Inseguridad y Socialismo

En un Foro organizado por el Comité de Solidaridad y Amistad Mutua Venezuela- Cuba, realizado en el año 2004 en la sede de PDVSA la Campiña, me tocó referirme a los logros del Gobierno Revolucionario en materia económica. En mi intervención me referí a los principales enemigos de la Revolución, asegurando que eran dos los mas importantes, incluso superiores a cualquier otro, incluyendo el gobierno de George W. Bush. Me refería a la Burocracia y su aliada: La Corrupción.

Ahora, reconozco que no fui acertado, por que si bien estos dos flagelos continúan afectando negativamente el proceso revolucionario, no logré vislumbrar el papel que juega la INSEGURIDAD en contra de la gestión del Presidente Chavez, hasta el punto de convertirse en el Talón de Aquiles de la Revolución.

Es incompresible que este Gobierno Revolucionario tan exitoso en materia económica, social, cultural, política, que proyecta al Presidente Chavez como el Gobernante más querido y admirado por el pueblo venezolano en toda su historia republicana, se vea hoy cuestionado por no combatir exitosamente la delincuencia desbordada.

Entendemos que es una situación heredada, propia de una sociedad donde los valores asociados al Sistema Capitalista, generaron una sociedad de excluidos donde se incubó los gérmenes de la delincuencia, y que su solución no es a corto plazo. Sin embargo, es posible tomar medidas para controlar el hampa desbordada, mientras se ataca la raíz del problema con medidas que darán resultados exitosos a mediano y largo plazo.

La causa principal de la delincuencia la ubicamos en la niñez desamparada, como consecuencia de la paternidad irresponsable. Venezuela tiene uno de los más altos índice, en América Latina, de embarazo precoz. Niñas que a los 11 años empiezan a tener hijos, sin contar con el apoyo necesario para mantener su prole, que por lo regular tiende a aumentar en la medida en que la madre busca otra pareja que la ayude a sobrellevar la carga, lo cual a menudo resulta en un nuevo fracaso y en aumento del número de niños desamparados. Se convierten éstos, ignorados por la sociedad egoísta e indolente propia del sistema capitalista, en el semillero que alimenta las granjas donde se cosechan los frutos malditos de la delincuencia.

Socialismo y delincuencia son incompatibles y si el objetivo del actual proceso revolucionario es la construcción de un Estado Socialista , el Gobierno debe darle prioridad a la solución de este problema dictando las medidas legales pertinentes, principalmente aquellas dirigidas a proteger la niñez desamparada que no tiene la culpa de haber sido engendrados por padres irresponsables en el seno de una sociedad consumista e indolente, basada en los valores característicos del capitalismo. Pero mientras se obtienen los resultados esperados, el Estado debe tomar las medidas represivas necesarias para meter en cintura al hampa desbordada, que prácticamente mantiene secuestrada a la familia venezolana.

Es un hecho cierto que vivimos atemorizados, sentimos temor al salir a sitios públicos y ni el calor del hogar nos da seguridad, a todo esto se suma el desencanto de contar con cuerpos policiales que no inspiran confianza, ya que en muchos casos se encuentran involucrados en los hechos delictivos. Es repugnante ver como los jefes de bandas que se encuentran encarcelados, disfrutan de comodidades que nunca tuvieron, al punto de disponer de habitaciones cómodas con televisión, nevera, celulares, y por supuesto, el armamento de rigor . Estos capos dirigen, desde sus “celdas”, las fechorías que cometen los miembros de sus bandas, distribuidos en las diferentes ciudades del país, amen de salir de las cárceles, en horas nocturnas, para reunirse con el alto mando hamponil

Siendo el Sistema Socialista el único que garantiza la felicidad y tranquilidad de la población, donde la riqueza se distribuye en forma equitativa, proviniendo ésta de la producción que obtiene la sociedad, quien es dueña de los medios de producción, se hace necesario que dicha producción aumente constantemente para poder satisfacer adecuadamente las necesidades de la población. Pero para lograr el crecimiento económico adecuado, es necesario que la sociedad viva en armonía con su entorno social, cultural y ambiental. Es dificil lograr el desarrollo económico- social, mientras la población viva sumergida en un clima de inseguridad que la obliga a estar a la defensiva, desgastándose en esfuerzos para protegerse de la acción delictiva. Tal situación puede conducir a que los ciudadanos, al sentirse agobiados por la inseguridad, terminen por aceptar que “ no están para democracia” y en el curso corriente de los acontecimientos, la mayoría de la población quede al margen de toda participación en la vida política del país, quedando así abierto el camino para la instauración de un régimen de fuerza, que usaría la represión para garantizar el “orden y la paz” como lo hizo el dictador Augusto Pinochet, en Chile.

En conclusión, el Socialismo no es compatible con la inseguridad; sabemos, como dijo El Che, que…”la revolución es joven y tiene errores, los revolucionarios carecemos, muchas veces, de los conocimientos y la audacia intelectual necesaria para encarar la tarea del desarrollo de un hombre nuevo por métodos distintos a los convencionales y los métodos convencionales sufren de la influencia de la sociedad que los creo”. Entonces, el Gobierno Nacional tiene el deber de desprenderse de los métodos que utilizó la Cuarta República y adoptar métodos revolucionarios para frenar la delincuencia que amenaza con terminar con ese sueño que empieza hacerse realidad con la Revolución Bolivariana: EL SOCIALISMO.

Jabarim@cantv.net


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