1. Para analizar una situación desde un punto de vista revolucionario, es necesario distinguir entre las condiciones económicas y sociales de una situación revolucionaria y la situación revolucionaria misma
2.
Las condiciones económicas y sociales de una situación revolucionaria
se dan, hablando en general, cuando las fuerzas productivas de un país
están en decadencia; cuando disminuye sistemáticamente el peso del
país capitalista en el mercado mundial y los ingresos de las clases
también se reducen sistemáticamente; cuando el desempleo ya no es
simplemente la consecuencia de una fluctuación coyuntural, sino un mal
social permanente con tendencia a incrementarse. Estas son las
características de la situación de Inglaterra; podemos decir que allí
se dan y se profundizan diariamente las condiciones económicas y
sociales de una situación revolucionaria. Pero no debemos olvidar que a
la situación revolucionaria la definimos políticamente, no sólo
sociológicamente, y aquí entra el factor subjetivo, el cual no
consiste solamente en el problema del partido del proletariado, sino
que es una cuestión de conciencia de todas las clases, por supuesto
fundamentalmente del proletariado y su partido.
3.
La situación revolucionaria sólo se da cuando las condiciones
económicas y sociales que permiten la revolución provocan cambios
bruscos en la conciencia de la sociedad y de sus diferentes clases.
¿Qué cambios?
a)
Para nuestro análisis tenemos que tener en cuenta las tres clases
sociales: la capitalista, la clase media, el proletariado. Son muy
diferentes los cambios de mentalidad necesarios en cada una de estas
clases.
b)
El proletariado británico sabe muy bien, mucho mejor que todos los
teóricos, que la situación económica es muy grave. Pero la situación
revolucionaria se desarrolla sólo cuando el proletariado comienza a
buscar una salida, no sobre los carriles de la vieja sociedad sino por
el camino de la insurrección revolucionaria contra el orden existente.
Esta es la condición subjetiva más importante de una situación
revolucionaria. La intensidad de los sentimientos revolucionarios de
las masas es uno de los índices más importantes de la madurez de la
situación revolucionaria.
c)
Pero la etapa siguiente a la situación revolucionaria es la que
permite al proletariado convertirse en la fuerza dominante de la
sociedad, y esto depende hasta cierto punto (aunque menos en Inglaterra
que en otros países) de las ideas y sentimientos políticos de la clase
media, de su desconfianza en todos los partidos tradicionales
(incluyendo al Partido Laborista, que es reformista, vale decir
conservador) y de que deposite sus esperanzas en un cambio radical,
revolucionario de la sociedad (y no en un cambio contrarrevolucionario,
o sea, fascista).
d)
Los cambios en el estado de ánimo de la clase media y del proletariado
corresponden y son paralelos a los cambios en el estado de ánimo de la
clase dominante. Cuando ésta ve que es incapaz de salvar su sistema,
pierde confianza en sí misma, comienza a desintegrarse, se divide en
fracciones y camarillas.
4.
No se puede saber por adelantado, ni indicar con exactitud matemática,
en qué momento de estos procesos está madura la situación
revolucionaria. El partido revolucionario sólo puede descubrirlo a
través de la lucha por el crecimiento de sus fuerzas e influencia
sobre las masas, sobre los campesinos y la pequeña burguesía de las
ciudades, etcétera; y por el debilitamiento de la resistencia de las
clases dominantes.
5. Si aplicamos estos criterios a la situación de Gran Bretaña, vemos que:
a) Las condiciones económicas y sociales existen y se vuelven más apremiantes y agudas.
b)
Sin embargo, todavía estas condiciones económicas no provocaron una
respuesta psicológica. No hace falta un cambio en las condiciones
económicas, ya intolerables, sino un cambio en la actitud de las
distintas clases hacia esta intolerable y catastrófica situación que
vive Inglaterra.
6.
El desarrollo económico de la sociedad es un proceso muy gradual, que
se mide en siglos y décadas. Pero cuando se alteran radicalmente las
condiciones. económicas, la respuesta psicológica, ya demorada, puede
aparecer muy rápido. Y así sucedan rápido o lentamente, esos cambios
inevitablemente deben alterar el estado de ánimo de las clases. Solo
entonces tenemos una situación revolucionaria.
7. En términos políticos, esto significa:
a)
Que el proletariado debe perder su confianza no sólo en los
conservadores y en los liberales sino también en el Partido Laborista.
