Polarización en Venezuela: La Burguesía vs El Pueblo

Hace 30 años un extranjero visitaba nuestro país, como turista, alojado en un hotel 5 estrellas en la ciudad de Caracas, no dejaba de contemplar desde su habitación los cerros repletos de pobres, imaginando condiciones muy dificiles de hacinamiento de esas familias con poco alimento y falta de servicios vitales como agua y salud, sin comodidades; se preguntaba: ¿Cómo era posible que esas personas no "tomaran" estos grandes hoteles para vivir?. Hoy en día esos pobres están allí, en los mismos cerros, esperando calmadamente, no el momento para asaltar hoteles ni saquear comercios, ni mucho menos urbanismos clase alta, saben que la sangre derramada en el Caracazo fué la de ellos y nunca ha de ser la de los ricos, es casi seguro que no por cobardía bajarán, no escogieron nacer en la pobreza, padecer hambre ni enfermedades, tampoco escogieron nacer en un sistema capitalista, predominantemente impuesto en el mundo, que los obligó desde hace más de 60 años a emigrar del campo a la ciudad. Ni siquiera las religiones podemos elegir al nacer, pero en la mayoría de los casos morimos en ella. Así es el capitalismo y la dominación transcultural, dificil desprendernos de ello. Los pobres en nuestro país están esperando que les muestren como viven los burgueses, esa clase alta que también hace vida en el mismo suelo Patrio, pero en su cúpula de cristal, ajeno a ellos. Los pobres esperan que los ricos abran sus puertas para entender de una vez por todas las injusticias que les ha tocado vivir, entender cómo es posible que aun habiendo tanta riqueza en esta misma tierra, haya tanta desigualdad y egoísmo. No debe haber temor al abrir las puertas, si alguien es respetuoso con la propiedad privada, eso son los pobres de nuestro país.

Sería interesante saber cómo han vivido y viven estos burgueses, sobretodo los que gozaron de prebendas gubernamentales desde la IV República, y apoyan, y financian, y hasta ostentan cargos gubernamentales, cargos de elección popular, cargos manejados cómo poder económico, burgueses que no solo apoyan a funcionarios dentro de la estructura del Estado para seguir obteniendo prebendas, también aspiran a ser Presidente o Presidenta de Venezuela. ¿Dónde estudiaron primaria o secundaria estos burgueses, en qué colegio extranjero o universidad se graduaron, cuántas penurias pasaron, ha dónde van a pasar sus vacaciones, en qué hotel de lujo, restaurantes o clubes, cuánto pagan por noche; con qué reyes, lores, ex presidentes se codean; cómo se hicieron ricos?.

La Lucha de Clases en Venezuela, un tema de poco interés.

Para tratar de entender lo que ocurre en Venezuela, podríamos diferenciar principalmente dos clases sociales: un sistema de clases que no está limitada estrictamente, para los efectos de este escrito, al estatus económico, pero sí lo vincularemos con intereses políticos y de bienestar social: Existe La Burguesía, y existe El Pueblo; estos conceptos debemos diferenciarlos pero asociarlos a su vez con las clases políticas: La Izquierda, que aunque también tiene sus ricos, identificada con el pueblo; y la Derecha, aunque también tiene sus pobres, identificada con la burguesía; el disentimiento de una significativa población de la clase pobre, sobre su propia situación, para salir en defensa de la clase burguesa tiene sus condicionantes, una de ellas la necesidad de ir escalando posiciones, superando su "estatus social", también la alineación mediática transcultural de las televisoras privadas, propiedad de los dueños del capital quienes han logrado transferir los antivalores burgueses a esos sectores, la interiorización inconsciente del capitalismo salvaje en los estratos bajos de la sociedad. Sin embargo, otros dogmas nos señalan que la burguesía es la dueña de un sistema económico para su propia clase: El capitalismo. Y al Pueblo hay que identificarlo como el poseedor y sostén de un sistema que debe ser reflejo de su poder social: La Democracia. ¿Quién es el pueblo? Aquellos que con su esfuerzo y su trabajo, sin explotar ni valerse de la necesidad de los demás contribuyen con el verdadero desarrollo moral de la sociedad. Cada quien, entonces, identificado con su clase y con su sistema. Significa que donde gobierne la burguesía no puede existir democracia sino capitalismo... el poder de los ricos.

