Hoy dos tipos
de opositores a la revolución venezolana: quienes realizan actos
terroristas
y quienes escriben contra el gobierno. En el primer grupo hay personas
como el terrorista salvadoreño Chávez Abarca, recientemente capturado
en ese país cuando intentaba entrar con pasaporte falso para detonar
bombas y matar personas en el contexto de la próxima campaña electoral.
Chávez Abarca trabajaba para Posada Carriles, quien es agente de la
CIA, o sea, del gobierno de Estados Unidos. También pertenece a ese
grupo el venezolano Alejando Peña Esclusa, quien fue traído al país
por la derecha salvadoreña durante la última campaña electoral para
que hiciera propaganda contra Venezuela y el FMLN. Al segundo grupo
pertenecen articulistas como Héctor Vidal y Roberto Rubio, entre otros.
Los
terroristas
El señor Peña
Esclusa acaba de ser apresado en Venezuela porque Chávez Abarca lo
delató como parte de sus contactos en ese país. Al capturarlo le
encontraron
explosivos en el lugar donde se escondía. Entre las múltiples
actividades
delictivas de Peña Esclusa destaca su participación en el Golpe de
Estado contra el Presidente Hugo Chávez en abril de 2002.
La historia
de Posada Carriles es bastante conocida y no la haremos acá, pero vale
destacar que reclutó a los salvadoreños Raúl Ernesto Cruz León y
Otto Rodríguez Llerena para que detonan bombas en hoteles de La Habana
en el año 1997. Carriles reconoció públicamente su responsabilidad
en esos hechos durante una entrevista publicada por el diario
estadounidense The New York Times
en julio de 1998. Los dos salvadoreños están presos en Cuba. En el
año 2000, Carriles también planificó en El Salvador un atentado contra
el entonces Presidente de Cuba, Fidel Castro, acción que se llevaría
a cabo durante un encuentro internacional en Panamá. Por ese hecho
Carriles estuvo preso en Panamá hasta que el gobierno de ese país
lo liberó por orden del gobierno de Estados Unidos.
Es obvio que
la ultraderecha salvadoreña, que entonces gobernaba a través de ARENA,
protegió a Posada Carriles durante su estadía acá. El propio
gobierno salvadoreño admitió que Carriles operó en El Salvador antes
de trasladarse a Panamá. ¿Y quién, sino la derecha, le pudo dar
albergue?
Los
articulistas
de derecha
Ante las
acciones
de los terroristas, el otro grupo opositor al gobierno de Venezuela,
el de los articulistas, guarda silencio o justifica a los culpables.
¿Por qué esos articulistas, que escriben con tanta saña contra el
Presidente de Venezuela, no rechazan las acciones criminales de los
agentes del gobierno de Estados Unidos, traídos al país por la derecha
criolla? ¿Es que ignoran esos hechos que son admitidos hasta por sus
propios protagonistas?
En una reciente
entrevista en una radio local, el señor Héctor Vidal casi lamentó
el apresamiento de Peña Esclusa y dijo que ese señor vino a El Salvador
durante la campaña electoral para informar sobre Venezuela. ¿Por qué
don Héctor le llama información a la mentira? Es posible que don Héctor
no sepa muchas cosas de Venezuela, pero no puede desconocer que en ese
país hay tal exceso de libertad que hasta los golpistas del año 2002
andan libres. El señor Vidal sabe que la derecha venezolana miente
cuando dice que en su país no hay libertad de prensa, pues los grandes
empresarios controlan el 90% de los periódicos de circulación nacional,
el 80% de las frecuencias de radio y buena parte de los canales de
televisión,
desde los cuales tienen 10 años atacando al gobierno con toda clase
de improperios.
