98º aniversario de la Revolución Rusa de Octubre de 1917

La Revolución Rusa de octubre (calendario juliano, noviembre del calendario gregoriano) de 1917 marcó el Siglo 20 comenzando con la etapa de las revoluciones socialistas en todo el mundo. Los obreros y campesinos de los distintos lugares del imperio zarista se levantarían en contra de su opresor para derrocar primero al zarismo y después al gobierno burgués de Aleksandr Kérenski para construir, por primera vez en la historia, un gobierno de trabajadores para trabajadores, un gobierno Socialista.

Con la Revolución Rusa se abrieron las puertas de una nueva etapa en la historia de la humanidad por donde luego transitarían las revoluciones china, vietnamita y cubana, modificando drásticamente la correlación mundial de fuerzas y abriendo un espacio sin el cual ni los movimientos de liberación nacional del Tercer Mundo, ni los procesos de descolonización en África y Asia, ni las arriba mencionadas revoluciones habrían sido posibles.

Sin el apoyo soviético difícilmente podría la revolución china haber sobrevivido a las acechanzas y ataques del imperialismo en sus primeros años; o el heroico pueblo vietnamita haber derrotado y humillado a los Estados Unidos en la Guerra de Vietnam; o haber Cuba resistido la agresión imperialista sin la colaboración que le brindara la Revolución Rusa. El balance histórico sobre lo que ésta ha significado es una tarea aún pendiente.

Para los teóricos y publicistas de la derecha, y para algunos izquierdistas, la historia de esa gran revolución se reduce a los horrores del estalinismo y al creciente burocratismo que terminó marginando a la participación popular, sin embargo, dejan de lado algunas cosas más que también ocurrieron y que no fueron para nada triviales: la contribución de la Unión Soviética a la derrota del nazismo fue decisiva e insustituible, pagando con 36 millones de muertos el precio de una hazaña que sólo violentando los hechos históricos se podría subestimar.

El mundo no sería lo que es hoy si las fuerzas de Hitler hubieran triunfado en la Segunda Guerra Mundial. Transformó además a la sociedad más atrasada de Europa en una potencia industrial, tecnológica y militar, capaz de en el breve –históricamente hablando- plazo de cuarenta años tomar la delantera en la conquista del espacio al lanzar el primer satélite artificial y el primero tripulado por un hombre, Yuri Gagarin. La Revolución Rusa acabó con el analfabetismo, sentó las bases de una sociedad igualitaria como nunca antes había existido en país alguno e incorporó a la mujer a la vida social, otorgándole derechos que en los países capitalistas avanzados sólo serían en parte conquistados medio siglo después.

Ante el 98º Aniversario de esa heroica epopeya, nuestro ferviente homenaje a la figura de Lenin, su genial conductor, a los bolcheviques y al pueblo ruso por haber consumado la más grande revolución social de toda la historia.

 



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