A Fidel lo conocimos en nuestra casa siendo niños: los 90 años de un Gigante

Fidel es un Gigante de la Historia Contemporánea. En los recovecos de nuestro hogar escuchábamos los discursos del "barbudo de la Sierra Maestra", desde muy temprana edad. Gracias a las ondas de nuestra querida Radio Habana Cuba, el verbo apasionado del Comandante antillano rebotaba en cada rincón, en cada pared y se esparcía en nuestro espíritu rebelde. Nuestros latidos se aceleraban cuando, cada noche, la estruendosa marcha hacía acto de presencia y el tono grave de Ángel Hernández presentaba el espacio "Voces de la Revolución". Era el "Territorio Libre en América", aquel enclave insular que era deformado por la televisión criolla y los lacayos imperialistas de Venevisión, verbigracia, quienes tildaban a Fidel de "dictador" y exhibían a Cuba como una nación "oprimida".

Sin embargo, la contundencia de la personalidad de Fidel, su humildad y su genialidad discursiva, hacían crujir la propaganda barata de los agentes del Tío Sam. El hombre del uniforme verde olivo era -y sigue siendo- el paradigma de quienes abrazamos el método marxista como única vía para acabar con las desigualdades del aberrante sistema de la plusvalía. Fidel y su bravío pueblo han resistido los crueles embates de la agresión de Washington por más de cinco décadas; la claudicación jamás ha sido una opción, por el contrario, a mayor intensidad del ataque de los halcones yanquis a los hermanos cubanos, mayor es la determinación de estos a ser libres. Fidel, sin duda, encarna la fusión monolítica entre un pueblo y su proceso revolucionario, entre las masas y su líder. El Gigante de Las Antillas tuvo la osadía de establecer el socialismo a sólo 90 millas de Florida y propinó un humillante revés a los gringos en la invasión mercenaria a Playa Girón. Ni los innumerables atentados de la CIA ni el infame bloqueo comercial de EEUU: nada ha logrado doblegar la voluntad incólume de Fidel.

Orador magistral que por horas disertaba acerca de los asuntos más variados y máxima figura indiscutible de los movimientos que han conglomerado a los países del denominado Tercer Mundo. Fidel, gladiador empapado de una abrumadora sencillez que acometió una ardua batalla por la devolución de Elián González, a finales del siglo XX, y propulsó la campaña global a favor de la liberación Los Cinco Héroes, la cual culminó con una apoteósica victoria diplomática el 17 de diciembre de 2014. Hace 10 años, cuando nos disponíamos a celebrar sus 80 años, estuvimos a punto de perderlo físicamente debido a una hemorragia intestinal, no obstante, Fidel venció las adversidades y continuó siendo ejemplo para todos de la actitud pertinaz que debe albergar cualquier revolucionario genuino. Fidel es el último Gigante de la pretérita centuria que todavía nos acompaña con su sabiduría y sus lecciones de vida; su amistad entrañable con el Comandante Eterno, Hugo Chávez, hizo más indestructible un estrecho vínculo de afecto y admiración con los venezolanos. Hoy, en sus 90 años, agradecemos a Fidel su compromiso con los principios y el legado que ha dejado en nuestros corazones; el socialismo, antes de ser científico, es un acto de amor y solidaridad entre los seres humanos. Fidel es como un padre, es como de la familia. Es de aquellos "hombres imprescindibles" de los que platicaba el poeta teutón Bertolt Brecht. ¡Feliz cumpleaños, Comandante!



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Adán González Liendo

Traductor, corrector de estilo y locutor

 elinodoro@yahoo.com      @rpkampuchea

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