Vidal también
sabe que en Venezuela los partidos de derecha han perdido 14 contiendas
electorales en los últimos 11 años, todas avaladas hasta por la OEA
y por el grupo Carter. Don Héctor sabe que antes del gobierno de Chávez
el 80% de la renta petrolera se quedaba en manos de un grupo de
funcionarios
del Estado y de grandes empresarios y que en los años 2001-2009 (con
Chávez gobernando) la empresa petrolera, PDVSA, destinó 57,000 millones
de dólares para la inversión social. Y como buen economista que es,
don Héctor no puede ignorar que una inversión como esa debe impactar
en la reducción de la pobreza, la liquidación del analfabetismo y
la mejoría de muchos otros indicadores sociales. ¿Por qué, entonces,
no escribe sobre eso?
Otro
articulista
de derecha, el señor Roberto Rubio, en un escrito publicado en el
periódico
La Prensa Gráfica del 14 de junio de 2010, titulado “Los tres poderes
soy yo”, afirma lo siguiente: “el constitucionalismo del mal llamado
Socialismo del Siglo XXI, al anular y concentrar todo el poder, no solo
lleva a afirmar que `los tres poderes del Estado soy yo´, sino a afirmar
que `el Estado y el mercado soy yo´, tal como lo estamos viendo en
la sociedad y la economía venezolana”.
En su artículo,
el señor Rubio comete tres errores:
Primero, no
se percata de que en Venezuela hay cinco poderes nacionales, no tres.
El artículo 136 de la Constitución venezolana dice lo siguiente: “El
Poder Público Nacional se divide en Legislativo, Ejecutivo, Judicial,
Ciudadano y Electoral.”
Segundo, Rubio
aparenta ignorar que la oposición venezolana no participó en las últimas
elecciones para la Asamblea Nacional, celebradas a finales del año
2005, y que por eso no obtuvo escaños en la Asamblea. Su retiro de
la contienda se debió a que meses antes había tenido dos grandes reveses
y decidió impedir un tercero: había sido derrotada en las elecciones
municipales y parroquiales, donde solo obtuvo 20%, y en las elecciones
para las gobernaciones, donde solo ganó 2 de 23. Las elecciones para
la Asamblea Nacional del 2005 fueron declaradas limpias por los
organismos
internacionales y por el pueblo venezolano, que las apoyó con su voto.
En el año 2007, el partido PODEMOS se pasó a la oposición y se llevó
una parte de sus 15 diputados. Si la oposición prácticamente no tiene
presencia en el Congreso es por su culpa. Y como el Congreso es quien
nombra a los 32 magistrados o magistradas del Tribunal Supremo de
Justicia,
la oposición está ausente de la cabeza del poder judicial. A eso condujo
su decisión de querer boicotear las elecciones de 2005. Sin embargo,
hay que aclararle al señor Rubio que en Venezuela no hay una tiranía
y, por lo tanto, el Presidente no controla los otros poderes del Estado.
Por otra parte,
si en Venezuela el pueblo vota por las fuerzas revolucionarias (el PSUV,
el PCV y otras), lo hace en el ejercicio de su derecho soberano. El
papel de las fuerzas políticas y de quienes votan por ellas no es
cederle
espacios a sus opositores, sino ganar las elecciones. Así es en todo
el mundo. En Estados Unidos, país que la derecha siempre pone como
ejemplo de democracia, dos partidos controlan el sistema político desde
hace más de 100 años y en algunos períodos uno de ellos ha dominado,
al mismo tiempo, el poder Ejecutivo y el Congreso. De eso no hablan
el señor Rubio ni otros enemigos de la revolución venezolana.
Pero no vayamos
tan lejos. En El Salvador, un frente de derecha integrado por ARENA,
el PCN y el PDC controló durante buen tiempo el Órgano Ejecutivo,
la Asamblea Legislativa, la Corte Suprema de Justicia, la Fiscalía
General de la República, el Tribunal Supremo Electoral y la Corte de
Cuentas. El señor Rubio sabe cómo la derecha criolla se repartió
esas instancias de poder, sin dejar espacios para “la necesaria dinámica
de pesos y contrapesos institucionales” que él considera fundamental
en la democracia. Pese a ello, Rubio nunca dijo que en su país no había
democracia. Al contrario, colaboró de forma entusiasta con los gobiernos
de ARENA.
