Nuestra lucha

En política, lo más importante y, en mi opinión, lo más difícil es definir por un lado las leyes generales que determinan la lucha a muerte que se libra en todos los países del mundo contra el imperialismo, y por el otro descubrir la combinación especial de estas leyes para cada país. Todos los pueblos del mundo actual, desde los pueblos latinoamericanos, africanos, asiáticos y más allá, viven atados al yugo del imperialismo. No hay que olvidarlo ni un solo minuto. El mejor método de lucha, y el más seguro, es la revolución socialista. 

Por supuesto, una oportuna acción revolucionaria de los pueblos latinoamericanos podría paralizar el intervencionismo rapaz de los imperialistas. Pero tenemos que mirar cara a cara la realidad. Una gran parte de los gobiernos pitiyanquis de nuestros países siguen la dirección de la agenda que les impone el imperialismo mundial y participan con ellos en sus llamados. La política de los imperialistas, consiste en subordinar bajo engaño a nuestros pueblos a la burguesía local para así poder saquear nuestras riquezas con más facilidad.  

En la actualidad, la oligarquía burguesa contrarrevolucionaria cuyo objetivo es frenar y paralizar la lucha revolucionaria del pueblo venezolano contra el “imperialismo democrático” y mantenernos oprimidos a través de su poderío económico. En tanto no se elimine a la clase burguesa seremos impotentes para lograr la revolución; tenemos que enfrentarla y no consolarnos con débiles ilusiones y balbuceos pacifistas.      

El triunfo del “no” en la enmienda del artículo 230 de la Constitución por parte del bando oposicionista significaría la esclavitud definitiva de todo el pueblo venezolano, el doble encadenamiento a la burguesía y al imperialismo. El triunfo de estas bandas fascistas traería la esclavitud, la desgracia, la miseria, la decadencia de la cultura de toda la sociedad venezolana. No me cabe ninguna duda de que esta situación provocará el alzamiento contra el dominio de las rapaces camarillas fascistas de la burguesía criolla; durante la insurrección desaparecerán todas las diferencias entre las clases burguesas y el pueblo pobre y excluido. En el país se impondrá una depuración, los burgueses morirán igualmente que las gentes pobres del pueblo, los medios de destrucción serán tan monstruosos que probablemente la sociedad sólo podrá soportar la guerra civil que se desarrollaría durante muy poco tiempo. La indignación, el odio, empujarán al pueblo en todo el país en beligerancia a sublevarse con las armas en la mano contra la oligarca burguesía y el imperialismo. 

En estas condiciones el pueblo prefiere la igualdad en la servidumbre a la humillación en la desigualdad. La fuerza temporaria de la burguesía reside en la bancarrota del imperialismo. Estos oligarcas pitiyanquis son la expresión de la desesperación de las masas pequeñoburguesas, que quieren arrastrar consigo al pueblo al abismo. Como sabemos, la desesperación surge cuando se ven cortados todos los caminos de la salvación. Para garantizar la paz tenemos que derrotar a la burguesía, cualquiera que sea la mascara que adopte; para lograrlo tenemos que oponernos irreconciliablemente a esta casta y unirnos en un gran ejército revolucionario. La burguesía es la expresión de la dependencia más servil del imperialismo extranjero. 

Tenemos que comprender y aceptar que el capitalismo fascista que pesa en estos momentos sobre Venezuela es el resultado fatal del estado permanente de guerra abierta, latente, impuesta a los venezolanos por el régimen de explotación del hombre por el hombre y a la lucha de clases, que es la consecuencia, que sólo la creación del orden socialista poniendo fin a la explotación del hombre por el hombre pondrá fin a esta lucha y asegurará definitivamente la paz. Tenemos que ser capaces de descubrir, bajo la forma política, el contenido económico y social. 

¡Diez años más! ¡Sólo diez años! Permítanme terminar con una predicción: durante los próximos diez años el proyecto Revolucionario Socialista se transformará en la guía de millones de venezolanos y estos millones de revolucionarios sabrán como dar la vuelta al sistema capitalista burgués. 

La Revolución no puede ser terminada; mientras los ricos consuman todos los bienes y manden exclusivamente; mientras los pobres trabajan como verdaderos esclavos, se consumen dentro de la miseria y no sean nada dentro del Estado. 

¡Sí a la enmienda! 

Con Chávez todo, sin Chávez nada. 

Salud Camaradas.

Hasta la Victoria Siempre.

Patria Socialismo o Muerte.

¡Venceremos!

manueltaibo@cantv.net



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Manuel Taibo


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