Nunca ha superado mi capacidad de asombro, la desfachatez con la que los reaccionarios de toda uña plantan cara al descubrimiento irrefutable de sus atrocidades. Todavía recuerdo la cara del inefable general Videla, cuando le leían su sentencia y lo arrojaban al basurero de la historia de los criminales y los genocidas. Todavía veo con estupor a los hijos y nietos políticos de Franco en España, dirigentes del PP podrido y su aspirante a reemplazo Ciudadanos, cuando, patéticamente, intentan preservar la buena memoria de los esbirros de la dictadura, bojote éste que ya creían escondido bajo la mesa, desde hace casi 40 años, con aquel sainete barato de la transición democrática. Me acuerdo de las señoras de lentes caros de sol, las que manifestaban contra Allende, mientras allende los mares del sur, en el norte del mismo continente, se planeaba la canallada del 13/09/73. Era la misma cara insondable que mostraron sus hijos políticos, ya en democracia de constitución pinochetista, cuando Clinton desclasificó papeles del pentágono y afloró al mundo toda aquella pestilencia de la barbarie.
Eso lo vi en Venezuela. Recuerdo ministros de pacotilla, militares y civiles en asidua pleitesía cortesana a las barraganas insolentes. Recuerdo que no somos suizos, que lo del Amparo fue enfrentamiento, que las tanquetas en la UCV defendían la democracia, que las tuercas en los cartuchos de perdigones eran de origen desconocido, que habían autosuicidios…. Y así sucesivamente, mientras se masacraba un pueblo, mientras se reclutaba al muchacho de la buseta, mientras esperábamos un cupo, mientras pagábamos intereses sobre intereses, mientras se nos iba la esperanza.
Ese fue el pecado de Chávez. Revivir la esperanza. Amortizar la deuda social. Invitarnos a ser protagonistas. Derribar los falsos designios. Pensar en el otro. Cambiar el sentido del embudo de la historia. Nunca lo perdonarán los reaccionarios por tamaña ofensa, por tamaña amenaza a su voracidad insaciable, por haber despertado a un pueblo que, incluso si votara por descontento contra el chavismo, ya no podrá ser manipulado con la misma ligereza. El plan y la razón de ser del dirigente reaccionario opositor (y de varios apoltronados en la burocracia oficial): Atiborrar de riquezas a las fauces propias y las de sus patrones adinerados, a costa de la sangre de los pobres, ya no podrá ser disfrazado con el tecnicismo del lenguaje universitario, ni con la comunicación desviante.
Muy al contrario. Asistiremos en un tiempo mas, a nuevas desclasificaciones. Aflorará lo que ya sabemos porque ya hiede: La guerra económica, el plan de desestabilización, el saboteo petrolero, los francotiradores de la Av. Baralt, el pacto con los paramilitares, el decreto de Obama, la trampa de la OEA y muchas triquiñuelas mas. Entonces, como antes y como ahora, veremos a los hijos criollos de la infamia, junto a los traidores de rojo y de verde que nunca faltan, con la misma cara inmutable, cual estatuas de sal, que se desintegrarán con el solo soplar del viento siempre fresco de la Revolución
