Miembros del Grupo Pensamiento Crítico y de Marea Socialista Línea Originaria declaran:

Ante el proceso para activar el referendo revocatorio en medio de la situación política, económica y social

Cristian Pereira, dirigente automotriz y Stalin Pérez Borges, asesor del sector automotriz

Cristian Pereira, dirigente automotriz y Stalin Pérez Borges, asesor del sector automotriz

Credito: Aporrea.org

Jesús Puerta, profesor universitario y escritor

Jesús Puerta, profesor universitario y escritor

Gustavo Márquez, militante revolucionario y exministro en el  gobierno de Chávez

Gustavo Márquez, militante revolucionario y exministro en el gobierno de Chávez

Ezequiel Aranguren, mediano empresario y militante de izquierda

Ezequiel Aranguren, mediano empresario y militante de izquierda

5 de mayo de 2016.-

Después de presentadas las firmas recogidas por la Mesa de la Unidad Democrática (MUD), para activar el referendo revocatorio contra el presidente Maduro, consideramos tan importante la reacción y actitud que tome el gobierno y la dirección política del proceso bolivariano ante ese hecho, como la respuesta que deben dar para detener y revertir con el malestar general existente por la situación económica y social del país y el descontento que se sigue manifestando en una alta porción de la población chavista.

La revocación de los funcionarios de elección popular, y específicamente el Referendo Revocatorio del Presidente de la República, fue una propuesta de la Revolución Bolivariana, planteada por el propio Presidente Chávez y aprobada por el pueblo venezolano como una de las partes más innovadoras de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (CRBV). Se trata entonces de “un grano sembrado” por este proceso revolucionario, como el propio Comandante Chávez explicó en su discurso de 2004.

Este mecanismo consultivo es un avance institucional que profundiza la democracia. Constituye parte de la tradición política de la izquierda, desde la Comuna de París de 1870, la primera oportunidad histórica de poder popular y proletario en el mundo, elogiado por Marx en su momento. El referendo revocatorio es una de las conquistas más preciadas de la CRBV. No es una parte accesoria de la Democracia Participativa y Protagónica que está planteada allí, para ser implementada sólo cuando le convenga a los que tengan el control de los poderes del Estado.

Por ello, desde una posición de principio, apoyamos la necesidad de hacer funcionar nuestra Constitución. Tenemos que ejercer siempre los derechos políticos que allí se garantizan, respetando los lapsos y procedimientos establecidos en las leyes que la desarrollan, y eso debería ser así específicamente en el caso del referendo revocatorio que la oposición venezolana ha comenzado a impulsar con la recolección de firmas para la primera fase del procedimiento. Respetar ese derecho constitucional es la actitud democrática y revolucionaria.

Por las razones antes expuestas, los que respaldamos esta declaración, que no firmamos para activar este referendo que solicita la MUD y la derecha internacional y que desde sus inicios hemos sido parte -con toda modestia- protagónica de este proceso bolivariano, estamos en contra de maniobras que desnaturalicen el funcionamiento de las previsiones institucionales del referendo. Ese respeto constitucional implica, por supuesto, también el derecho del sector oficial de supervisar y revisar cada paso del proceso, para garantizar su pulcritud, que en otras ocasiones se ha visto enturbiada por las trampas hechas por parte de la oposición, específicamente cuando la recolección de firmas para impulsar el revocatorio de 2004.

Por un Plan de Emergencia Nacional para superar la situación de crisis política, económica y social. Y, que sirva para derrotar el revocatorio y toda la conspiración de la MUD.


El gran descontento popular ante la creciente inflación, el desabastecimiento de alimentos y medicamentos, la recesión que como siempre es acompañada de la pérdida del poder adquisitivo del salario, y las graves consecuencias del retroceso de los logros sociales del proceso revolucionario, ya se ha manifestado, especialmente en el resultado del pasado 6 de diciembre. Con ese precedente, la oposición de derecha y sus conductores de Washington sacan sus cuentas e intensifican su ofensiva, por todos los medios a su disposición, buscando que se profundice la tendencia a la pérdida del apoyo del pueblo trabajador al polo chavista. Desde que se constituyeron como la MUD, el único punto “programático” de esa oposición, y el hecho que los unifica, es sacar al gobierno chavista. Y ahora confían, pues, más que nunca antes, en una victoria fácil de darse el referendo revocatorio.

