A propósito del debate planteado por Raúl Baduel

La Vigencia del marxismo Crítico en la Construcción del Socialismo

El presente es parte de una serie de artículos, los cuales pueden ser descargados aquí en formato PDF y que también están disponibles en la pagina de Carlos Lanz en Aporrea www.aporrea.org/autores/lanz/

En la transmisión de mando del Ministerio para la Participación Popular de la Defensa el día Miércoles 18 de Julio de 2007, en el patio de honor de la Escuela Militar el General Raúl Baduel pronunció un discurso que se ha convertido en una referencia obligada en el necesario debate ideológico que hay que promover en la transición socialista.

En tal sentido, he tomado la iniciativa de esbozar algunos puntos de vistas sobre áreas problemáticas planteadas por Baduel:

1.- Estamos de acuerdo sobre la necesidad de construir un nuevo paradigma, enfoque o modelo de socialismo, conscientes de que existen teorías y experiencias históricas múltiples, concepciones estas con las cuales tenemos que ajustar cuentas si no queremos pecar de eclécticos o algo así “todo vale”. De allí nuestra interrogante que forma parte de un artículo que vamos a reseñar posteriormente ¿Cuál Socialismo ?

2.- También estamos de acuerdo con la crítica de la experiencia soviética y la responsabilidad del leninismo en la implantación de “leyes” en la construcción del socialismo a partir de la Nueva Política Económica (NEP) en la década del 20: economicismo y tecnocracia, por aquello del desarrollo de las fuerzas productivas como motor del cambio, capitulación ante la división social del trabajo capitalista ya que los explotados no poseían los técnicos o científicos para administrar las cosas.

3.- Igualmente, suscribimos la crítica del Capitalismo de Estado, ya que en la izquierda tradicional se confunde este con el socialismo. Ya Bethelheim aportó una serie de criterios que explican en parte esta confusión: homologar la “propiedad jurídica” a la apropiación real, de tal manera que en el Estado se formaliza la propiedad colectiva pero no hay manera de garantizar que ello conduzca a la apropiación real por parte de los productores o comunidad en general.

4.- De la misma forma, nos sentimos identificados con las observaciones realizadas sobre la economía rentista y parasitaria que predomina en nuestra patria, colocando el esfuerzo productivo y el trabajo como alternativa, pero rápidamente habría que preguntarse:

  • ¿ Puede construirse el socialismo manteniendo la contradicción entre el proceso de trabajo y la valorización o aceptando la primacía del valor de cambio por encima del valor de uso ?
  • ¿ Puede construirse el socialismo sin poner en discusión la obtención de plusvalía, el pillaje legalizado del plustrabajo, trabajo excedente o trabajo no pagado al obrero ?
  • ¿ Puede construirse el socialismo aceptando los paradigmas industriales propios del capitalismo, como son el taylorismo, el fordismo o el neofordismo?
  • ¿ Puede construirse el socialismo partiendo de la concepción de la productividad del trabajo que se fundamenta en la parcelación del saber y de la tarea, es decir, en la profundización de la separación entre el trabajo intelectual y el trabajo manual del obrero ?
  • ¿De qué socialismo estamos hablando ? ¿Capitalismo de Estado?

En otros artículos que reseñaremos examinamos las implicaciones de estas interrogantes en la transición socialista, describiendo también las diferencias entre producir y distribuir el excedente o la riqueza .

5.- Baduel en su documento reivindica una especie de “positivismo acrítico” ensalzando la ciencia como algo neutral, esto posee una serie de connotaciones:

  • ¿Cuál ciencia? ¿La que predomina bajo la lógica capitalista de la valorización-acumulación ?
  • La religión del Estado moderno capitalista es exactamente el cientificismo y los soviéticos canonizaron el término de “socialismo científico” condenando las utopías, el voluntarismo, el romanticismo, el subjetivismo, el idealismo y otros ismos, en nombre de la “objetividad, la técnica y la ciencia”, razón instrumental esta que de alguna manera fue la negación del humanismo y de la fe religiosa que profesa Baduel.

Aquí estamos ante una verdadera paradoja: particularmente soy ateo pero no me seduce la racionalidad instrumental del cientismo, defiendo la intersubjetividad y la utopía, sueños y esperanzas que me hermanan al movimiento cristiano en la acción ecuménica, como contraste Baduel es un creyente que defiende la ciencia a secas.

