La Humanidad

Cuando se debate en el mundo, sobre que pasará con la humanidad en esta desenfrenada carrera por el poder y la dominación de los espacios, la destrucción de las ciudades, los bosques las sabanas sin impórtales sus habitantes, hay que renacer, hay que profundizar en la espiritualidad del ser humano. Que encrucijada más dura y terrible en la que el mundo se debate, comenzaremos por deslástranos de ese espíritu egoísta, donde se acrecienta el individualismo, el yo por encima de todos los yo, careciendo de un valor elemental, ausencia de sentimientos, de tristeza, de alegría, el no sentir el agobiante dolor del más terrible catástrofe como la muerte, la enfermedad, en no acercarse de una forma visible a ese abismo, ruta la cual el hombre debe transitar en su debatir.

El espíritu egoísta presente en nuestra sociedad, estos seres se sumergen en líquidos, en los vapores que les da la opulencia y el poder, que despierta otros sentimientos escondidos en ese cuerpo, como son racismo, odio. Lo podemos observar en aquellos cuerpos hermosos de lindas mujeres pero crueles espiritualmente, insensibles como las piedras. Tal vez las piedras tenga más razón de estar, porque pueden hacer los caminos, forman parte de nuestra tierra.

A donde nos llevará el egoísmo, donde podemos dejarlo, tirarlo al foso, olvidarnos de que existe, y de verdad convertirnos, en fraternales, solidarios, en seres que podamos reconocer los sufrimientos de los demás, que existe solidaridad, que no estamos solos en el camino de la vida, y decir al final no soy egoísta.

El amor, el hombre ha ido perdiendo el sentimiento más hermoso, el amor, el amor por la vida, el amor por el más necesitado, el amor por la naturaleza, por las cosas más sencillas, por cualquier razón que signifique ese profundo sentimiento, que hasta los más crueles llevan en su sangre, de donde brota ese sentimiento, difícil de explicar en la mayoría de las oportunidades un sentimiento que es especial para el ser humano, porque lo llena de alegría casi infinita, lo eleva a lo alto a las estrellas, sueña con ellas, las toca, pero también lo deja caer a las profundidades del abatimiento, a la soledad , otra compañera muy de moda en estos tiempos, la tristeza, que se cuelga de nosotros para derrumbarnos como las trepadoras que se trepan a las ramas del viejo árbol para atraparlo y poco a poco lo va cubriéndolo asfixiándolo, y luego muere por el peso de la tristeza, que derrumba sus ramas que en un tiempo fueron sus alas, que les dio la ilusión de volar así, dejemos la tristeza y la derrotaremos con nuestro pensamiento, con nuestra alma la alegría.

Hay otra razón para vivir, despojarnos del odio, porque odiar no es necesario, nuestra alma se sentirá liviana más que una nube cuando no alberguemos ese sentimiento de odio. Es terrible, es como el acidó que nos va corroyendo todo nuestro interior sin dejar nada, pero hoy cuando un ser se debate en su encrucijada que la vida le tendió, parece mentira quien podría creer esto, pero somos seres humanos, de carne y hueso no superdotados.

Yo les pido aquellos cuyos sentimientos parecen hechos de piedra que reflexionen, la rueda de la vida no se detiene, sigue su curso y tarde o temprano esa rueda se detendrá para cada uno de nosotros, sin avisarnos, y ese día, nos despediremos con una lagrima de este espacio, y ya los pies no pisaran más el suelo transitado todo una vida, los ojos que vieron esta luz ya no necesitarán de ella, habrá una luz eterna. No existirá egoísmo, odio, tristeza, la dejamos en la tierra, que bella te ves mi gente, las quiero por siempre, no las olvidare se los prometo.

Humanidad, que humanidad mis hermanos palestinos, mis hermanos que mueren de hambre en África, mujeres, niños y ancianos, hagamos algo, una colecta para estos seres que sufren hoy, así está el mundo hoy, niños muriendo poco a poco en las dunas y tierras resecas por la sequía producto de lo que se nos avecina lentamente, el cambio del clima en nuestro planeta hagamos algo por esas almas que se van quedando en los caminos polvorientos de nuestra hermana África , es la humanidad, millones para masacrar a los pueblos de Libia, Afganistán, Irak donde a diario, masacrarán a los inocentes , millones para matar, millones para asesinar, necesitamos comida para mis hermanos de África, que se mueren dios mío, ala, escucha el llanto desgarrador de un pueblo que se muere hagamos algo juntemos una lata de sardina, un atún, somos alrededor de 26 millones, una sardina por cada uno serán 26 millones de sardinas, para algo puede servir, demostremos nuestra solidaridad internacional, ellos, los imperialistas, ponen las bombas, las armas para matar, pongamos nosotros nuestros corazones para la vida, una sardina para mis hermanos, que humanidad.

sflores@ivic.gob.ve


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Saúl Flores


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