26 de octubre de 2016 u 11 de abril 2002

Para el momento de escribir estas líneas he recorrido la ciudad cumpliendo con mis obligaciones laborales. He atravesado la ciudad de oeste a este, y se percibe en el ambiente una situación parecida a la vivida el 11 de Abril de 2002 horas antes de la ocurrencia de hechos de violencia desatados aquel aciago día.

Hoy la realidad ha cambiado 180 grados. A tres años del fallecimiento del presidente Chávez la realidad supera cualquier ejercicio de haber imaginado el futuro que nos esperaba. No voy a ahondar en detallar por, la actual crisis económica, política, y social que nos aqueja y altamente conocidas por todos. Voy sí, a detenerme en señalar los desacatos a la constitución en que ha incurrido el gobierno y que obligan a una reflexión por parte de quienes se encuentran militando en la izquierda desde siempre.

Tampoco me voy a enganchar en  consideraciones por el referéndum revocatorio del presidente como un derecho político de las y los ciudadanos. Las elecciones de gobernadores deben hacerse en diciembre de este año por vencimiento del periodo tal y como lo determina la CRBV. Sin embargo se ha anunciado que no habrá elecciones de gobernadores sino para el próximo año. O sea  un desbaratar con los pies toda la credibilidad que con las manos levanto el poder electoral en estos  casi 19 años. No es cualquier cosa, no es concha de ajo. Es el ejercicio pleno y soberano del voto sobre el cual se sustenta la democracia el que está siendo conculcado.

Pero adicionalmente se ha vulnerado ese derecho en por ejemplo el ámbito petrolero al suspender ya en varias ocasiones las elecciones en el sector. No se puede pretender hacer elecciones solo cuando las condiciones resultan favorables, si es eso lo que el gobierno pretende. No asumir responsabilidades, engañar al pueblo y encima utilizar a la FFAA para la ingrata labor de la represión que genera el descontento no ayuda en nada y es un juego peligroso que está enterrando todo lo bueno que dejo el presidente Chávez y junto a el al pueblo CHAVISTA, o sea el legado de Chávez.

Este gobierno giro a la derecha y ha sido incapaz de rectificar el rumbo. Todos aún estamos a la espera de la publicación de la lista CADIVI, la repatriación de las divisas robadas a todas y todos los venezolanos, la nacionalización de la banca, etc. No se han tomado medidas ejemplarizantes para castigar la corrupción derivada del robo a la nación. Llegamos al punto de que los venezolanos deberán escoger a una de dos oligarquías: la oligarquía que nació y próspero a la sombra de la renta petrolera en la cuarta o la que nació y próspero a la sombra del poder político de la quinta pero de igual forma con una alta renta petrolera de más de diez años. Es ya tiempo de romper los esquemas y de profundizar la tan cacareada conciencia y potencial e insurgir   con la fuerza del sujeto histórico de transformación de la sociedad de justicia y de igualdad.

Esa no es más que la clase trabajadora pública o privada, la de pequeños comerciantes, profesionales, técnicos, obreros calificados o no. Toda esa gran masa insurgiendo en contra del estado  capitalista burgués. Sería bueno reflexionar sobre este asunto, y pensar porque no, en un gran paro nacional de la clase trabajadora. Es necesario un punto de inflexión en las actuales circunstancias que derive en un verdadero gobierno de corte clasista, revolucionario y socialista. O sea el gobierno de la clase obrera. Lo otro es perdernos en la restauración del actual gobierno y mandar para el carajo a Chávez y su proyecto de país o plan de la patria que solo quedo como figura decorativa y de fondo de escenario para manipular sentimientos y afectos. Hoy ambos, oposición y gobierno lucen desesperados. Unos por asaltar el poder y otros por preservarlo a costa de lo que sea.

Esa desesperación pudiese devenir en hechos violentos con saldo lamentable que sirvan a los fines de unos u otros. Bien sea por ejemplo para impulsar la activación de la carta democrática o para desatar una feroz persecución y represión. El pueblo tendrá la última palabra para destrancar el juego y exigir que cualquier acuerdo o negociación no sea hecha de espaldas al soberano y que no sea letra muerta la democracia participativa y protagónica. Estamos hoy en presencia de un nuevo pacto de gobernabilidad o nuevo bipartidismo con la consecuente traición de  los intereses de la clase. Toda la actual situación deriva de un gobierno que se niega a asumir por la calle del medio la lucha de clases y de romper con las cúpulas económicas.

Por lo tanto es imperante la organización y movilización de la clase trabajadora exigiendo la restitución de todos sus derechos y al mismo tiempo insurgir hacia la toma del poder. Vacilar en estos momentos seria perdernos.

ORGANIZACIÓN-UNIDAD-LUCHA-BATALLA-VICTORIA

*Ingeniero Geólogo
*Directivo sindical de SINATRAUCV
*Profesor Universitario
*Miembro de la Plataforma del Chavismo Critico y del Pueblo en Lucha

 

alonsopadronmov80@gmail.com



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