“Cada pueblo tiene el gobierno que se merece” ¿Es cierto?

Este pensamiento pertenece a Joseph de Maistre (1753-1821), quien sostuvo “que cada pueblo o nación tiene el gobierno que merece”, el francés André Malraux (1901-1976), la modificó y dijo que no es que “…los pueblos tengan los gobiernos que se merecen, sino que la gente tiene los gobernantes que se le parecen”. Suena más decente pero resulta igual de trágico. De nuestro continente tenemos el aporte de  José Martí (1853-1895)  "Pueblo que soporta a un tirano, lo merece". Cualquiera de las tres modalidades resulta muy fuerte  para la una sociedad.

Viendo el largo acontecer de nuestra historia democrática observo como en la década de los años 60, luego de poner fin a la dictadura de Marcos Pérez Jiménez existía una Venezuela pujante y en vías inequívocas a formar parte de los países más desarrollados del mundo con obras como la siderúrgica, autopistas, la represa del Guri,  planta Macagua, puente sobre el Lago de Maracaibo, grandes urbanizaciones para los sectores populares, hospitales, centros de investigación, creación de universidades, electrificación y construcción de escuelas, entre otras cosas, hacían de este país el destino de miles de inmigrantes de todas partes del mundo que deseaban vivir en una tierra de oportunidades.

Luego en los años 70 gracias al alza del precio del petróleo por conflictos en el medio oriente nuestros ingresos se incrementaron  en un 350%,  de 9 millardos de USD pasamos a 40 millardos de USD, comenzamos a vivir la primera época de los petrodólares a llamarnos la Venezuela Saudita, pero irónicamente nuestra deuda paso de 1,2 millardos USD a 11 millardos USD, ya que como teníamos tantos ingresos e incalculables recursos minerales era fácil que cualquier país u organización nos otorgara financiamiento con facilidad, con esa intoxicación de los petrodólares se vivió en un mundo paralelo que nos decía que el dinero lo podía comprar todo, llevando la corrupción a gran escala porque  había dinero para todos.

Así llegamos a los años 80 y despertamos de la fiesta de dinero fácil, vimos lo que no queríamos ver, que estábamos en un país hipotecado, los ingresos por petróleo cayeron a 13,5 millardos en el año 1983, se debía cumplir con los compromisos adquiridos en la década anterior pago de capital más intereses de deuda, caída de nuestra economía, se vino una fuga de capitales afectando seriamente nuestras reservas debido a la desconfianza que existía en nuestra economía por el mal manejo de los recursos, llegamos al viernes negro, se crea RECADI para la administración de las divisas, alta inflación, la remuneración a los ahorristas es muy por debajo de los índices de inflación por lo que el ahorrar era prácticamente imposible y la corrupción creciendo.

Ya en los años 90 la historia no había mejorado, puesto que no se habían tomado los correctivos correspondientes en los momentos indicados, solo se corría la arruga hasta el punto en que ya no era posible el continuarlo, se aplicaron medidas drásticas de una forma muy repentina por el inminente colapso que se avecinaba, lo cual desato la ira de la población con la consecuencia que todos conocemos, el caracazo y las intentonas golpistas ambos casos costaron la vida de muchos venezolanos, crisis en lo político, social, económico, de salud, crisis bancaria con la afectación de más de una docena de entidades bancarias además de una inmensa desconfianza de la ciudadanía para con todos los poderes públicos fue hasta el punto de que quien fuese un funcionario de la administración pública era sinónimo de corrupto.

Al llegar al segundo milenio observamos que la historia se repite como al voltear un reloj de arena, abundantes ingresos por el alto precio del petróleo, gasto en lo social a gran escala y de forma descontrolada, obras sin terminar pero que se consumen gran cantidad de recursos, corrupción en todos los aspectos, endeudamiento injustificado, luego caen nuevamente los precios del petróleo, entramos en crisis en lo económico y político, deuda externa por pagar, alta inflación, protestas por descontento social, inseguridad, expropiaciones, escases en todos los aspectos al punto de no tener comida.

Al ver nuestra historia es cuando recuerdo la frase de Joseph de Maistre,  “Cada pueblo o nación tiene el gobierno que merece” entonces pregunto, ¿Es esto cierto?  Parece que sí lo es. Porque no hemos aprendido de los errores del pasado, en donde se elegía a un presidente, gobernador, alcalde o diputado  solo por ser carismático, porque se toma fotos con abuelitas o con los niños, porque es del partido tal o cual, pero nunca por el proyecto de país que representa.

