Pakistán en el corazón musulmán

Millones de hermanos pakistaníes pasan hambre en estos días cuando los musulmanes celebramos el Mes de Ramadán del año 1431 en el calendario islámico. Las inundaciones de los últimos dos meses han devastado regiones y ciudades como Charsada, Nowshera y Peshawar. Miles de personas han muerto, cinco millones han quedado sin hogar y los damnificados superan los 20 millones. Las tierras de cultivo quedaron dañadas y aumentan la pobreza y el dolor.

Las comunidades islámicas en varios países se movilizan con ayuda económica hacia la patria de Abu Al’Ala Al-Maududi, fundador de la Asociación Islámica de Pakistán. Fuentes gubernamentales consideran que la nación asiática necesitará por lo menos tres años para recuperarse de la actual catástrofe. La Organización de Naciones Unidas envía ayuda y solicita a la comunidad internacional prestar auxilio al pueblo pakistaní.

Los opositores al gobierno de Asif Ali Zardan denuncian la falta de sistemas de alerta y políticas preventivas en un país donde la corrupción y la prepotencia de las autoridades se opone al Islam y se muestra complaciente ante Occidente, especialmente hacia los gobiernos y capitalistas británicos y estadounidenses. El actual mandatario, quien fue esposo de Benazir Bhutto, asesinada en diciembre de 2007, ha sido acusado y condenado por corrupción y chantaje, en varias ocasiones, desde 1990.

El país en manos de empresarios deshonestos no puede avanzar cultural, económica, espiritual, moral ni socialmente. Al olvidarse de los principios básicos del Islam, las autoridades de Pakistán han llevado a la frustración a millones de sus habitantes. El gobierno quiere complacer a Obama y al Pentágono, a David Cmeron, primer ministro británico y a la Bolsa de Valores de Londres. Teme a Occidente y al gran capital, olvidando que los musulmanes, sólo deben temer y adorar a Allah, el Único Dios.

Grandes líderes políticos y religiosos ha tenido Pakistán a lo largo de su historia. Mohammed Alí Jinah, considerado el Padre de la Nación, revitalizó la Liga Musulmana como partido político, antes del surgimiento de Pakistán, cuando los musulmanes en la India discutían acerca de conquistar y consolidar un Estado islámico. Alí Jinah, conocido también como Baba-e-Qaum se desplazaba por las provincias de Assam, Baluchistán, Bengala, Punjab y Sind. Defendía el Islam y también los derechos de otros credos religiosos para lograr una convivencia armónica.

Abdul Sattar Hedí, religioso musulmán pakistaní, considerado un místico, legó un ejemplo generoso de opción por los pobres en Karachi. Construyó hogares para discapacitados, atendió con amor fraternal a huérfanos, ancianos y mujeres violadas. Abdul se aferró con pasión al Islam y lo defendió con heroísmo, brindando un testimonio que es recordado en el Pakistán devastado de hoy.

El zakat de muchas comunidades en el mundo, estará destinado a Pakistán. Zakat, uno de los pilares básicos del Islam, es una contribución obligatoria y solidaria que los musulmanes entregan durante el mes de Ramadán para que sea repartido entre los más pobres. Este año de 1431, en el calendario islámico, inshAllah, la familia musulmana (Umma) se solidarizará con nuestros hermanos pakistaníes. “Estableced el salat (oración) y entregad el zakat (contribución); y todo el bien que adelantéis en beneficio de vuestras almas, lo encontraréis junto a Allah ; es verdad que Allah ve lo que hacéis”, dice el Creador en El Corán (Sura de la Vaca, aleya número 110).

Pakistán ha brindado su solidaridad en otros tiempos a miles de hermanos afganos desplazados por la guerra de los años 80 del pasado siglo XX. En Peshawar y en varios municipios de la frontera noroeste, los afganos encontraron amistad, afecto y ayuda de los pakistaníes. Vivieron como hermanos, mientras los imperios británico y estadounidense, convertían esa zona en un espacio de contrabando de armas y drogas.

Narcotráfico y terrorismo, dos problemas mundiales, auspiciados en gran parte por Estados Unidos y la Gran Bretaña, son utilizados por los imperios para intervenir en la vida económica, militar y política de las naciones. Pakistán no es la excepción. A partir del año 2001, con el pretexto de combatir al terrorismo y cercar al Movimiento Talibán de la vecina Afganistán, la patria de Abdul Saltar Hedí, ha sido vigilada kilómetro a kilómetro. Desde allí se lanzan ataques contra civiles afganos y en muchas de las acciones criminales, cometidas por las tropas occidentales, “salvadoras” y “promotoras de la libertad” y el libertinaje, han asesinado a pakistaníes inocentes.

El Partido Jamiat-e Islami se ha opuesto a que Pakistán sea convertida una vez más en una colonia británica o estadounidense, donde la población sea deshonrada en nombre del gran capital, sus vicios y sus crímenes. Miles de musulmanes pakistaníes añoran que sus país sea independiente y viva de acuerdo a las normas generosas del Islam. La mayoría musulmana respeta los otros credos y formas de vida, pero no acepta que desde Washington y Londres se imponga un modelo que va en contra de la esencia y los valores supremos de Pakistán.

fernandoacosta_44171@yahoo.com



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