Abriendo caminos

La gran lección de Libia

¡Mucho Petróleo! ¡ Mucha Agua¡ y mucho bienestar social. Claro, como no se iba a incomodar el imperialismo, que no es solo el de los Estados Unidos de Norteamérica, si su opulencia depende de la miseria de los demás, o de otras naciones.

Allí están también castigando a Libia por su éxito social, Francia y la pérfida Albión, rememorando sus viejas “glorias” de asesinos y explotadores de aborígenes de otras tierras. Pero también, como para no quedarse atrás, y por si alcanzaban a reeditar el viejo colonialismo para la dominación y el saqueo de los colonizados, se ofrecieron también para intervenir en la cayapa contra la nación Libia, la orgullosa España, Holanda, Grecia; Italia ¡y que desgracia,! hasta Qatar y otras naciones árabes hermanas, hijas también de Ismael, hijo del patriarca Abraham, se sumaron a cooperar con el imperio en su festín petrolero.

Que sorpresa se van a llevar todos esos depredadores de la humanidad; ya se creen hasta dueños del petróleo de Libia y acaban de llevarse el primer cargamento. Van desesperadamente apurados, antes que se lo targuen las arenas del desierto. Todo se les vendrá abajo a los imperialistas que pretenden repartirse el botín que le han arrebatado a Libia; pues, más ruidosos van a ser sus lamentos que el estruendo de las bombas de su cobardía.

Privar a Libia del uso de sus armas defensivas antes de atacarla, es como pegarle a un contendor maniatado y con los ojos vendados. ¡Que ventajistas y cobardes! Libia no tiene tantas armas; pero las fuerzas naturales intervendrán a tiempo con sus cuatro elementos, contra los invasores.

Estén atentos todos los pueblos y naciones de la Tierra, para que no se asombren por la repetición de aquella historia que le dio la victoria al pequeño David, contra el gigante Goliat. Que intentaba destruirle su pueblo

Esa será una lección inolvidable para el último imperio, que se encuentra ahora mismo, sacudido por los estertores de la muerte, por que su fin está cercano; para que puedan vivir tranquilas las naciones bajo la perfección de la convivencia social, basada en los principios universales de la libertad, la justicia, la unidad y el progreso verdadero, entendido únicamente, como el progreso común. ¡VIVA LIBIA!

escribano07@gmail.com


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Virgilio Jimenez


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