Definición de Socialismo. Significado, historia y origen de la palabra. Qué significa

Socialismo

Conjunto de doctrinas de reforma social surgidas en el siglo XIX, dirigidas a mejorar las condiciones de vida de los trabajadores, que tienen en común la creencia de que una sociedad basada en la propiedad privada a gran escala es injusta; la convicción de que es posible fundar una sociedad más equitativa que contribuya al progreso moral y material de la humanidad; la idea de que es necesaria una transformación revolucionaria de la sociedad (aun cuando los medios propuestos difieren entre una revolución violenta y una reforma gradual). El término incluye varias doctrinas y movimientos diferenciados, como el anarquismo, el comunismo, la socialdemocracia.

Aun cuando el término socialismo (y socialista) apareció en italiano en el siglo XVIII en relación con la teoría del contrato social de Rousseau, su uso en sentido moderno se fue definiendo desde la década de 1820, cuando fue utilizado por los seguidores de R. Owen y posteriormente por otros reformadores sociales.

Socialismo tenía un significado contrapuesto a individualismo, y, junto a otros términos como mutualismo, comunismo, comunitarismo, cooperativismo, etc., designaba una gran variedad de doctrinas, proyectos y movimientos, representados principalmente por C.H. de Saint Simon, E. Cabet, C. Fourier, P. J. Proudhon, L. Blanc y Owen, que compartían la denuncia de las relaciones de propiedad existentes y de las condiciones de los trabajadores en el proceso de producción industrial, la propuesta de modelos alternativos de sociedades fundamentadas sobre bases comunitarias, minuciosamente descritos (y en ocasiones llevados a la práctica), y la promoción de formas de asociación basadas en la cooperación.

La mayor parte de estos proyectos y organizaciones no defendían, sin embargo, una igualdad absoluta, y confiaban en la educación y en el ejemplo para lograr una transformación radical de la sociedad.

El conjunto de estas primeras formulaciones socialistas se conocen con el término genérico de «socialismo utópico», una definición que en sus orígenes era peyorativa, utilizada por Engels.

Frente al socialismo utópico, el marxismo se definió como un «socialismo científico», que partía del análisis económico de la sociedad. Marx defendía la organización de la clase obrera y su lucha política en un partido específicamente obrero, independiente de los partidos burgueses, con el fin de lograr una transformación revolucionaria de la sociedad que sustituyese La propiedad privada por la propiedad colectiva de los medios de producción. El socialismo marxista tuvo mucha influencia en el movimiento obrero organizado, si bien se enfrentó a las corrientes anarquistas (Asociación Internacional de Trabajadores, AIT, fundada en 1864).

En 1875, la fusión de dos organizaciones obreras alemanas condujo a la creación del partido socialdemócrata alemán, el primer partido obrero de ámbito nacional, que inspiró a otros partidos socialistas europeos. Su programa recogía la teoría marxista, en particular su definición como partido de clase e internacionalista, el análisis de desarrollo del capitalismo, que preveía la expansión numérica del proletariado, las crisis económicas cada vez más frecuentes hasta que se produjera una revolución y la instauración de una dictadura del proletariado. Pero también incluía un programa mínimo, con propuestas políticas de corte democrático (sufragio universal, etc.) y reivindicaciones de reformas sociales (jornada de ocho horas, etc.).

En la Segunda Internacional, fundada en 1889, estuvieron representados las distintas organizaciones y partidos que defendían, en concordancia con la doctrina marxista, la acción política de la clase obrera, por lo que se excluyó a los anarquistas.

En su seno surgió un conflicto entre una corriente (representada por Berstein) que respondía al programa mínimo del partido socialdemócrata alemán reivindicación de reformas sociales y de derechos políticos y cuestionamiento de la lucha revolucionaria para alcanzar el socialismo. Esta tendencia, denominada «revisionista» por sus detractores, fue rechazada en la Internacional, pero tuvo gran importancia en la posterior definición de los partidos socialdemócratas, reformadores y no revolucionarios. La expresión «socialismo real» designa la doctrina y la organización política y social de la Unión Soviética y los países de Europa del Este hasta la disolución del sistema comunista en 1989; se suele utilizar con el fin de enfatizar las diferencias entre el comunismo llevado a la práctica en esos países y las doctrinas de Marx y de otros pensadores comunistas.

cntfai@cantv.net



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