¿De verdad el cooperativismo es socialista? … reflexionemos

Mis queridos amigos, para muchos, la respuesta será instantánea, casi un acto reflejo y alzarán la voz con un atronador Sí. Pero para unos pocos tal vez dará lugar a un gesto meditabundo y la respuesta a la pregunta merecerá al menos un tiempo de cavilación. Es mi intención justamente explorar esta última vía, posiblemente porque sea del tipo de personas que dudan de todo, tengo algo de Descartes corriendo por mis venas.

En primer lugar, para dar respuesta a la pregunta que sirve de título a este artículo es necesario definir de algún modo, aunque sea una definición grosera, que concebimos como socialismo. Partiendo de la base que existen muchos tipos distintos de socialismo, tenemos que buscar algunos elementos comunes en las distintas variantes de este pensamiento. La búsqueda de la igualdad social, la superación de la miseria y la pobreza, la distribución igualitaria del ingreso, la solidaridad, el humanismo y la justicia social, parecen ser elementos que posiblemente los social demócratas, los marxistas, los anarquistas, los trostkistas, entre otros, pueden reconocer como elementos insertos en la definición de socialismo. Por lo tanto, la cuestión es si el cooperativismo apoya y desarrolla los conceptos anteriormente citados como elementos componentes del socialismo.

En segundo lugar, las cooperativas en términos generales, aunque hay algunas que no lo sean en el estricto sentido de la palabra, son empresas dedicadas a la producción de bienes y servicios. Como tales, en ellas se da la fusión del capital (maquinarias, equipos, instalaciones) y la fuerza de trabajo. Lo que las distingue es que los dueños de la fuerza de trabajo, es decir los trabajadores, también son dueños del capital. De esta manera, existe una socialización al interior de las cooperativas, de los medios de producción, pero la misma es válida dentro de los límites de dichas cooperativas. Es muy factible que veamos alguna vez, un letrero en una cerca que diga, NO PASE. PROPIEDAD PRIVADA DE LA COOPERATIVA LOS SOLIDARIOS. PERROS BRAVOS.

De hecho, podría existir una compañía anónima o de responsabilidad limitada en que las acciones de la empresa estuvieran repartidas en partes iguales entre los trabajadores. Para cualquier extraño esta empresa sería considerada como una compañía privada.

En tercer lugar, independientemente de cualquier tipo de aporte social de la cooperativa, por ejemplo, a la comunidad circundante, una cooperativa de producción de bienes o servicios perseguirá un fin de lucro. Es decir, de la actividad económica deberá resultar un excedente que deberá repartirse entre los integrantes de la cooperativa, o bien ser usado para incrementar los activos de la cooperativa. Debido a que las cooperativas deben salir al mercado a ofrecer sus bienes o servicios, y por lo tanto, competir en igualdad de condiciones con otras empresas privadas tradicionales, es imperativo que sea rentable, para poder garantizar su supervivencia a lo largo del tiempo. En caso contrario, las cooperativas dependerán en alto grado de la demanda de bienes y servicios que el Estado les pueda garantizar. Por lo tanto, de cara al mercado y la competencia, la cooperativa deberá comportarse como cualquier empresa privada tradicional.

En cuarto lugar, es realista pensar que no todas las cooperativas tendrán la misma rentabilidad, pues ésta depende del sector económico en que se desenvuelvan. Esto puede conducir a que existan algunas cooperativas que fracasarán, otras que sobrevivirán a duras penas y algunas que crezcan y se enriquezcan, exactamente lo mismo que ocurre con las PYME, aquí y en la Cochinchina. Por lo tanto, la proliferación de las cooperativas no asegura a mi modo de ver la distribución igualitaria del ingreso, además, a la hora de salir al mercado es posible que tengan que competir con otras cooperativas, la que ganará será la mas eficiente, más productiva, tenga un mayor acervo de capital y pueda ofrecer mayor calidad a menor precio. Es decir, a la hora de ir al mercado, las cooperativas se enfrentarán de acuerdo a las leyes de mercado capitalistas. En resumidas cuentas, la competencia será la regla y no la solidaridad.

Por todo lo anterior, es que me he atrevido a dudar de las bondades de las cooperativas como motor dinamizador del socialismo. En la práctica, y todos lo reconocen así, existe una gran cantidad de cooperativas que son simplemente una fachada para una empresa tradicional, donde hay un socio capitalista y los demás integrantes lo son en el papel, pero no en la realidad, de hecho, suelen ser familiares del jefe de la empresa. Quienes forman estas cooperativas de papel, lo hacen con la intención de favorecerse de la atención privilegiada que les suministra el Estado como proveedores.

Después de haber leído mis argumentos, por lo que les estoy muy agradecido, ustedes me dirán si la respuesta a la pregunta inicial puede ser tan automática y afirmativa.

htorresn@gmail.com






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Hernán Torres


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