En el caso venezolano existe una burguesía con una inmensa capacidad económica, extraída principalmente del Estado desde los inicios de la explotación petrolera, podemos deducirlo principalmente porque somos un país monoproductor y con una dependencia en la economía de puertos, toda esa riqueza burguesa fué invertida en buena parte en el exterior, de allí la calidad en la concepción ideológica exógena de ésta burguesía, la cual se ha constituido en el principal elemento político en contra del gobierno venezolano, que a su vez ha venido identificándose con el pueblo. La burguesía con sus dos poderosos partidos políticos del siglo XX, los cuales se turnaban en el poder de gobierno gracias al llamado pacto de punto fijo, aunque en apariencia se oponían entre si contraponiendo sobre el otro sus visiones social demócrata y demócrata cristiana, acobijadas en la falsa democracia representativa enmarcada en la constitución del año 1961, subordinados al gobierno de Washington; también ejercían sus más férreas medidas represivas en contra de los pobres. Desde la caída del pacto de punto fijo, a finales del año 1998, Juntaron lo peor de si para ir conformando una criatura que ha cambiado de forma pero no de fondo, convirtiéndose en la actualidad en La MUD (Mesa de la Unidad Democrática). Si para la burguesía u oposición, identificada como la MUD, todo lo que el gobierno haga está mal, entonces el pueblo, que ha venido identificándose e incluido con sus políticas sociales...¿Por qué tiene que tolerar la arrogancia burguesa?. La arrogancia es tal, que no es posible que todo, pero todo lo que haga el gobierno no sirva, desafiando constantemente al pueblo.

La oposición venezolana frente a la crisis económica. Deseos si Empreñan.

Para nadie es secreto que existe una crisis en nuestro país. Vista de dos maneras, indistintamente de las causas que la originen, una crisis económica para el sector gobierno, y una crisis humanitaria para la oposición. Casi todo se contrapone en medio de la crisis, y se imponen posiciones antagónicas en el debate político, pasan a ser debates transferidos a la opinión pública y los actores políticos nunca se sientan a discutirlo. La inteligencia colectiva está dividida en dos sectores que quieren imponer sus realidades, confrontando visiones de distintas formas, aun sufriendo los mismos males. Nunca aceptamos la versión del otro porque nos veríamos superados y en esa derrota puede existir elementos que destruyan el modelo político defendido. No ponemos en práctica la solidaridad, y evitamos incluso enterarnos que le pasa a nuestro vecino sin saber que pudiera estar padeciendo peores males que los nuestros. Se percibe más bien una crisis de humanidad, de convivencia. Las lecciones que imponen los políticos tanto autóctonos como foráneos nos conminan a pensar qué hacer desde lo más profundo de nuestro ser para no dejarnos arrastrar por las miserias e intereses que se manejan desde las esferas mediáticas, y seguir adelante en defensa de nuestro pueblo y nuestra Patria. Sentir en las entrañas, padecer la dinámica social, que cambia con gran rapidez con sus grandes complicaciones y afecciones principalmente hacia la clase pobre. Por otro lado, vemos que la naturaleza sigue ejerciendo transformaciones producto de la sobreexplotación que tenemos sobre ella. La producción agrícola y pecuaria afectada en muchas regiones por falta de agua y en otras por exceso. Un modelo económico dependiente, y no independiente. La "económia de puertos" que solo pueden manejar grandes corporaciones y no las grandes masas populares.

Las condiciones históricas nos llaman a superar los modelos sociopolíticos del siglo XX, hoy en día agotados y en el mejor de los casos estancados, no terminan de dar solución a los grandes problemas nacionales, posiblemente debido a la forma en que se gerencian las instituciones, vemos con significativa preocupación como se manejan bajo un criterio personal de sus "gerentes". El poder, partiendo de los métodos para acceder a el, y la forma en que es ejercido, ha dejado de lado elementos esenciales para resolver la crisis. Desde la Presidencia de la República, la Asamblea Nacional, pasando por las Gobernaciones y Alcaldías, en casi todas las Instituciones del Estado, para colmo de males hasta en las empresas privadas ronda el terrible flagelo de la ineficiencia. Los conocimientos adquiridos en el sistema educativo capitalista, desde la primaria hasta la educación universitaria, parecen que han contribuido con este estancamiento gerencial que se refleja en la economía y en la política.

La crisis económica actual con un gran componente agregado como lo es la caída de los precios del petróleo desde el último cuatrimestre del 2014, y la no previsión para afrontar otras formas productivas en vista de ésta economía puertos, ha tenido como actor fundamental a la oposición, quien en los últimos 18 años ha sido el mayor factor desestabilizador de la paz, en lo político, social y económico. Ha mantenido una campaña mediática perversa, desde la llegada al poder de Hugo Chávez, mantenida en la actualidad contra Nicolás Maduro, es como si los dos presidentes hubieran optado al poder por la vía de facto y no por la mayoría del pueblo en eventos electorales de los cuales se pueden agregar la elaboración de una Constitución Nacional producto de un proceso Constituyente que incluso tuvo participación por primera vez en Venezuela tanto el pueblo como sectores adversos a Chávez. La derecha identificada con valores antinacionalistas se han encargado de atacar conjuntamente con élites burguesas foráneas todo tipo de acción que el gobierno ha emprendido. Un ataque sin precedentes en contra de la moneda. Si el gobierno devalúa la moneda, lo critican, sino la devaluá también, y en los dos casos despliegan todo tipo de estrategias para perturbarla, dando a entrever que el gobierno no ha tenido capacidad de afrontar tal situación. El poder de esta burguesía, quien tuvo un fuerte dominio de la industria petrolera venezolana y aun tienen sus influencias en la comercialización internacional del crudo, ha creado en el espectro mediático internacional un desprestigio comparable al sufrido por gobiernos de libia e Irak, y otros países en que las fuerzas bélicas tutoradas por los gobiernos estadounidense y británico, han desplegado su posicionamiento a través de invasiones en la falsa lucha por la libertad.

