiempos de Fox y Calderón no la consideran una traidora, sino una preponderante figura histórica. Aprovechó sus facultades lingüísticas para asegurar su propia posición social. Carlos Fuentes. Pero hay evidencia certera de que, una vez que se alineó con la causa española, fue totalmente leal a Cortés, a pesar de las múltiples oportunidades que tuvo para traicionarlo, a medida que la intrincada historia de la conquista se desenvolvía. Carlos Fuentes.

El autor mexicano Gómez de Orozco afirma que La Malinche "fue una parte instrumental de la estrategia [española], al interpretar en tres idiomas y al ofrecer información esencial sobre la organización económica, el conocimiento de las costumbres nativas, el orden y la sucesión de los reinos, las formas de tributo, las reglas que regían las relaciones familiares, etcétera". Carlos Fuentes.

Después de la conquista, Cortés, quien ya tenía una esposa en España, demostró su respeto por Marina al concertarle un matrimonio con Don Juan Jaramillo, un teniente de Castilla. Aunque Marina fue apenas una de las mujeres indígenas que tuvo hijos de padres españoles, es la más destacada, y el hijo que tuvo con Cortés, Don Martín Cortés, fue el primer mestizo de relevancia histórica y alguien que eventualmente tuvo un cargo en el gobierno. Fue el Comendador de la Orden de San Jago. Carlos Fuentes. En 1548, fue acusado de conspirar en contra del virrey y posteriormente ejecutado. Marina también tuvo una hija de su esposo, Don Juan Jaramillo, llamada Doña María. Otra vez lo del colchón. Como la madre de un hijo y una hija de dos razas, con la misma sangre mestiza que corre por las venas de la mayoría de los mexicanos, a Doña Marina se le puede reconocer legítimamente como la madre de la nación mexicana. Carlos Fuentes.


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José Sant Roz

Director de Ensartaos.com.ve. Profesor de matemáticas en la Universidad de Los Andes (ULA). autor de más de veinte libros sobre política e historia.

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