Continúa Marx hablando sobre Bolívar

"Debe satisfacerse el pedido del coronel Bolívar, como recompensa al
servicio prestado al rey de España con la entrega de Miranda". Dijo
Monteverde, ¿Acaso no es traición a la Patria, entregar al Generalísimo
Miranda a España y recibir un pasaporte como recompensa? , Bolívar lo hizo,
de esta manera salió de alguien peligroso, que podía quitarle el
protagonismo en la escena militar. Miranda tenía más currículum, si se puede
utilizar esa palabra, había combatido en Francia, Inglaterra, era un hombre
culto, su biblioteca es extraordinaria, con notas tomadas de sus viajes
alrededor del mundo. La idea de la gran Colombia fue de Miranda, junto con
sus sueños y gloria. El Generalísimo fue traicionado y así lo hace ver Marx,
por Bolívar por envidia, porque él sabía que no podía competir con Miranda
en ningún campo, ni militar y menos intelectual, la única manera era
sacándolo del escenario político, hacerlo caer en errores, que efectivamente
cayó.
Marx :
Se autorizó así a Bolívar a que se embarcara con destino a Curazao, donde
permaneció seis semanas. En compañía de su primo Ribas se trasladó luego a
la pequeña república de Cartagena. Ya antes de su arribo habían huido a
Cartagena gran cantidad de soldados, ex combatientes a las órdenes del
general Miranda. Ribas les propuso emprender una expedición contra los
españoles en Venezuela y reconocer a Bolívar como comandante en jefe. La
primera propuesta recibió una acogida entusiasta; la segunda fue resistida,
En este texto, se ve que los soldados y ex combatientes estaban con Miranda,
sabían de la traición y estaban molestos con esta orden dada por Ribas desde
Cartagena, la propuesta de emprender una expedición contra los españoles en
Venezuela, fue aceptada, no así reconocer a Bolívar como comandante en jefe.
Se ve a las claras que la idea central de Bolívar era salir de Miranda y
quedar como Jefe Supremo de Ejercito Libertador.

Marx:

aunque finalmente accedieron, a condición de que Ribas fuera el
lugarteniente de Bolívar.

Los soldados pusieron condiciones, incluso para continuar la lucha, creían
en Ribas, no en Bolívar.

Marx:

el presidente de la república de Cartagena, agregó a los 300 soldados así
reclutados para Bolívar otros 500 hombres al mando de su primo Manuel
Castillo. La expedición partió a comienzos de enero de 1813. Habiéndose
producido rozamientos entre Bolívar y Castillo respecto a quién tenía el
mando supremo, el segundo se retiró súbitamente con sus granaderos. Bolívar,
por su parte, propuso seguir el ejemplo de Castillo y regresar a Cartagena,
pero al final Ribas pudo persuadirlo de que al menos prosiguiera en su ruta
hasta Bogotá, en donde a la sazón tenía su sede el Congreso de Nueva
Granada. Fueron allí muy bien acogidos, se les apoyó de mil maneras y el
congreso los ascendió al rango de generales.

Roces y roces con todos….

Según Marx, los rozamientos y antagonismos de Bolívar con otros
protagonistas de la época por cuestiones del mando Supremo eran permanentes,
contra todo aquel que se destacara. Bolívar tenía sus armas apuntadas para
eliminarlo, ahora era contra Manuel Castillo, su primo. Bolívar propuso
regresar a Cartagena, pero Ribas lo persuadió que continuara a Bogota, si
hubiera seguido sus instintos naturales, no lo hubieran ascendido a General.
Por eso Marx dice que todas las estrategias militares se las hacían sus
Generales más cercanos.
Sería bueno hacer un estudio serio sobre el Libertador y su forma de
relacionarse con sus subalternos, él fue un guerrero, pero utilizó muchas
estrategias para salir de personas incómodas que pudieran quitarle su
prestigio. Sobre todo, entregó al gobierno español, y gracias a esa prisión
murió en la cárcel de la Carraca al venezolano más ilustre de todos los
tiempos, el Generalísimo Miranda.


Esta nota ha sido leída aproximadamente 3524 veces.



Sergio Delgado


Visite el perfil de Sergio Delgado para ver el listado de todos sus artículos en Aporrea.


Noticias Recientes:

Comparte en las redes sociales


Síguenos en Facebook y Twitter



Sergio Delgado

Sergio Delgado

Más artículos de este autor