Critican la nacionalizacioń y/o estatización de empresas estratégicas para la seguridad del país, muchas de ellas privatizadas en la IV República; para entonces, aun siendo del Estado, proporcionaban ganancias, entregadas a grupos económicos transnacionales. Pretendieron privatizar PDVSA aunque en la práctica sus ganancias eran dirigidas hacia los EEUU, y los gastos sociales los sostuvieron con el endeudamiento del F.M.I. a cambio de la privatización de los bienes del Estado. Esta burguesía prefiere un país sin activos, como Colombia y México, arrodillados frente a una potencia explotadora amarrados a un mecanismo de dominación como lo es el Tratado de Libre Comercio. La misma burguesía que defiende la propiedad privada, pero le conviene y presiona para mantener la economía de puertos, parasitando con los dolares que produce el Estado; un doble discurso, una hipocresía muy bien manejada. Mientras el estado explota su principal fuente de ingresos que es la extracción del Petróleo, el empresariado parasitario extrae el producto de la explotación: los dólares. La principal fuente de producción del empresariado venezolano es la comercialización del Dolar. El discurso opositor de que el chavismo quiere acabar con la propiedad privada es un discurso con gran contenido propagandístico, un discurso declamativo pero sin ningún compromiso con la capacidad de ser empresarios autosustentables, un discurso engaña bobos dirigido a la sociedad creada por el capitalismo para su propio beneficio. Las élites burguesas son las mismas que han comercializado no solo el petróleo sino oro y diamantes desde el siglo pasado. El gobierno, según ellos, ha atentado contra la propiedad privada. El gobierno ha nacionalizado fundos mal habidos por terratenientes, tierras en manos de testaferros y de reyes y lores, grandes extensiones de tierra improductivas, empresas quebradas por burgueses que solo les importaba las licencias de importación y no la producción interna, recuperadas por el estado para asegurar al pueblo un empleo digno y fortalecer la capacidad agroalimentaria; empresas como centrales azucareros privatizados a familiares de ex-presidentes, vendidas en su oportunidad a precios de gallina flaca. La vida económica del país ha sido afectada por la propia burguesía supranacional, cuyo objetivo principal, desplegado con ayuda de EEUU y España, y toda la derecha endógena latinoamericana, es frenar a toda costa cualquier elemento de tipo social y económico que pudiera considerarse como demostración de que la vía hacia el socialismo es el camino correcto, lo cual demostraría a su vez que el capitalismo no favorece el desarrollo humano sino únicamente a las élites económicas.

El gobierno ha cometido errores, producto quizá de la influencia burguesa que tiene nuestra sociedad, y una carga de ello todavía la poseen muchos de los políticos que lo conforman. El sistema educativo venezolano incluyendo el universitario cuyo contenido académico es extraído de textos capitalistas traducidos del ingles; la influencia que ha tenido los Estados Unidos en cuanto a la penetración y sustitución de nuestra cultura y tradiciones; la transformación de un país que era dependiente de la agricultura, aunque era la hacienda de unos pocos, convertido en una sociedad importadora de bienes de consumo, sin transferencia tecnológica, la destrucción del aparato productivo fabril sin capacidad de competir con los precios internacionales subsidiados por las potencias agroproductivas. Un Estado burgués con el marco jurídico casi intacto desde la IV República. Una de las debilidades más resaltantes en los errores de la Revolución Bolivariana, para el pueblo: el gobierno no ha tocado muchos de los bienes de estos capitalistas.

