Caracas. "Si aquí hay una intervención extranjera, no sólo las Farc sino todos los revolucionarios del mundo tienen derecho a venir a pelear con nosotros para defender la soberanía de Venezuela", advirtió ayer el diputado Oscar Figuera, secretario general saliente del Partido Comunista de Venezuela (PCV). Con esta afirmación, avaló el ofrecimiento de la organización insurgente colombiana de ingresar al país a combatir si se produce una acción armada contra la administración de Chávez.
Para Figuera no existe una contradicción entre el hecho de rechazar una intervención extranjera en el país y reivindicar la presencia de extranjeros para defenderlo: "Si quienes invaden son los yankis -aseguraellos estarían violando la soberanía del país. Quienes vengan del exterior a acompañarnos en la defensa de la soberanía, estarían acompañando un derecho del pueblo que los yankis estarían violando. Hay una diferencia cualitativa" Salvo su resonancia internacional, la polémica carta de las Farc fue sólo uno de los aspectos tratados durante el XII congreso del PCV, que reunió a 850 delegados de todo el país hasta el 24 de julio. Tras duplicar la representación del evento anterior (450 delegados en 2002), el congreso del PCV, culminó con la designación de un nuevo comité central de 41 camaradas (que se reunirán mañana jueves para designar al presidente el partido, al secretario general y a los integrantes del nuevo buró político) y la aprobación de tres líneas principales de acción: El PCV acordó fortalecer las instancias de unidad estratégica del movimiento popular revolucionario de claro perfil socialista (Liga Socialista, MEP, Clase Media en Positivo, Utopía, M-18, la Red Nacional de Círculos Bolivarianos MBR-200, la Asociación Nacional de Redes y Organizaciones Sociales "Anros"), para impulsar los procesos de construcción de poder popular, como los Consejos Populares.
También decidió la incorporación de todo el activo sindical del PCV a la Unión Nacional de Trabajadores (UNT). "Hemos considerado que la CUT (Central Única de Trabajadores) cumplió su fase histórica y que hoy se trata de aportar en la consolidación de la UNT, del movimiento obrero y su reconstrucción desde posiciones de clase", indicó.
Según Figuera, en el siglo XX lo que fracasó no fue el socialismo sino la falta de él. "En la Unión Soviética hubo deformaciones desde que los soviets, instancias de dirección y ejercicio del control social, fueron captadas por el PCV, lo que limitó el ejercicio de la democracia real", dice.
"El partido único -agregafue otra deformación. En ninguna parte del marxismo dice que para construir socialismo debe haber sólo uno". En cuanto al mercado, asegura que la cuestión es construir un Estado bajo control social que establezca reglas de juego para todos los actores. Respecto a la propiedad, no se trata de expropiación sino de utilidad social y dominio sobre los medios de producción estratégicos, para redistribuir la riqueza.
HAY SÓLO UN SOCIALISMO
"Yo no hablo del socialismo del siglo XXI, pues para nosotros es uno solo desde la perspectiva teórica. En su desarrollo concreto, es múltiple, porque responde a las particularidades de cada país... No hay un modelo, sino unas orientaciones generales, que tienen que ver con la justicia social, la equidad, la igualdad, la solidaridad y el ejercicio de la democracia participativa, el cambio de estructuras de dominación, y el cambio de un Estado al servicio de la dominación y la represión, para convertirlo en un Estado bajo control del pueblo. Igual debe ocurrir con el mercado".