6.- La identidad Marx-Engels es altamente problemática y desde hace rato hay autores y corrientes del marxismo crítico que responsabilizan a Engels de favorecer posturas positivistas en el seno de la teoría revolucionaria, lo que tampoco excusa a Marx de tales incrustaciones positivistas. Por lo que hay que también preguntar ¿Qué marxismo reivindicamos ? No es aquí el lugar para reconstruir teórica o filológicamente dicha problemática, pero ella esta recogida en los debates del pensamiento críticos y en eventos del movimiento obrero mundial y en nuestro caso, en el Proyecto Nuestra América desde la década de los 90, nos hemos identificado en las búsquedas y sistematización del llamado “marxismo crítico”, no orientado por el dogmatismo ni por el economicismo, emblemáticamente expresado en nuestro contexto por Mariategui. A partir de esta postura no hemos negado a hablar de la “economía política del socialismo”, destacando que en la mayor parte de las obras de Marx aparece bien claro que se trata de la CRITICA DE LA ECONOMIA POLITICA.

7.- Estando de igual manera en la onda de Baduel, de distanciarse de la avaricia y la usura capitalista condenada por el evangelio, aquí es oportuno introducir unas reflexiones que hemos venido desarrollando a partir del encuentro entre marxistas y cristianos. Asi por ejemplo, en 1988 en la Universidad de Carabobo, bajo los auspicios de la Prof Roraima Quiñónez, para entonces Coordinadora Académica de FACES, realizamos una jornada de discusión con un sello macroecuménico ya que participamos marxistas no creyentes con diversas corrientes cristianas identificadas con la Teología de la Liberación ( Católicos, Pentecostales, Presbiterianos ) entre quienes recuerdo al Reverendo Exeario Sosa del Caleb y al Padre Matías Camuñas. Como ejes de ese debate propusimos examinar los aportes de las diversas corrientes en relación a:

  • Lucha contra explotación del trabajo
  • Enfrentamiento a la opresión política
  • Combate a la hegemonía cultural

Para aquel momento un primer hallazgo estuvo referido al hecho de que en término bíblico se habla de pobres y de pobreza, pero no de explotados ni muchos menos de explotación del trabajo. Esto implica que la reflexión teológica de los cristianos comprometidos requiere de una “hermenéutica” o interpretación que permita categorizar las lecturas, para que la OPCION POR LOS POBRES se articule con la EMANCIPACION DEL TRABAJO. O dicho de otra manera, no se le puede exigir al texto bíblico que explique la distinción marxiana entre trabajo concreto y trabajo abstracto o el doble carácter de la jornada de trabajo y de la mercancía como valor de uso y valor de cambio, es decir, las categorías centrales de la teoría de la explotación. Por ello no se le puede demandar al Evangelio Según San Mateo que condenase la apropiación del trabajo ajeno en términos de plusvalía, excedente o plustrabajo, caída tendencial de la tasa media de ganancia, ya que este un aporte teórico-ideológico de la crítica de la economía política marxista. Por esto hemos sostenido que la lucha contra la pobreza no tiene ningún destino si no se articula en la lucha contra la explotación del trabajo. Frente a la acción caritativa y asistencialista de ciertas iglesias, hemos planteados que se pueden establecer políticas compensatorias, se pueden atenuar las aristas más visibles de la pobreza, pero mientras no se erradique la sed insaciable del capital ( ya sea estatal o privado ) por el plustrabajo Y SU CONVERSIÓN EN MAXIMA GANANCIA, no habrá liberación posible ni se podrá construir el reino en términos teológicos.

Los anteriores ejes programáticos, particularmente la lucha contra la explotación del trabajo, interpelan también a las otras vertientes de la corriente histórico – social: la resistencia indígena, el cimarronismo afroamericano y el bolivarianismo.

Aquí hay líneas de investigación y elaboración abiertas, pero desde ya se pueden observar aportes mayores en un ejes que en otro, como es el caso de la resistencia cultural indígena y afro. En el caso del bolivarianismo es indiscutible el legado anti-imperialista y la lucha contra la opresión política librada por Bolívar, pero son muy débiles las propuestas bolivarianas para desmontar el régimen de producción capitalista, en términos de la Teoría del valor – trabajo por ejemplo. Se sobreentiende que sería una petición fundamentalista exigirle a estas corrientes que nos respondan todas las interrogantes que nos hacemos hoy .En esa perspectiva, se hace necesario construir una síntesis teórica e histórica de sus aportes, lo que sigue siendo una tarea a realizar.

