1era parte

Cuando las "IES" se juntan con la "A"

Cuando la Incompetencia e Irresponsabilidad se juntan con la Arrogancia el resultado es funesto.

Deseo expresarme como un venezolano preocupado por su País. En esta 1ra parte compartiré mi opinión sobre el Gobierno. En una 2da parte, lo haré sobre la Oposición.

Recuerdo la primera vez que vi a Chávez por TV. Una figura uniformada con el rostro demacrado. No podía creer lo que estaba escuchando. Le comenté a mi esposa: ¿Cómo es posible que este militar esté reconociendo que ha fracasado? ¿Cómo es posible que sea capaz de asumir su total responsabilidad? ¿Sabrá lo que le espera?

Es que nunca había visto a una figura pública reconocer franca y abiertamente una derrota ni mucho menos hacerse responsable de ella. En este país el fracaso siempre ha sido un huérfano.

Algunos piensan que el enganche que hizo Chávez con el pueblo se debió a su famoso POR AHORA. Pero esa misma frase expresada por un Capriles, Allup o Rangel no tendría impacto. Pero pronunciada por un hombre que mostraba entereza, temple y confianza, adquirió una gran fuerza y penetró. Proceder clave que ningún dirigente posterior ha sido capaz de repetir.

La segunda vez que Chávez me impresionó fue en el golpe del 2002. El gobierno tumbado y todas las fuerzas de poder, tanto internas como externas, en su contra. Pero este intuitivo personaje se la ingenió y, aun estando totalmente aislado, logró que se hiciera público aquel papelito firmado donde negaba su renuncia. Chispa que desató la movilización de sectores militares claves y de grandes masas populares. El otro acto de esta “ave fénix”, resumido en pocas palabras, fue en el paro petrolero 2002-2003. El País paralizado, sin exportar petróleo e importando gasolina, todos los sectores en su contra y el gobierno prácticamente colapsado; pero de repente, el Pilín León se movió, las gandolas empezaron a circular y él retomó el control del País.

Otra oportunidad donde se pudo calibrar la personalidad de Chávez fue cuando perdió el referendo para la reforma de la constitución en el 2007. De nuevo asumió la derrota y se hizo único responsable de ella, reconociendo que él no había hecho lo suficiente para convencer al pueblo con su propuesta.

Ahora bien, en diciembre pasado, el Gobierno perdió estrepitosamente la Asamblea Nacional; pero en vez de salir a reconocer su responsabilidad por esta derrota y por todos los errores cometidos, con toda desfachatez se hizo ver que el pueblo se había dejado llevar por ilusionismos y cantos de sirena, y que su voto había sido circunstancial. O sea, que cuando el pueblo vota a favor del gobierno, es el propio SOBERANO, pero cuando su voto le es adverso se le percibe como una partida de inconscientes, vendidos, apátridas y mal paríos.

Chávez nunca eludió la confrontación política y siempre buscó la opinión del pueblo en incontables elecciones. Era su bandera, era su diáfana postura. Cuando el referendo presidencial del 2004, él acepto medirse en las urnas a pesar de los múltiples vicios en las firmas recogidas por la Oposición (Jorge Rodríguez y muchos otros pueden dar fe de ello).

Pero ahora en cambio, se ha creado todo un laberinto procedimental y toda suerte de trabas para bloquear en la práctica lo que en la Constitución de 1999 se decía a los cuatro vientos como única en el mundo en que el pueblo tenía el poder de revocar el mandato a la mitad del período presidencial. Con esta cínica manera de actuar, al mejor estilo de la IV República, se pretende desvirtuar el claro propósito de la Constitución de la V República y des-empoderar al SOBERANO.

Y esta dirigencia se autodenomina “HIJOS DE CHAVEZ”. Será porque conservan sus mismos crasos errores y grandes defectos, no porque hayan cultivado alguno de sus innegables atributos.

