Pánico en Washington

Las reacciones del gobierno de los Estados Unidos, por boca de sus principales voceros en materia de política internacional y de seguridad, Barak Obama, Hillary Rhodas Clinton y Robert Gate, demuestran a las claras que el gobierno más poderosos del planeta, con las fuerzas de inteligencia más numerosas y tecnológicamente más sofisticadas, no fueron capaces de preveer el estallido social y político que hoy tiene colmada las calles de El Cairo, Alejandría y Suez y otras principales ciudades egipcias de miles de manifestantes que, desafiando la brutalidad policial, la intimidación militar y los halagos del espía Omar Suleiman, claman por la salida del anciano y enfermo presidente Hosni Mubarak y el inicio de una nueva etapa de Paz, Democracia y Justicia Social en el país mas poblado del mundo árabe.

Y es que solo así puede calificarse las ambivalencias, imprecisiones y contradicciones en que estos voceros del gobierno usamericano han tenido en la ultima semana de la crisis egipcia, que iniciaron con un silencio cómplice el el 25 de enero, “Día de la Ira”, siguiendo con un intervencionista llamado a la “tranquilidad y al dialogo” con el presidente Mubarak, la cual continuaron exhortando a una “transición democrática y pacífica” apoyando el nombramiento del espía general Omar Suleiman en la Vicepresidencia y un nuevo Consejo de Ministros, sin excluir a Mubarak y, finalmente, el reciente anuncio de la posible revisión de la billonaria ayuda militar al poderoso ejército egipcio y la consideración el día de hoy, del Premio Nobel y exsdirector de la Agencia Internacional de Energía Atómica, AIEA, Muhamad Al Baradei, como factor que pudiera jugar un papel “positivo” en la superación de la actual crisis.

Sin embargo, lo que retrata el grado de PANICO y la AUSENCIA DE CONTROL en los acontecimientos egipcios por parte del gobierno imperialista norteamericano, es sin duda, la decisión de la Secretaria de Estado de los Estados Unidos, Hillary Rhodas Clinton, de convocar de URGENCIA, a todos los Jefes de Misiones en todo el planeta, con el fin , se examinar la situación política global, en el marco de los posibles escenarios que se pudieran presentar como consecuencia del derrocamiento de Hosni Mubarak y su reemplazo por fuerzas fuera del control imperial y, especialmente, con posiciones arabistas, en las que confluyan el islamismo militante con el subyacente nasserismo nacionalista, aún presente en el imaginario colectivo del pueblo egipcio.

No debe sorprender tan inusual convocatoria de Jefes de Misiones a reunirse con la jefa de la diplomacia usamericana, por cuanto los hechos que se encuentran “en pleno desarrollo, frase emblemática del programa de Telesur, Dossier, de Walter Martínez, pueden significar un cambio geopolítico solo comparable con la caída del Muro de Berlín y el proceso de disolución del llamado Campo Socialista y su centro neurálgico, la Unión Soviética, toda vez que el gobierno "mubarakista" de la República Árabe de Egipto, ha sido, en los últimos 40 años, el guardián fiel de los juegos geopolíticos del imperialismo usamericano en el Medio Oriente, los cuales influyeron en el aumento del control de Palestina por parte del ente sionista israelí, la determinación de la Segunda Guerra contra la República de Irak (2003), la derrota militar de las organizaciones islamistas en el Medio Oriente y, base de la seguridad de los ricos Estados petrolíferos
del Medio Oriente, incluyendo, especialmente, a Arabia Saudita.

El imperio ha entrado en Pánico!, porque comprende hoy que el movimiento social y político contra el régimen de Mubarak debe tener, inevitablemente, un signo antiisraelí y antinorteamericano, que acerque a Egipto al eje árabe-islamista que vienen construyendo Turquía, Siria e Irán, luego de la crisis creada por la Masacre de la Flotilla a Gaza, lo cual haría insostenible la permanencia, a mediano plazo, de las tropas invasores norteamericanas de la República de Irak, el reconocimiento pleno del Estado de Palestina y el retiro israelí de los territorios árabes ocupados, incluyendo las Alturas del Golán y la franja al sur del río Litani en el Líbano, lo que le quitaría a esa entidad imperialista incrustada en el corazón del Medio Oriente, todo valor estratégico para el imperialismo, al perder su capacidad para influir en los acontecimientos de la región.

Pero, especialmente, la crisis de Egipto debe suponer para el gobierno imperialista de los Estados Unidos, una pérdida de parte importante del control absoluto que hoy tienen sobre los ricos pozos petroleros de Arabia Saudita, Kuwait y los Emiratos Árabes Unidos y, por ende, de los precios del petroleo, por cuanto las feudales monarquías que se encuentran al frente de tales territorios, tendrán que establecer nuevas alianzas en el marco del complejo mosaico político que debe sobrevenir a los cambios en la República Árabe de Egipto, con el fin preservar su dominio sobre tal riqueza y población. Anochecerá y veremos”.

yoelpmarcano@yahoo.com


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Yoel Pérez Marcano


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