En el texto sobre LAS TESIS PROGRAMATICAS DEL SOCIALISMO REVOLUCIONARIOS, asumiendo a Mariategui que nos exhorta a no copiar ni calcar, sino a la creación heroica, nos planteamos tal búsqueda señalando:

“Para Maríategui, esta creación heroica del socialismo implica una lectura no mecánica ni economicista del cambio revolucionario, sino que plantea revalorizar los contenidos de la revolución cultural: la construcción de una subjetividad que subvierta los valores burgueses. La constitución de los explotados como sujetos históricos conlleva entonces el desarrollo de una estrategia global desde el punto de vista educativo, comunicacional y organizativo, que contempla:

  • Considerar los contenidos de esta subjetividad de un punto de vista histórico, incorporando las tradiciones y luchas de explotados y oprimidos.
  • De allí la importancia de reivindicar la diversidad étnica y la interculturalidad, articulado a la concepción clasista de la sociedad.
  • Combate en el terreno de la superestructura institucional: escuela, fábrica, medios de comunicación.etc.
  • Particular importancia tiene la identificación y promoción de la resistencia e insurgencia cultural.
  • En nuestra América encontramos un importante acervo cultural que puede ser plataforma en el terreno de los valores para enfrentar el proceso capitalista enajenador:
Valores y actitudes solidarias en comunidades campesinas e indígenas.
Modalidades de trabajo cooperativo como la callapa y el convite, como expresión del Apoyomutuo.
Gastronomía popular y patrones de consumo saludables y en correspondencia con la producción local.
Relación armónica con la naturaleza, que respeta el medio ambiente.
Cultura del ahorro y del trabajo creador
Formas de comunicación auténtica, centradas en la conversa y el valor de la palabra.
Formas de ocio y de recreación donde se dignifica la naturaleza y la persona humana.
Valoración de lo público como espacio de encuentro ciudadano, como suelen ser las plazas y otros patrimonios arquitectónicos de los pueblos.
Sueños y esperanzas, animados por la religiosidad popular.
Fibra patriótica que se enraíza en las gestas y luchas independentistas.

La diversidad étnica y la interculturalidad que se expresa de mil manera en nuestra América adopta la forma de “uno y múltiples”, “encrucijada planetaria”, Unidad en la Diversidad. La heterogeneidad productiva y territorial ( enclaves capitalistas con avanzadas formas de la división del trabajo, combinada con formas pre-capitalistas de producción, el complejo étnico-cultural Costa-Sierra, el nexo ciudad-campo ) demanda que lo clasista se articule a lo étnico y a la cuestión de genero, valorizando el nexo entre lo local-regional y lo nacional-continental. Desde este punto de vista, se puede decir que existe un Bloque Social Revolucionario donde están presentes los trabajadores, campesinos pobres, capas medias, nuevos movimientos sociales.”

Estos 7 aspectos, donde hay coincidencias y expresas divergencias con el discurso de Baduel, ciertamente son matices que marcan el debate que apenas comienza sobre la nueva etapa de la revolución bolivariana. Estando consciente de la necesidad de profundizar esta discusión, sobre todo en lo que tiene que ver con los enfoques sobre el desarrollo o nuevo modelo productivo inherente al socialismo, he venido publicando diversos materiales que tienen como epicentro la experiencia cogestionaria en CVG-ALCASA.

En términos de preguntas directrices que orientan la búsqueda, esta reseña donde se reagrupan estos 7 artículos, ( cuyo orden cronológico no es sincrónico con su orden lógico ) (*) evidencian una interpretación o lectura de la problemática central de la explotación del trabajo, dejando en evidencia que la tarea transformadora anti-capitalista, si es queremos hacer una revolución verdadera, hace vigente estos aportes, el cual marca distancia del denominado “marxismo-leninismo” de factura soviética.
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(*)Los artículos que a continuación reseñamos ( ver texto completo en PDF arriba) no fueron elaborados como un texto unitario, sino como presentación o prólogos a diversas compilaciones realizadas como un recurso de pedagogía política, ya que son lecturas pocos comunes. Los textos completos se puede encontrar en www.aporrea.org/autores/lanz/



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Carlos Lanz Rodriguez

Sociólogo, teórico militante revolucionario y ex-guerrillero.


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