Caracas, 11 de noviembre de 2013.- En prosecución de la serie de entrevistas de Aporrea con motivo del 21 Aniversario del levantamiento cívico-militar del 27 de Noviembre de 1992, ofrecemos esta vez el testimonio del Capitán y Sacerdote Cástor Leonardo Lucero Lyutenko, quien estuvo en la toma de la base aérea caraqueña de La Carlota en funciones de apoyo espiritual para los combatientes. A consecuencia de su participación fue sometido a investigación y tuvo que pasar a retiro, pasó varios años fuera del país y luego retornó a la Patria. Dice que mientras los gobiernos europeos calumnian a la revolución bolivariana, la juventud de esos países tiene a nuestra revolución y a la figura del Comandante Chávez como una referencia y están mirando el camino bolivariano como una posible opción.
Mencionó que parte del malestar que generó aquel pronunciamiento y que influyó en su propia actitud fue que la Fuerza Armada, formada para defender la soberanía, fuese usada para reprimir y matar al pueblo el 27 de Febrero de 1989 y al mismo tiempo fuese puesta al servicio de los caprichos de las amantes de los presidentes de la IV República, el hecho de que siendo un país petrolero con grandes ingresos la población estuviese pasando hambre, pero se le mentía al país diciendo que había un “milagro económico” y un “milagro agrario”. Menciona otros factores relacionados con la combinación de su condición de militar en primer lugar y luego su experiencia como seminarista cuando descubrió su vocación sacerdotal, que alimentaron su sensibilidad social y su conciencia sobre la realidad social del pueblo venezolano. Estos y otros factores le llevaron a participar en aquellas acciones históricas transformadoras. En la entrevista hace referencia a las raíces bolivarianas que dieron fundamento e inspiración a los sucesos del 27 N, así como la conexión con la visión socialista originada por el liderazgo del Comandante Chávez. Reveló que en aquél entonces hubo sacerdotes e incluso obispos que tuvieron conocimiento y conexión con estos acontecimientos y también con el 4 de Febrero; habló de su papel como puente entre sectores de la Fuerza Armada y sectores de la Iglesia, a diferencia del papel cumplido por miembros de la jerarquía católica en el golpe de abril de 2002.
Para padre Lucero Lyutenko, todavía estamos en revolución pero falta mucho por hacer, falta una revolución mental, una revolución ciudadana que cambie la mentalidad egoísta e individualista, pensar en el bien común, el compartir, la solidaridad, dentro de la unidad, siendo también solidarios internacionalmente.