El señor Rubio
tampoco considera un deber hablar sobre el Estado colombiano, donde
un ex Ministro de Defensa, responsable de realizar un bombardeo en
territorio
ecuatoriano, ganó las elecciones presidenciales con el apoyo del poder
estatal y de los medios de prensa de su propiedad. Rubio debería saber
que antes de las elecciones de marzo de 2010, la tercera parte de los
diputados y senadores colombianos estaban en la cárcel o procesados
por sus vínculos con paramilitares o narcos. ¿Qué nos dice Rubio
sobre eso? Nada. ¿Y acaso está enterado de que en Guatemala asesinaron
a tres diputados salvadoreños? ¿En qué negocios andaban esos diputados?
En Venezuela no hay congresistas presos ni procesados y mucho menos
asesinados.
Tercero, al
mercado venezolano no está controlado por el Presidente Chávez ni
por el Estado. Que haya cierta regulación y un Estado fuerte no
significa
que el mercado esté controlado. Hay mayor intervención estatal y
presidencial
en Europa, Japón y Estados Unidos, donde se otorgan multimillonarios
subsidios, se fijan los intereses bancarios, existen elevadas cargas
tributarias (solo en Francia supera el 40% del PIB) y se aplican otras
medidas de regulación económica. Muchas grandes empresas de esos países
sobreviven a costa del Estado, o sea, del dinero público. ¿Desconoce
el señor Rubio los rescates financieros en Estados Unidos y Europa?
El Estado
venezolano,
que se ha fortalecido en los últimos años mediante la incursión en
la telefonía, el sistema eléctrico, la banca y otras áreas de la
economía, tiene una carga tributaria de 30%, inferior a las de Alemania,
Suecia, Reino Unido y otras naciones capitalistas industrializadas.
En Venezuela no hay neoliberalismo, pero el mercado no está dominado
por el Presidente o por el Estado. El mercado capitalista sigue
funcionando
a la par de un Estado fuerte que realiza enormes inversiones sociales.
Además, si el Estado controlara al mercado ¿qué de malo tendría?
En España,
donde personas como el señor Rubio creen que hay democracia, pese a
que un rey vitalicio es jefe de Estado y un juez casi perdió su
profesión
por querer juzgar a los franquistas vivos, se aplican medidas
fondomonetaristas,
de recorte salarial, aumento de la edad de jubilación, mayores impuestos
al pueblo, privatización de la caja de pensiones, etc. En Italia,
Portugal,
Grecia y otros países europeos también se aplican cirugías contra
la población consumidora y se favorece a la gran empresa. ¿Por qué
el señor Rubio no escribe sobre los programas de ajuste en Europa?
¿Responden dichos programas a algún criterio de democracia o descargan
el peso de la crisis sobre los pueblos? Si el gobierno de Venezuela
no aplica programas de ajuste contra el pueblo ¿por qué el señor
Rubio no destaca esa realidad?
Es curioso
que mientras las grandes naciones capitalistas están en crisis y han
sacado a flote toda la mafia de los bancos rescatados con dinero
público,
el señor Rubio esté preocupado por el mercado venezolano, que
goza de buena salud.
Al rechazar
la política económica de Venezuela, el señor Rubio se aparta de sus
antiguas críticas al neoliberalismo y enarbola la “libertad de mercado”
que aplicó ARENA durante los años del Ajuste Estructural, cuando se
llevaron a cabo las privatizaciones, la desregulación de precios y
la reforma tributaria regresiva, es decir, cuando se aplicó un programa
concentrador de la riqueza y generador de pobreza, precisamente lo
contrario
de lo que se hace en Venezuela.