El deporte venezolano que queremos en el Socialismo del Siglo XXI

El deporte es considerado como un fenómeno social multifacético en sus efectos sobre los individuos y sobre la organización social, que incluye en su esencia el carácter competitivo, el cual le da la disciplina y especificidad a cada especialidad y crea las relaciones indispensables para este fin: la competencia y el éxito. En este contexto el individuo se expresa como ser social que desarrolla una práctica, como parte de un grupo, de un colectivo, sin restar importancia a los aspectos eminentemente biológicos, la necesidad de actividad motriz y a los factores ambientales que lo rodean.

Es innegable el reconocimiento que se le ha otorgado al deporte en los últimos ochos (8) años, comenzando por la mención que se hace del mismo en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, que en su artículo 111 destaca que “todas las personas tienen derecho al deporte y a la recreación como actividades que benefician la calidad de vida individual y colectiva. El Estado asumirá el deporte y la recreación como política de educación y salud pública, y garantizará los recursos para su ejecución (…)”, así como la creación del Ministerio del Poder Popular para el Deporte, la Universidad Iberoamericana del Deporte y el aumento significativo del presupuesto (lo otorgado en el gobierno del presidente Chávez, supera con crece las asignaciones que recibió esta actividad física en los últimos 40 años) cada año para el deporte, entre otros aspectos.

Sin embargo, las viejas estructuras del deporte se encuentran intactas, la concepción del deporte medallero y mercantilista domina todavía, junto con una legislación deportiva caduca y arcaica, una vieja dirigencia deportiva sin actualización y una creciente burocratización y corrupción en todos sus niveles. A titulo ilustrativo, me pregunto, si hasta la iglesia misma tuvo su reforma en su momento ¿por qué no puede tenerla el “nuevo deporte nacional”? No es posible seguir aplicando políticas gatopardianas (cambiar todo, para no cambiar nada) en la estructura deportiva.

Queremos con ello significar, que la crisis del modelo deportivo no es coyuntural, es estructural, superada esa etapa, el nuevo modelo tiene que transformarse radicalmente, respondiendo a la nueva realidad nacional los cinco motores constituyentes Como bien lo señala Eloy Altuve: “no se trata solamente de un problema de dinero, de dirigencia, de centralización o descentralización, de la eficiencia o no del aparato burocrático, de planificación y organización, etc. Es eso y mucho más que eso. Se trata del derrumbe del modelo deportivo aplicado en las últimas cuatro décadas…”. Es una crisis heredada de la sociedad capitalista, en donde los antivalores o conductas basadas en: en el clientelismo, la explotación del atleta, el individualismo, el facilismo, la trácala y la corrupción, se mantienen incólumes en la estructura deportiva nacional.

En nuestra opinión, en los actuales momentos es inconcebible seguir manteniendo intactas la organización (pública-privada) del deporte nacional y sus dirigentes. En este proceso de saltos cualitativos la superestructura va sufriendo transformaciones, es decir algo nuevo esta naciendo y lo viejo se resiste al cambio. Se plantean entonces retos para tratar de construir diferentes paradigmas que respondan a los problemas del deporte a nivel local, regional y nacional. Se debe recordar que al igual que la educación, el deporte es un aparato ideológico del estado que le ayuda en su edificación y consolidación.

Ante la nueva realidad que se construye con la revolución nacional, en donde se persiguen lograr mejores soluciones a las dificultades en materia de salud, vivienda, educación, desempleo y de inseguridad. Todos estos aspectos sociales ayudarán en la determinación del desarrollo deportivo, esta actividad física no puede permanecer impasible o inerte, ha de ser revolucionaria ella también, no se puede seguir reproduciendo el viejo modelo excluyente.

Los desafíos a corto plazo de nuestros nuevos lideres deportivos( eficientes y eficaces) en esta nueva etapa, serian entonces: 1-el impulso de plan nacional del deporte, llevando como bandera, el motor moral y luces; 2-la aprobación de una nueva ley del deporte revolucionaria, escudada en el motor de la reforma constitucional en su articulo 111, donde se contemple de una manera más firme la supervisión y tutelaje del alto rendimiento y la parte privada, así como el apoyo a la investigación; 3-cambiar la pirámide deportiva, dándole mayor importancia y presupuesto al deporte de masificación o deporte para todos; 4-ubicar en los puestos de mando a personas capacitadas y de intachable conducta; 5-cambiar la concepción que se tiene sobre el campeón mercancía a campeón humanista, con nuevos valores que deben inspirar la solidaridad y el compañerismo; 6- romper con la dualidad de funciones de los dirigentes en la organización deportiva, es inconcebible que la personalidad del deporte nacional de mayor rango el Ministro del Deporte, ejerza la máxima autoridad del deporte privado el Comité Olímpico Venezolano ; 7-involucrar a toda la población deportiva en las tomas de decisiones y contraloría social en las contrataciones y compras de la cosa deportiva, en otras palabras el motor del poder comunal en pleno desarrollo; 8-apoyar y darle un real impulso a barrio adentro deportivo a través del cuarto motor, la nueva geometría del poder ; 9-creación del instituto de investigaciones de ciencias aplicadas a la actividad física y el deporte; 10- redimensionar (búsqueda científica de verdaderos talentos) los liceos deportivos y las escuelas deportivas, en pleno contacto con las universidades y sus investigaciones. Estos serán algunos de los retos del deporte venezolano en estos nuevos tiempos de revolución.

Como bien lo señaló el rector Jesús María Bianco “Nos preocupa hondamente que el deporte nuestro se sumergía más y más en un letargo, del que no podía salir si no se le atendía con solícito cuidado y sobre todo, si no se consideraba al deporte como una expresión de la cultura del pueblo y no como un filón de política cualquiera. Es decir que el deporte, como manifestación de las comunidades humanas debe merecer en todo país que se aprecie estar enrumbado hacia un destino mejor, una atención preferente…”, siguiendo estas ideas, se plantea entonces un deporte que sea capaz de incorporar grandes sectores juveniles, para convertirlos en millones de ciudadanos sanos y útiles a la patria.

(*)Dr.

Antropólogo-Sociólogo

Docente- Investigador Asociado de la U.C.V.

Coordinador de la Unidad de Investigación

“Rendimiento Humano, Deporte y Salud”

Ex-Director General del I.N.D. (2002)

Email: pedro_garciaa@yahoo.es


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Pedro García Avendaño(*)


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