La marcha bélica de Europa hacia el Cáucaso

Traducción desde el inglés por Sergio R. Anacona

Strategic Culture Foundation

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La Unión Europea continúa sus esfuerzos por expandir su influencia en los territorios pos-soviéticos incluyendo el Cáucaso Sur. Entre el 29 y 30 de septiembre pasado Varsovia celebró la cumbre “Asociación de Países de la Europa Oriental” cuya agenda incluye junto a Ucrania, Bielorrusia, Moldova, también a Georgia, Armenia y Azerbaiyán. Los días 6 y 7 del corriente el presidente francés Nicolás Sarkozy es esperado de visita en Yerevan, Baku y Tbilisi y existe un gran entusiasmo por su visita.

Por su parte Polonia y Suecia con asistencia norteamericana dieron inicio al programa de la Asociación Oriental. El Ministro de Relaciones Exteriores de Suecia, Karl Bildt señaló que esta asociación como un componente de la integración europea era una expresión vívida de solidaridad y la evidencia que la Unión Europea asume compromisos de largo alcance tratándose de los países del Cáucaso Sur. De acuerdo con este funcionario, el programa coloca a los “socios orientales” en la prioridad máxima de la agenda de la Unión Europea.

Las recientes e intensas actividades diplomáticas de Nicolás Sarkozy, quien confirmó su reputación de activista pro-norteamericano en Libia, demostró que después del Medio Oriente, para Estados Unidos y sus aliados están seriamente considerando la división de los territorios pos-soviéticos. Las tareas que Sarkozy llevará a cabo durante su viaje a través del Cáucaso, son interpretados principalmente como anti-rusas….

Los preparativos para la cumbre de la Asociación Oriental en Varsovia coincidieron con la intensificación de las actividades de las agencias europeas apuntando hacia la resolución de los conflictos, en particular el de Nagorno-Karabaj. A consecuencia de la competencia tras bastidores entre los círculos políticos europeos, Philippe Lefort fue designado como el Representante Europeo Especial para el Cáucaso Sur y la Crisis de Georgia. Durante el lapso 2004-2007 Lefort fue el embajador francés en Georgia y luego presidió el Departamento de Europa Continental en el Ministerio de Relaciones Exteriores de Francia. El nuevo representante, buen conocedor de la situación (incluyendo los episodios más sensibles de la política regional) comenzó a trabajar duro visitando Baku, Yerevan, Tbilisi y Moscú. Además del conflicto de Nagorno-Karabaj P.Lefort se ocupa de la situación interna de los países que colindan con Georgia, las repúblicas de Abjazia y Osetia del Sur.

De acuerdo con informes recientes, Nicolás Sarkozy podría reemplazar a Dmitri Medvédev como mediador en el grupo de Minsk de la Organización para la Seguridad y Cooperación en Europa, OSCE. La razón que se aduce es la falta de resultados de la reunión de Kazán. A comienzos de septiembre, la empresa Total de Francia anunció que el campo de Asheron en el sector de Azeri del Mar Caspio podría contener grandes reservas de gas natural y condensados. Si esta información se confirma, aumentarán las posibilidades para el proyecto Nabuco de gasoducto. Como vemos, la intención de París de convertirse en un factor influyente en el Cáucaso, sería confirmada por los eventos recientes en el ámbito de la diplomacia y también en el sector energético.

Actualmente los diplomáticos europeos están trabajando para elevar las expectativas. Por ejemplo, anuncian que Yerevan y Bruselas firmarán pronto un acuerdo para simplificar los trámites de visa y establecer una zona de libre comercio. Esto implica que una asociación más estrecha con la Unión Europea haría que Armenia fuera económicamente más independiente de Rusia.

La Unión Europea está presionando al gobierno de Armenia y a la oposición para que dialoguen. Los expertos afirman que en semejante “diálogo” cuando ambas partes escuchan con atención los argumentos de los socios occidentales, debería también contribuir a debilitar la influencia rusa sobre Armenia.

Con vista a la cumbre de la Asociación de Países de la Europa Oriental, los representantes Azeri de las organizaciones no gubernamentales, han preparado algunas propuestas en torno al desarrollo de la sociedad civil. Las ONG de Armenia y Georgia también aspiran al apoyo occidental en sus diálogos con los gobiernos nacionales. Sin embargo, sería ingenuo creer que los protectores políticos occidentales actúan en el Cáucaso exclusivamente por los intereses de las naciones de la región.

Los últimos 20 años han demostrado que la reclamación occidental sobre los territorios pos-soviéticos han sido acompañadas por la degradación social y económica de esos países, exceptuando si la prosperidad de ciertos grupos elitescos.

Las iniciativas europeas y norteamericanas persiguen ciertas ganancias. El jefe del Centro de Estudios Europeos de la Universidad Estadal de Yerevan, Arthur Kazynian, señala el hecho que solo en el mes de mayo pasado, altos funcionarios de la Unión Europea han hecho 5 o 6 visitas a Armenia, primero que nada –dice él—“todo esto sucede porque oficialmente la Unión Europea incluyó el programa del Corredor del Sur entre sus planes.

El proyecto del Corredor del Sur vislumbra la creación de una nueva vía de transporte terrestre entre el Oriente y el Occidente. Resultó que las vías de transporte terrestre de Rusia y Ucrania no son confiables y la Unión Europea piensa cómo diversificar el sector energético. La ruta por el Cáucaso Sur se considera como óptima.”

Los intereses europeos en la región siempre han estado vinculados a la denominada “seguridad energética” , a los oleoductos “alternativos” y los corredores son considerados como una herramienta para hamper la integración de los estados pos-soviéticos. Occidente no solo busca expandir su influencia política en los territorios pos-soviéticos sino también obtener el control sobre todo proyecto económico significativo en los países de la antigua Unión Soviética.

Esta expansión se está desplazando en varias direcciones: los proyectos políticos de Estados Unidos y sus aliados son apoyados por la maquinaria militar de la OTAN. Los líderes porfiados o sencillamente aquellos que no aciertan a darse cuenta cómo son las cosas, se les sugiere el destino de Slobodan Milosevic, Saddam Husseis, Hosni Mubarak, Muammar Gadafi…. Haciendo pocos esfuerzos el Occidente gana nuevas posiciones en regiones estratégicamente importantes que a su vez se convierten en baluarte para futuras expansiones. “Futuras” significa Rusia, pero primero que todo, Irán que inevitablemente es el siguiente en la lista después de Libia y Siria.

El lago Urmia que separa el oriente de Irán del occidente de Azerbaiyán –que se está secando—se está empleando como una excusa para protestas masivas por parte del pueblo azerí. Estas protestas están siendo presentadas como si fueran un movimiento nacional que está exigiendo un cambio de poder en Irán.

En todo caso cualquier acción amerita una acción en contra. Al tratar de ganar control sobre regiones profundas de Eurasia, el Occidente Euro-Atlántico inevitablemente se encontrará con la resistencia de Rusia y otros países que están empezando a proteger sus intereses de manera más enérgica y resuelta en la arena política global.


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