El microscopio de Carlos Marx (II)

En el primer artículo, de esta serie a dos, hacíamos referencias a las herramientas específicas, que “El Moro” de Tréveris, Carlos Marx, usó en su proceso de investigación. Advertimos que buena parte de las ideas de Marx, ya habían sido trabajadas por otros pensadores, pero que todos ellos se quedaron a medio camino. Marx conoció en detalle estos conocimientos, pues era un profundo y constante lector y políglota, superó estas ideas, y las liquidó científicamente. Esta proeza de conocer, superar, destruir y construir lo nuevo, no hubiera sido posible sin un sólido método de investigación y Marx creó el suyo. Se trata de dos fases que están procedimentalmente separados, por fines metódicos, pero que en su recorrido se van articulando, en procura de orgánicamente, construir puentes, vasos comunicantes y relaciones que hay en LA TOTALIDAD DE LO CONCRETO.

El método tiene dos momentos, fases o etapas: la investigación y la exposición. Tres recursos poderosos son usados para el éxito de este recorrido: la dialéctica, las categorías de análisis y la abstracción. El primero nos remite a las contradicciones entre intereses opuestos conscientes que se mueven en la sociedad, por lo tanto no hay casualidad, sino causalidades en la historia. El segundo porque la limitación de conceptos y definiciones, obliga a tomar otros elementos que tengan mayor riqueza interior y cuyo conocimiento, entrelazado con otras categorías, nos conduce nuevamente AL TODO. Y el tercero, es el procedimiento de ABSTRACCIÓN o extracción de los contenidos generalmente ocultos dentro de cada categoría y su integración con otras categorías, para seguir construyendo LA TOTALIDAD DE LO CONCRETO. Esto requiere de la delimitación previa de tiempo y espacio. El proceso de Marx se produce en lo real, en lo mesurable, no sólo en la cabeza.

Marx lo entendió y admitió: “los órganos de los sentidos nos pueden engañar” (Heráclito). Se requiere de hilvanar cualitativo y cuantitativo conocimientos de LO CONCRETO QUE QUEREMOS para conformar un TODO HOLÍSTICO, donde reposa la verdad. “La verdad es el todo” dirá Goethe. Sabedor que “la naturaleza osa ocultar su esencia” (Heráclito), adversario como el que más contra la fragmentación cartesiana y positivista del conocimiento, Marx comprendió que se requería de un recorrido en el conocimiento para llegar al núcleo de la certeza, pero esta certeza estaba conformada por una totalidad de conocimientos. Tiene razón Lukács, al darle merecidos elogios a la TOTALIDAD DE LO CONCRETO, señalándolo como el elemento más rico de este caminar cognitivo de Marx.

La importancia que el microscopio tiene para el biólogo, el médico o el especialista, para Marx la importancia está en el saber ABSTRAER los contenidos en las CATEGORIAS, exteriorizando las CONTRADICCIONES DIALÉCTICAS que mueven los intereses en la historia. Es la vía, para llegarle a la etiología del capitalismo, para lograr destruirlo y construir “El hombre y la mujer nueva” del Che en el SOCIALISMO.

Había que partir de la realidad inmediata, de lo concreto, del conocimiento verdadero y lo más concreto es el hombre mismo tal y como produce y consume. Descubre que el capitalismo es una creación humana. Que nuestros ancestros fueron despojados de sus herramientas de trabajo y de sus tierras, para dar paso a la propiedad privada, de la fuerza de trabajo y de la tierra. Ahora “libre” en tanto puede vender su fuerza de trabajo, produce mercancías y él también es convertido en mercancía. Toda riqueza se origina en la explotación. El capitalismo y su producción y mercado son finitos.

El capitalismo sabe ocultar sus miserias, apela a la alienación, enajenación, fetichizasión e ideologización de la sociedad, y pone como centro fundamental, el mercado. El sujeto se vuelve objeto, y el objeto sujeto. El capitalismo se reproduce permanentemente en todas las instancias de nuestras vidas. Colonizadas nuestras mentes, ayudamos a su reproducción y sostenimiento. El salario enajena la conciencia y la mercancía aliena la existencia. Trabajamos con las ideas de quienes nos explotan, que son las minorías. Tenemos la realidad invertida.
Marx clama por el dialéctico y profundo conocimiento de la realidad inmediata: LA CONCIENCIA. Realidad o apariencia. Revolución o contrarrevolución. No es una utopía. Conocer el metabolismo y la fisiología del capital, abre la conciencia para destruir lo viejo y construir lo nuevo.