Tiene que concentrar su voluntad y su coraje en los objetivos y métodos
revolucionarios.
b)
Que la clase media debe perder su confianza en la gran burguesía, en
los lores, y volver los ojos hacia el proletariado revolucionario.
c) Que las clases poseedoras, las camarillas gobernantes, rechazadas por las masas, pierden su confianza en sí mismas.
8.
Estas actitudes se desarrollarán inevitablemente pero todavía no
existen. Pueden desarrollarse en un lapso breve debido a la agudeza de
la crisis. Este proceso puede llevar dos o tres años, incluso un año.
Pero hoy es una perspectiva, no un hecho. Tenemos que basar nuestra
política en los hechos de hoy, no en los de mañana.
9.
Las condiciones políticas de una situación revolucionaria se
desarrollan simultánea y más o menos paralelamente, pero esto no
significa que madurarán todas al mismo tiempo; éste es el peligro que
nos amenaza. De las condiciones políticas en sazón, la más inmadura es
el partido revolucionario del proletariado. No está excluida la
posibilidad de que la transformación revolucionaria del proletariado y
de la clase media, y la desintegración de la clase dominante, se
desarrollen más rápidamente que la maduración del Partido Comunista.
Esto significa que podría darse una verdadera situación revolucionaria
sin un partido revolucionario adecuado. En cierta medida se repetiría
lo que sucedió en Alemania en 1923. Pero es un error absoluto
considerar que ésta es hoy la situación de Inglaterra.
10.
Decimos que no está excluida la posibilidad de que el partido pueda
quedar retrasado respecto a los demás elementos de la situación
revolucionaria, pero no es inevitable. No podemos hacer un pronóstico
exacto, pero aquí no se trata de un problema de pronósticos, sino de
nuestra actividad.
11.
En esta coyuntura, ¿cuánto tiempo necesitará el proletariado británico
para romper sus vínculos con los tres partidos burgueses? Es muy
posible que, con una política correcta, el Partido Comunista crezca
proporcionalmente a la bancarrota y desintegración de los demás
partidos. Nuestro objetivo y nuestro deber es concretar esta
posibilidad.
Conclusiones: esto
es suficiente para explicar por qué es totalmente erróneo plantear que
en Inglaterra él conflicto político se da entre la democracia y el
fascismo. La era fascista comienza en serio después de una victoria
importante y temporalmente decisiva de la burguesía sobre la clase
obrera. Pero en Inglaterra las grandes luchas todavía no se libraron.
Como ya señalarnos refiriéndonos a otro tema, el próximo capítulo
político de Inglaterra, después de la caída del gobierno nacional y del
conservador que probablemente lo suceda, será posiblemente
liberal-laborista, que en un futuro próximo puede resultar más
peligroso que el espectro del fascismo. Condicionalmente llamamos a
esa etapa kerenskismo británico.
Pero
hay que añadir que no necesariamente en toda etapa y en todos los
países el kerenskismo será tan débil como lo fue el ruso, que era
débil porque el Partido Bolchevique era fuerte. Por ejemplo, en España
el kerenskismo -la coalición de liberales y "socialistas"- no es de
ninguna manera tan débil como lo fue en Rusia, y ello se debe a la
debilidad del Partido Comunista. El kerenskismo combina la fraseología
reformista, "revolucionaria", "democrática", "socialista" y las
reformas sociales democráticas de secundaria importancia con la
represión al ala izquierda de la clase obrera.
Es
un método opuesto al del fascismo, pero sirve a los mismos fines. La
derrota del futuro lloydgeorgismo sólo será posible si sabemos prever
su llegada, si no nos dejamos hipnotizar por el espectro del fascismo,
que hoy es un peligro mucho más lejano que Lloyd George y su
herramienta del futuro, el Partido Laborista. Mañana el peligro puede
ser el partido reformista, el bloque de liberales y socialistas; el
peligro fascista todavía está muy lejos. Nuestra lucha por eliminar la
etapa fascista y por eliminar o reducir la etapa reformista es la lucha
por ganar a la clase obrera para el Partido Comunista.
1] ¿Qué es una situación revolucionaria? The Militant,
19 de diciembre de 1931. Estas breves notas fueron preparadas por
Trotsky después de una discusión con Albert Glotzer acerca del
proyecto de tesis de F.A. Ridley y Chandu Ram que critica en Tareas de la Oposición de Izquierda en Gran Bretaña y la India.
17 de noviembre de 1931