Este gobierno ha perdido gran parte del capital político del Comandante Chávez, así como la confianza en su capacidad, perspectiva política y honradez. Ha sido desbordado por la grave situación económica, debida en gran parte a sus equivocaciones y en otra medida a la guerra económica que tampoco ha sabido enfrentar y a la conspiración internacional de gobiernos de otros países. Carga con todo el fardo de lo que se han robado en los últimos años altos funcionarios militares y civiles en la administración pública porque se ha quedado corto en el combate a la corrupción y, al no asumir de forma voluntaria la auditoría pública ante repetidas denuncias del desfalco mil millonario a la Nación.

El presidente Maduro, al no atender adecuadamente a la situación de crisis, al retardar decisiones y apresurar otras que violentan incluso el Plan de la Patria, legado político del Comandante Chávez, como es evidente en el caso del Plan del Arco Minero del Orinoco, ha llevado al proceso revolucionario a estos graves peligros y amenazas que ahora vivimos. Todo ello pone en juego no sólo la esperanza de los venezolanos y las venezolanas en una sociedad justa y más democrática, que es el socialismo; sino que contribuye al retroceso y pérdida de algunos gobiernos progresistas en América Latina. La responsabilidad de una derrota histórica de la esperanza de nuestros pueblos es de una cúpula que, enredada en sus propias contradicciones, complicidades e incompetencias, recurre sólo a constantes espectáculos mediáticos, intentando ganar el aplauso de toda esa base chavista que es todavía la mayoría de nuestro pueblo.

El peligro es evidente. La derecha puede capitalizar el descontento, ganar el referendo y abrir las puertas a un grave retroceso histórico que nos lleve de nuevo al dominio de las recetas del Fondo Monetario Internacional (FMI), un ajuste económico que significará para el pueblo muchas más privaciones y sufrimientos que los que hoy tiene, con el agravante que se entregará la soberanía nacional a la banca internacional. Hay que disipar las ilusiones de que la revocación del presidente Maduro resolverá los graves problemas derivados de la crisis del sistema capitalista rentista, la caída del precio del petróleo y otras graves situaciones producto de la ineptitud, la falta de planificación y la corrupción que, sin duda, se intensificarán en el supuesto negado de un gobierno de derecha.

En esta hora difícil debemos exigir, nuevamente, al gobierno del presidente Maduro, que rectifique; que asuma su responsabilidad en la crisis; que busque la manera de recuperar la confianza perdida con claridad y honestidad; que dé un combate ejemplar a la corrupción; que detenga el Plan del Arco Minero del Orinoco; que priorice la vida del pueblo antes que el pago de una cuantiosa y dudosa deuda externa: que tome medidas para la recuperación de los capitales fugados y que reactive el parque industrial y la producción agrícola y pecuaria hoy paralizados. Presidente Maduro, es hora de que apele auténticamente a la organización popular, a las organizaciones de la clase trabajadora, al movimiento estudiantil revolucionario, a la base chavista que supera en calidad, honestidad y capacidad a los burócratas enquistados en el Partido-gobierno-estado, superando prácticas aparateras, sectarias y despóticas.

Sólo de esa manera, se podrá hacer honor al llamado del Comandante Chávez a la unidad en la batalla de todos los patriotas, en esta hora difícil, tal vez la más difícil de las que hemos vivido hasta ahora en 16 años. Llamamos entonces, a todos los revolucionarios y revolucionarias, a las personalidades de izquierda, a los movimientos sociales, a las organizaciones populares, de los trabajadores, campesinos y estudiantes a realizar en los próximos días un gran Encuentro Nacional para discutir sobre qué vamos hacer con el referendo y toda la situación política y social del país. De este Encuentro debe salir un Plan de Emergencia Nacional que se le imponga al gobierno para superar la crisis económica y social, a la vez que sea la palanca para derrotar el referendo y todos los planes de conspiración de la MUD.

Por el Grupo Pensamiento Critico (GPC): Jesús Puerta, Orlando Zabaleta, Gustavo Márquez, Ezequiel Aranguren y Nelsón Suarez.

Por Marea Socialista Línea Originaria: Stalin Pérez Borges (GPC), Christian Pereira, Jesús Vargas, William Ruiz, Henry Ospina, Ismael Hérnandez.

Para contactos: Stalin Pérez Borges. 0426 519 46 15 y Jesús Puerta 0424 430 44 70



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