No se trata de UN PROCESO EVOLUTIVO O DE ETAPAS DE RECORRIDO HUMANO. Se trata de acelerar las contradicciones intrínsecas al capitalismo, para hacerlo desaparecer y construir una sociedad más humana, justa, equitativa, fraternal y amante de la naturaleza. Hoy “el sujeto histórico” que cumplirá esta tarea se ha ampliado: son todos los hombres y mujeres explotados. La acción correcta es hija de la teoría correcta. “Sin teoría revolucionaria no hay movimiento revolucionario” Lenin.

Marx criticó férreamente LA ECONOMÍA POLÍTICA, que es el espacio del capital. Fuera de él y no dentro de él, es que tenemos que arreciar la revolución, para hacer la revolución socialista. Queda claro que la lucha no es economicista, que es necesario adentrarse permanente y profundamente en la cultura, pues ellas son conductas humanas constantes; creencias, valores, símbolos, prácticas, lenguaje. Es allí en la cabeza donde se han instalado con mayor firmeza las ideas que nos colonizan. Frente a esta cultura dominante, debemos construir una contra cultura revolucionaria, que estará enmarcada en la lucha de clases. “La contradicción es el motor de la historia”.

El capitalismo no se auto extingue, hay que liquidarlo. Se miente al colocar un capitalismo bueno y otro malo, uno humano y otro deshumanizado, eso sólo lo vociferan los socialdemócratas, por razón de sus vínculos con el capital. Mienten los socialdemócratas, cuando señalan que no hay que tomar el poder, porque a él se llega por la vía de las reformas. Mienten cuando afirman que la depauperación de la clase trabajadora no es cierta, basta con ver las estadísticas mundiales. En todo caso esta tesis no es de Marx, sino de la burguesía liberal. Falso de toda falsedad el tránsito de la evolución o las etapas para poder llegar al socialismo. El socialismo es la teoría y el comunismo su práctica. Con su filosofía de la praxis, Marx unifica teoría y práctica. La praxis revolucionaria, es la manera de reproducir EL SER SOCIAL. La praxis es revolucionaria en tanto es transformadora. Cuando Marx habla de la unidad entre teoría y práctica para transformar la realidad existente, está señalando a una teoría revolucionaria y a una práctica revolucionaria. No es cualquier práctica ni cualquier teoría. “Conocer es un hacer” decía Gramsci.

Marx no usó el microscopio, no es la herramienta adecuada para lo social, pero gracias a su método con el uso magistral de LAS CATEGORIAS, LA ABSTRACCIÓN Y LA DIALÉCTICA, pudo correctamente transitar por la INVESTIGACIÓN Y POR LA EXPOSICIÓN, y llegar como la nanotecnología, a las raíces del sistema capitalista, para exorcizar el origen de la propiedad privada, del Estado, de la división de clases sociales, de la división del trabajo, de la nueva teoría del valor con su valor de uso y de cambio, con su plusvalía, su trabajo concreto y su trabajo abstracto, de las contradicciones insuperables del sistema capitalista, a demostrar su origen, caducidad y muerte, del carácter de la historia como arma revolucionaria, el papel del “sujeto histórico”, la superación de la religión como “opio de los pueblos”, el papel de la burguesía, las condiciones para que se produzcan las revoluciones, las particularidades de cada sociedad y por lo tanto no escribió una historia universal. Los efectos sociales de la enajenación, alienación e ideologización, el papel del mercado, la dirección del capital hacia su concentración, la revolución “permanente”, la conciencia de clase explotada o “conciencia para sí”, AL SOCIALISMO COMO LA TEORÍA Y AL COMUNISMO COMO SU PRÁCTICA. Su pensamiento ha sido muy deformado en particular por los socialdemócratas y por el oficialismo soviético estaliniano. Hoy muchos adefesios de revolucionarios, hablan en su nombre. ALERTO QUE EL NO ERA MARXISTA, adelantándosele a sus falsificadores. Cuidado con “la transición” socialdemócrata que jamás concluye, o su etapismo y evolucionismo castrante.


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Jesús M. Vivas P.

Profesor Universitario con 45 años de servicio docente. PhD en Historia, egresado de la Universidad Complutense de Madrid. Más de 700 Artículos publicados a nivel nacional e internacional, mas de 60 años en la lucha revolucionaria, soy Jesus "Chucho" Vivas

 jesusm_vivas@hotmail.com

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