Somos animales políticos por naturaleza. Los políticos que matan a la política

Es tan grande el daño que el sistema capitalista le ha propiciado a la humanidad, a la naturaleza y a todas las formas de vida, que es indispensable cambiarlo todo. No hay espacio, ni grieta, donde los perversos intereses del capital no estén presentes. Toda revolución que pretenda alcanzar el socialismo, de no provocar cambios radicales en todos los órdenes, el tiempo la destruirá. Si los españoles en menos de una centuria lograron quebrar hasta casi hacer desaparecer la cultura aborigen, cuya data supera los 8 mil años, el capitalismo ha logrado erradicar hasta la condición humana de los humanos, en menos de 500 años. Su velocidad destructiva, no permite reparos y acelera el desarrollo de sus contradicciones, las que les son intrínsecas y vitales. Darwiniano por su naturaleza, el desarrollo del capitalismo, genera profundas desigualdades entre países y entre personas. Para enfrentar al capital, tenemos que unirnos también en las querencias, en el odio común al mismo enemigo. La tarea no es de un club de coincidentes, sino de una fusión humana de propósitos.

Los revolucionarios no solamente somos vanguardia activa de la sociedad, debemos tener por profunda convicción, la ética, y cultivar entre nosotros la fraternidad. Si la revolución es manifestación viva de las luchas contra las injusticias, las relaciones humanas entre los revolucionarios son imprescindibles. Regístrese la historia y encontraremos la hermandad habida entre los más grandes revolucionarios, pues como sabemos, el socialismo rescata al sujeto humano que todos llevamos por dentro, y nos devuelve nuestra esencia de fraternidad. La política no puede ser una práctica ocasional, coyuntural, circunstancial, es permanencia afectiva, es la búsqueda entre los nuestros, entre nosotros. Nuestra crítica y auto crítica, es el mejor camino para encontrar la verdad, y evitar extravíos y fracasos.

El capital ha logrado focalizar la mirada de sus víctimas, casi absolutamente en la parte económica, claro, el mercado es su columna vertebral. Por esta vía han podido naturalizar y hasta legitimar, las más estúpidas, aviesas e insólitas conductas. Todo es válido con tal de conseguir "lo que me gusta y deseo". Su utilidad, pertinencia o necesidad me tiene sin cuidado, lo importante es estar en consonancia con el mercado. Es la cultura que coloniza para dominar, la alienación y enajenación en su esplendor.

Los errores en la teoría se ven prontamente en los resultados. La confusión es tal entre nosotros, que el capital ha logrado hacernos analfabetos políticos, despreciadores del conocimiento que requiere tiempo para su aquilatamiento, hasta convertirnos en carne con ojos, pragmáticos, utilitarios, individualistas, insensibles, despolitizados, a todo esto la llamamos "la viveza criolla". El que no esté en "esta honda", es un pendejo. La lógica y la naturaleza del capital, vive con nosotros. ¿Cómo erradicar el colonialismo mental que nos sembraron, para exorcizar el extravío que llevamos dentro?

No estamos atrapados sin salida. Volemos a reconquistar la ética, quebrémosle el espinazo al consumismo para debilitar al mercado. Cuántas cosas inútiles y esterilizantes se fabrican, para fortalecer y garantizar la continuidad de la estupidez humana. ¿De cuántos prejuicios, falsos valores, malévolas prácticas, miserables conductas, absurdas creencias, egoísmos brutales, individualismo sin límites, adoradores de fetiches, defensores del oprobio que se devuelve contra nosotros, estamos hechos? ¿Cómo romper estas férreas ataduras legitimadas y hasta naturalizadas por el interés bastardo del capital? ¿Cómo humanizar a los pobres para acabar con la pobreza? ¿Cómo construir el socialismo como modelo radicalmente opuesto al capitalismo? Hablar de paz sin justicia social es ignorancia. El Estado burgués es el gran articulador del capital. Cambiarlo todo, o estar condenado al fracaso. "me desperté y el monstruo seguía allí" dice un corto pero profundo y simbólico poema de Enodio Quintero.

No podemos caminar con la sombra del pasado marcándonos los pasos. "Civilización o barbarie", "el capitalismo es la prehistoria de la humanidad". El "inventar o errar" de Robinson, está sostenido por toda una praxis cognitiva, no es improvisación ni azar. Es el despliegue de todo lo verdaderamente nuevo, totalmente opuesto a lo viejo. No es humanizable el capitalismo. Si no acabamos con él, el acabará con la humanidad.

Por su verticalismo procedimental y administrativo, los partidos facilitan la corrupción, el burocratismo, el dogmatismo, el sectarismo, la represión dentro y fuera del partido, el culto a la personalidad, el nepotismo. Algunos despotismos se hacen en nombre del pueblo. Este tipo de partido al transformarse en partido-gobierno, entra a gobernar con el mismo Estado burgués creado por el enemigo histórico, obvios los desencuentros, las confusiones y las ambigüedades de nuestros "revolucionarios" gobernando, cuando pretenden dejar intacto el aparato de dominación del capital. Escabullirse por los meandros del capitalismo, permearse con sus valores inhumanos, hacer la política, bajo la consigna de TODO DENTRO DEL CAPITALISMO FUERA DE EL NADA, es lo que está ocurriendo. Nos espera la derrota, si pretendemos construir un social-capitalismo. Socialismo y capitalismo son por esencia antagónicos. No se pide la DICTADURA DEL PROLETARIADO, se reclama justicia, equidad, democracia popular y no burguesa, soberanía y GOBIERNO DEL PODER POPULAR. SÍ PUEDEN VOLVER LOS QUE NO QUEREMOS QUE VUELVAN. (Hasta el próximo sábado).



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Jesús M. Vivas P.

Profesor Universitario con 45 años de servicio docente. PhD en Historia, egresado de la Universidad Complutense de Madrid. Más de 700 Artículos publicados a nivel nacional e internacional, mas de 60 años en la lucha revolucionaria, soy Jesus "Chucho" Vivas

 jesusm_vivas@hotmail.com

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