¿Son revolucionarios de verdad? La prueba del algodón

En el duro mundo que vivimos de explotadores y explotados, de capitalistas y trabajadores, muchas veces nos encontramos que no es oro todo lo que reluce. Más adecuado sería decir, no es rojo todo lo que parece de ese intenso y revolucionario color.

     Existen muchos líderes, gobernantes o con posibilidades de serlo, que se dicen de izquierda, revolucionarios y socialistas, pero que no lo son de ningún modo. Se reclaman de una tradición honesta de lucha revolucionaria, pero hace tiempo ya que vendieron sus almas al gran Capital, a la trinchera de enfrente. Es bien reconocido que los activistas y revolucionarios debemos tener una idea lo más nítida posible de cuáles son nuestros referentes mundiales, ¡una brújula vamos! Para que después, con el paso del tiempo no tengamos que, por haber apoyado ciegamente a indeseables, meter la cabeza debajo de la tierra como hacen las avestruces. Pero...¿cómo puede el ciudadano de a pie, el trabajador que después de llegar del trabajo agotado a casa, sin casi tiempo para sí mismo, investigar sobre la realidad y las corruptelas de cada país para conformarse una idea cercana a la realidad? Pues bien ahora, entre otras cosas gracias a Internet1, nos es más sencillo tenerla.

     El procedimiento es el siguiente: Primero amigo lector, escribe en cualquier buscador el nombre del líder que desees poner a prueba. Luego, una vez aparecidas las entradas, ve a cualquier medio de desinformación controlado por el Gran Capital2 ( o sea todos los que no sean activistas de izquierda) y fíjate en el tratamiento que le brinden a dicho sujeto. De este modo tan sencillo, ya llegamos al momento de la verdad, a la prueba del algodón, que ya se sabe que no engaña. Si los medios del capital (de los explotadores) hablan bien del líder en cuestión, mal asunto. Si hablan de que “se ha moderado”, de que “ahora es más realista (después de un pasado verdaderamente revolucionario)” o resaltan declaraciones suyas como que “ya no tiene sentido hacer tal o cual medida” ,que “lo importante es la unidad nacional” (todos amigos como dice la Iglesia, ricos y pobres, los que roban y los que se joden), entonces, de este modo sabemos que han aceptado el camino del Capital. Ahora trabajan para él, no para el pueblo. Hay que olvidarse de su pasado revolucionario, de sus antiguas hazañas. Esto no son oposiciones a funcionario, los méritos pasados si ahora obra al revés, no cuentan. Más bien descuentan, por traidores a tan nobles ideales y a los sacrificios del pueblo.

     Porque amigos, ¿cómo es posible que los medios de los capitalistas explotadores hablen bien de alguien que se supone tiene que luchar contra ellos para defender los intereses de la mayoría3? O estás con el pueblo o estás contra el pueblo, o con los explotados o con los explotadores. No hay más leña que la que arde.

     Contrariamente, si hacemos la misma prueba y a diferencia de lo anterior, los voceros del Capital hablan del líder como de un “dictador”, con “creciente autoritarismo”, que “no respeta los derechos humanos”, que está “acumulando poder”, etc... ¡al menos, ya sabemos que les están jodiendo sus intereses4! Es así de simple. Ello no nos garantiza que estén trabajando por la democracia popular/comunal ni por el verdadero socialismo, pero tampoco significa lo contrario. Lo que sí nos dice claramente, es que se están enfrentando a los intereses burgueses, condición imprescindible para ser revolucionario y trabajar por y para el pueblo. ¡Es el Mínimo Común Divisor de todo revolucionario que se precie!

     Los individuos cambian. Personas que fueron honestas luchadoras, pueden cansarse a mitad de camino, desalentarse y ceder para siempre al suculento chantaje que ofrecen las mieles del Capital, siempre dispuesto a recompensar a los “ex-revolucionarios sensatos y reconducidos”. Porque como decía el ex-presidente socialista5 de la Primera República Española, Pi i Margall: “las convicciones políticas son como la virginidad: una vez perdidas, no vuelven a recobrarse”.

     Por ello es muy negativo personalizar excesivamente un proceso revolucionario en un líder que por muy honesto que sea, siempre es humano. Debemos fomentar la educación en valores socialistas y el pensamiento crítico del pueblo. Debemos darle las armas para la reflexión y el control revolucionario de sus representantes. No adoctrinarlo. Ya que, si llegamos a divinizar a un líder, cuando se equivoque, ¿quién será el que se atreva a contradecir al nuevo Dios? 

* Jon Juanma es el seudónimo artístico/revolucionario de Jon E. Illescas Martínez, licenciado en Bellas Artes, artista plástico, analista político y teórico del arte socialista. 

Notas:

1. El método es aplicable leyendo el periódico, viendo la televisión o escuchando la radio también.

2. Léase todos los medios de capital privado y cobertura nacional e incluso internacional como los periódicos El País, El Público, El Mundo, ABC, La Razón, The New York Times, The Washington Post, El Universal, las cadenas de televisión de la Fox, Globovisión, Antena 3, Telecinco, La Cuatro, RCTV y un largo etcétera.

3. La noticia que me motivo a escribir el artículo fue la siguiente, que cuando menos sin ser determinante, me preocupó: http://www.elnuevodiario.com.ni/2007/10/25/economia/62378 

4. Porque la riqueza es una y si la mayor parte de ella la tienen unos pocos individuos, para que a los demás no les haga falta, habrá que repartirla. Así de claro.

5. Por si alguien no lo ha adivinado ya, estoy hablando entre otros, del lider más revolucionario quizás del mundo: Hugo Chávez. Actual Campeón del Mundo de Blanco de Improperios e Insultos Recibidos por los Medios de Comunicación Capitalistas Internacionales. Buena señal.

6. Socialista honrado y honesto, que no social-liberal.

Para cualquier comentario con el autor sobre el artículo:

jonjuanma@gmail.com

Para ver una parte de la obra plástica del autor:

http://jon-juanma.artelista.com/ 

http://jonjuanma.blogspot.com/  


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