Es hora de que el Estado deje de beneficiar a una clase burguesa que ha demostrado un desapego histórico por los pobres de nuestro país, pretendiendo desde sus cúpulas de cristal seguir arrebatando las riquezas potenciales de esta patria que no se niega a compartir pero tampoco acepta el saqueo. El FMI organismo mundial con personalidad jurídica para encubrir robo y saqueo, "ladrones legales", no deben volver a echarle mano a nuestro país. Contradictoriamente hay empresarios con jugosos contratos en dólares con el Estado que dicen: "Yo con Capriles y/o quien quede como Presidente siendo de oposición me hago rico, pero con Maduro me hago más". Ese tipo de corrupto con contratos en dólares, que sus esposas viajan todos los meses al exterior a jugar casino, y hacer mercado en Miami, o donde le dé la gana en el extranjero, y se codean con la burguesía internacional, debe ser extirpado del Estado. El poder económico de la burguesía es tal, que posee la infraestructura de activos para acometer obras civiles. Recordemos que es el marco jurídico, intacto desde la IV República el que avala este tipo de situaciones, hay que cambiarlo; por supuesto, esto es peligroso para la burguesía quien saldrá a justificar su papel como generador de empleo. Tocar estos intereses es atentar contra la propiedad privada, "su propiedad privada". Pero más peligroso que una burguesía desesperada por mantener su poder económico, es ver que sigue abriéndose la brecha con signos irreparables en la lucha de clases.

La captación de adeptos en la oposición, el sostenimiento de una masa electoral que no deja de ser importante, básicamente la mitad de los venezolanos que nacieron también con las condicionantes sociales de emigrar del campo hacia las ciudades, una mitad de la población que tuvo acceso al sistema educativo en la IV República, los que tuvieron acceso al voto, los que sin dejar de padecer de la crisis económica sueñan con emigrar del país y escapar del régimen chavista. Autodenominados ciudadanos, con mentalidad pequeño burguesa se han identificado con los "líderes" y partidos políticos apoyados en instituciones supranacionales antidemocráticas y antibolivarianas como la USAID, el FMI, la propia presidencia de EEUU, como hecho inédito en propia boca de Obama, de quien sabemos le importa un pito los venezolanos, sino su riqueza. Es un absurdo pensar en la idea de que Obama, o cualquier presidente estadounidense incluyendo los candidatos presidenciales actualmente en campaña en esa nación, le importe "el pueblo" venezolano, ni mucho menos sus pobres. Es un absurdo pensar que los "líderes" opositores venezolanos alineados con estos dueños del capitalismo mundial le importe un pito la patria. Ya hemos escuchado hablar del patriotismo norteamericano, pareciera que solo es patente norteamericana hablar de patriotismo. Hablar de la Patria desde el Chavismo para la clase burguesa es simplemente populismo. Una clase burguesa antibolivariana se vuelve más peligrosa porque no le importa la Patria. Invoca la Carta Democrática, como si el Estado de Derecho hubiese sido infringido, esta intencionada interpretación burguesa, que aun asumiendo la mayoría en un componente fuerte e importante de los poderes como lo es la Asamblea Nacional, legalmente y democraticamente constituida en nuestro país, actores fundamentales también del Estado de Derecho, escogidos por el voto directo y universal de los venezolanos. No han sabido gerenciar el poder legislativo, aun teniendo mayoría y su presidencia, ensimismados quizá por la práctica que tuvieron en la IV República estos mismos actores del extinto Congreso Nacional, acostumbrados a que su palabra estaba por encima de la Ley y la ejercían conjuntamente con el poder ejecutivo a través de la represión. Por supuesto, la intención de la Carta Democrática no tiene que ver con la vulneración del Estado de Derecho en Venezuela, sino sobre la recuperación del poder del Estado a favor de la burguesía. La búsqueda de nuevas formas de dominación en aquellos países cuyos potenciales energéticos no puedan ser controlados por el belicismo. Venezuela sigue suministrando de manera segura considerables cantidades de petróleo a EEUU, y aunque la intervención imperialista esté dentro de una posibilidad real, también resulta la posibilidad de que ese suministro sea interrumpido como resultado de tal acción. Los golpes de estado tradicionales pasaron a ser descartados sobre todo a partir de la restauración al poder del Presidente Chávez luego de su derrocamiento en el breve gobierno burgués de Carmona Estanga. No obstante, la intervención norteamericana pasa a una nueva etapa más abierta desde el punto de vista político, y encierran fuertes medidas de bloqueo económico hacia Venezuela sobre todo a través de los organismos financieros internacionales, atacando al riesgo país sin importar el cumplimiento del Estado en sus compromisos crediticios, recientemente el anuncio del CitiBank de suspender las cuentas de los principales bancos del Estado venezolano. La oposición celebrando la dura situación económica que atraviesa el pueblo venezolano, el establecimiento de lapsos para sacar a Maduro por la "vía constitucional que sea"

Es difícil pensar que con la actual capacidad de producción e importación que sigue en manos de burgueses vamos a superar la crisis actual venezolana, originada por ellos mismos. El problema capitalista y la alineación que por naturaleza se desprende de el, hace que el capitalista especule y distribuya con los que se dejan especular, esto se convierte en la fuente principal de la inflación; comprueba que no es el pueblo el que especula sino el delincuente que puede pertenecer a cualquier estrato social.

viabierta@yahoo.es



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