Se ha demostrado  que quienes nos han gobernado no han tenido la visión de cómo manejar una economía como la venezolana, que es muy diferente a las otras del continente, puesto que es muy volátil, gracias a que tenemos inmensas reservas petrolíferas de las cuales seguimos dependiendo, ellas nos dan una sensación de seguridad y felicidad cuando los precios están altos, como si estuviésemos bajo efectos del alcohol pero al día siguiente cuando termina la fiesta, nos topamos con  la triste realidad de que toda era una ilusión, no hay riqueza, no hay aparato económico productivo, solo la pregunta del millón ¿Cómo llegamos a esto nuevamente? entonces comenzamos a buscar un culpable, y es muy fácil hallarlo con solo mirar un espejo, porque todos sabemos que “la culpa no es del mono, es de quien le da la hojilla” pero no lo aceptamos.

En este país de oportunidades no existe un plan “B” en caso de que el negocio del petróleo se nos venga abajo, muestra de ello el hoy día,  porque solo se piensa en el futuro inmediato bajo la teoría “como vaya viniendo, vamos viendo” y en caso que no resulte pues invocaremos al “dios proveerá”, pero de esta forma seguiremos siendo unos tercermundistas con petróleo por no decir una republica bananera.

Todo ello sucede porque nuestros gobernantes a quienes hemos elegido democráticamente piensan como políticos y no como gerentes de la administración pública que en verdad son, quienes para colmo solo se rodean de politiqueros que son asignados a puestos para los cuales no están capacitados que por ética no deberían aceptar, pero ninguno lo hace porque carecen de ella. No ha existido un verdadero proyecto económico, social, educacional que genere riqueza a la nuestra sociedad para mejorar su calidad de vida, no hay obras de infraestructuras de reciente data culminadas que estén funcionando y produciendo bienestar que con lo generado poderlo reinvertir en la sociedad, estamos sobreviviendo gracias a las obras que se realizaron entre las década de los 50 – 70, y todo el dinero que las mantiene es del petróleo que no producimos, solo lo extraemos de la tierra.

Porque no tomar como modelo lo implementado por los Emiratos Árabes, quienes hicieron inversiones en infraestructura generando de esta forma empleo no solo temporal, sino permanente ya que están enfocando su economía en el turismo porque sus expertos sabían desde hace anos que los precios del petróleo bajarían abruptamente, o el Noruego quienes si vive un socialismo del siglo XXl en donde el estado ha sido austero en cuanto a sus gastos, invirtieron en lo social y han creado una política fiscal que a pesar de ser la mayor del mundo tienen la mejor calidad de vida del planeta, sencillamente porque sus gobernantes la han sabido administrar pensando en el futuro de su pueblo.

Toda persona que tenga un grado de capacitación universitaria sabe que a todo proyecto hay que hacerle un seguimiento continuo y minucioso, así como se le hacen a los trabajos de las tesis de grado, no de forma esporádica sino a diario, desde un principio analizar su viabilidad para garantizar su culminación y el éxito de la misma, no llevando a la práctica  ideas hayan nacido de formas espontaneas para luego convertirlas en ordenes, entonces ¿porque hay tantas obras inconclusas en la actualidad?  Pienso que no saben estos pasos tan básicos en la vida o se copiaron las tesis.

Es hora de que comencemos a analizar seriamente en quienes deben llevar las riendas del país, de cambiar nuestra manera de pensar porque es nuestro futuro el que está en juego, el exigirle a nuestros gobernantes que en sus equipos de gobierno integren a los más capacitados para los cargos que desempeñan, de reconocida honradez, que sean los primeros en sus promociones y no por tendencias políticas, porque “si quieres ser un lobo, rodéate de lobos” entonces “si quieres ser buen gerente, rodéate de los mejores..”, que actúen en base a la ética, respetando las normas establecidas y no flexionarlas cuando les sea conveniente.

La conducta de esta sociedad debe cambiar, no existe persona que acate las leyes dentro del país, ejemplo: no respetamos los semáforos, el motociclista no usa casco, los vehículos oficiales sin matrícula, arrojamos basura a la calle, preferimos comprar sin factura para no pagar el IVA, el amiguismo con funcionarios de alto rango te libera de sanciones, etc. Pero lo irónico del caso es que apenas segundos de que nos montemos en un avión para ir a otro país nuestra conducta da un giro de 180 grados, respetamos todas las normas habidas o por haber, somos los más educados, entonces si es posible que esta sociedad respete y haga respetar las normas establecidas para convivir en armonía, pero todos debemos remar en la misma dirección y así cuando logremos ese grado de madurez colectivo podremos decir  con orgullo “Tenemos el gobierno que merecemos”

“Los empleos públicos pertenecen al Estado; no son patrimonio de particulares. Ninguno que no tenga probidad, aptitudes y merecimientos es digno de ellos” Simón Bolívar.
 

ahydenjose@hotmail.com



Esta nota ha sido leída aproximadamente 73515 veces.



Noticias Recientes:

Comparte en las redes sociales


Síguenos en Facebook y Twitter




Notas relacionadas

Revise artículos similares en la sección:
Ideología y Socialismo del Siglo XXI


Revise artículos similares en la sección:
Anticorrupción y Contraloría Social