En la actualidad, Venezuela está sumergida en una profunda crisis económica, moral y política. El pueblo está pasando hambre y los pordioseros se han ido multiplicando en la calle. El poder adquisitivo del venezolano se ha desmoronado y la moneda ha perdido drásticamente su valor. ¿Y quién se hace responsable de este desastre, único en la historia del País, de esta híper-inflación? Ni Maduro, ni el Ministro de Finanzas ni el Presidente del Banco Central dicen algo serio o juicioso al respecto. Solo se escuchan clichés ideológicos, chistes soeces, explicaciones simplistas o infantiles y toda suerte de soluciones fantasiosas.

Muchas veces da la impresión como si el Gobierno estuviera en el salón principal del Titanic, en el momento de su hundimiento: la orquesta, el baile y los jugadores como si nada estuviese pasando. Convendría desempolvar aquellas palabras de Chávez que se referían a las cumbres de los gobernantes y los abismos de los pueblos.

Es obvio que hay una guerra económica, pero habría que preguntarse: cuando fuiste un todo-poderoso y sin contemplación embestiste todo lo que te contrariaba, te apoderaste de empresas, tierras, bienes y privilegios ¿nadie pensó en la reacción que habría y que era lógico de esperar? ¿algún cándido creyó que el “salvaje imperio” iba a estar con los brazos cruzados?

Cuando se actúa como guapetón de esquina después no hay lugar para los lamentos ni hay cabida para ser víctima.

Y esa guerra económica ¿va a servir de escudo para disimular y tapar toda la sarta de errores, toda la ineficiencia, desidia y todo el despelote que el Gobierno tiene en sus espaldas?

¿Quién asume el doloroso estado en que se encuentra la capacidad productiva de Venezuela, donde todas sus zonas industriales están convertidas en solitarios cementerios? ¿Alguien podría sentirse aludido como para explicarle al País el sin número de inversiones que se comprometieron a realizar a raíz de la crisis eléctrica del 2010, y que este año la volvimos a vivir con mayor intensidad?

¿Y quién va a rendir cuentas y asumir la responsabilidad por todos los supuestos centrales azucareros que iban a abastecer al mercado nacional e iban a traer divisas al País? ¿Quién da la cara por todos los macro proyectos de siembra de soya, maíz, caña y hasta de sábila para Japón; de la súper producción de carne y leche que iban a producir los rebaños de raza importados? ¿Quién es capaz de rendir cuentas por la catastrófica situación de las empresas básicas de Guayana, los supuestos logros de la costosa PDVSA AGRICOLA, la deplorable infraestructura de la CANTV (que reparte utilidades anuales a costa de ello), por las múltiples fábricas de harina-pan, acuiculturas y otros emprendimientos cuasi fantasmas?

¿Podría algún dirigente explicar seriamente dónde están los fertilizantes, cabillas, perfiles de acero, aluminio, cemento y otros muchos productos producidos por el propio Estado? ¿Quién explica por qué los productos de la factoría estatal Los Andes son cada vez más escasos?

¿Quién es capaz de sacar la cara por todos esos innumerables decretos de inspiración instantánea, por el sin fin de programas y operativos totalmente improvisados, sin planificación ni estudio serio, sin control ni una gerencia profesional; todos los cuales se han convertido en crisoles de una profunda corrupción, ya extendida hacia todas las esferas del poder?

Algo que debe tener siempre presente un mandatario es que el pueblo tiene una fina percepción y una aguda intuición para calibrarlo, para oler cuando ha dejado de tocar tierra y se ha quedado flotando en las nubes, solo acompañado de un entorno que le desfigura la cruda realidad y de un muy engreído ego que imposibilita cualquier auto-crítica. Y pobre de aquel que pretenda quitarle el velo o hacerle abrir los ojos porque será bloqueado, anulado y hasta señalado de traidor.

Realmente cuando la Incompetencia e Irresponsabilidad se juntan con la Arrogancia el resultado es funesto.

periscopio2020@gmail.com



Esta nota ha sido leída aproximadamente 1137 veces.



Noticias Recientes:

Comparte en las redes sociales


Síguenos en Facebook y Twitter