Almícar Figueroa: Las revoluciones son procesos con sus avances y retrocesos

Figueroa señaló que después de la caída de Allende la insurgencia se reactivó en Centroamérica.

Figueroa señaló que después de la caída de Allende la insurgencia se reactivó en Centroamérica.

Credito: Correo del Orinoco

13 abril 2015 - "Las revoluciones no se desarrollan de forma lineal, ni en el mismo tiempo en todas las regiones. Es una especie de proceso desigual, con sus avances y retrocesos", expresó el historiador Amílcar Figueroa, al referirse a los procesos revolucionarios en Latinoamérica.

En ese sentido, planteó que luego de haberse producido "una oleada revolucionaria importantísima" en todo el continente, a raíz de la Revolución Cubana, "hubo un descenso, que podemos ubicarla a partir del asesinato de Ernesto Che Guevara".

Posterior a este hecho, indicó, la lucha revolucionaria comenzó a tener algunos retroceso: "Luego reaparece un fuerte sacudón revolucionario, a partir del triunfo electoral de la Unidad Popular en Chile y del presidente Salvador Allende. Esto produjo también que se insuflen los aires revolucionarios en todo el Sur de América".

Los planteamientos los hizo Figueroa en el Centro de Estudios Latinoamericanos Rómulo Gallegos (Celarg), el pasado martes durante su ponencia La tercera ola en la revolución latinoamericana. Casos Nicaragua y El Salvador, a la cual asistió el Correo del Orinoco. La jornada forma parte del ciclo Capitalismo y golpes de Estados, organizado por la Escuela Clasista Daniel De Léon de las Trabajadoras y Trabajadores.

"APLASTADA A SANGRE Y FUEGO"

La lucha en el Cono Sur, señaló el historiador, a la larga fue "aplastada a sangre y fuego", y tal vez se trate "de las más cruenta represión que haya vivido el Continente en este periodo. Hubo como un bajón revolucionario. Ese proceso revolucionario reaparece, cuando se reanuda la lucha que había iniciado el líder nicaragüense Augusto César Sandino".

Subrayó que se trató de lo que se puede considerar "un tercer ciclo" de la lucha revolucionaria de América Latina, que se trasladó a Centroamérica. En ese contexto, la vanguardia la asumieron las fuerzas insurgentes nicaragüenses, en el momento en que el fundador del Frente Sandinista de Liberación Nacional, Carlos Fonseca Amador, "entiende que había que partir a una lucha revolucionaria, rescatar el espíritu de Augusto Sandino. Incluso pretendió levantar el programa de unidad continental, esgrimido por Simón Bolívar en épocas anteriores".

DESPERTAR REVOLUCIONARIO

Ese resurgir de la lucha revolucionaria en Centroamérica, comentó Figueroa , tuvo un desenlace después del fortalecimiento del "llamado frente sur", ya que por un largo tiempo se había librado fundamentalmente en la zona norte y la región central de Nicaragua.

"Finalmente entre el año 1977 y 1978, hubo una ofensiva, tuvo una incorporación internacionalista importante. Contó con ayudas. Ese proceso concluyó con un desenlace el 19 de julio del 79. En esos episodios tuvo una actuación destacada Paúl Del Río, quien falleció recientemente", comentó.

A partir de ese momento, afirmó el historiador, "despertó el espíritu revolucionario en toda la región Centroaméricana. El triunfo nicaragüense introdujo nuevas energías a la lucha en toda la región".

El historiador apuntó que es importante tener en cuenta las diferencias: "A pesar de que siempre decimos que América Latina es una sola. En este caso, Centroamérica tiene características comunes, pero realmente cuando uno mete la lupa, hay especificidades de un país a otro".

En esa dirección, Figueroa afirmó que el desarrollo del capitalismo en El Salvador fue más temprano que en el resto de la región centroamericana, lo cual le imprimió unas características muy particulares a la lucha revolucionaria en este país.

"Hubo un primer estallido en la década del 30 con el propio Agustín Farabundo Martí (líder comunista salvadoreño), que también fue aplastado a sangre y fuego", comentó.

Dijo que ante la derrota de Martí, el pueblo salvadoreño cayó en una larga dictadura militar de 50 años, "hasta que por determinadas condiciones -sobre todo la caída de la reservas internacionales, la baja del precio del café- incluido el tremendo crecimiento poblacional, se juntaron para un resurgimiento el proceso revolucionario".

ELEMENTO NACIONAL Y SOCIALISTA

Al comentar otra característica particular o diferencia esencial entre las naciones, Figueroa señaló que habría que buscarlas en "el propio desarrollo de un país en relación al otro". Como ejemplo, mencionó que "el elemento nacional estuvo siempre mucho más presente en la lucha nicaragüense. El elemento socialista y comunista estuvo más presente en la lucha de El Salvador".

La presencia del citado elemento en la nación salvadoreña, comentó que tuvo mucho que ver con el desarrollo de un movimiento obrero: "Con el desarrollo temprano del pensamiento comunista en El Salvador. Cuando estudiamos estos fenómenos, en profundidad, vemos que tuvieron cierta influencia, hasta en la conformación del movimiento obrero venezolano, por allá por la década del 20 del siglo pasado". En su opinión, esas particularidades de cada país, "les da también unos matices precisos".

Enfatizó que en realidad no se trata solamente de las acciones de las dictaduras militares, sino en general "como se ha ejercido la dominación de nuestro Continente. Como se han aplastados los distintos procesos de lucha y como nuestros pueblos han asumido las tareas políticas, insurreccionales que les ha tocado vivir".

UN EJERCICIO DE MEMORIA

El historiador dijo que al hacer "un ejercicio de memoria vemos que nosotros para el momento del resurgir la lucha revolucionaria en Centroamérica, el panorama en nuestro país, era de mucha preocupación, de retroceso. De estancamiento de la perspectiva revolucionaria".



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