Neoliberalismo globalización y violencia

La violencia aquí y allá se origina desde múltiples variables, basada en las injusticias sociales, es reflejada en la pobreza de millones viviendo en condiciones deleznables; sin servicios elementales, empleos ecuánimes, violando sus derechos fundamentales. Simple cifras estadísticas de cálculos políticos, de quienes abandonando la idea de servir al interés público y a la justicia, asumen posturas mezquinas, crematísticas, perversas.

Violencia hay cuando se priva a las personas de servicios sanitarias, salud, alimentación, vivienda, educación, que no es tal sino más bien puro acondicionamiento; la desvalorización injusta de la condición humana, expresada en la persecución política desde los gobiernos maulas, transgresores de las leyes, eso es el neoliberalismo, el abuso irresponsable del deterioro del planeta.

Violencia es ese desprecio por los indígenas, campesinos, obreros, trabajadores sin tierra, desplazados de sus hábitats ancestrales, y tienen que convalecer en las urbes, sin recursos, generaciones tras generaciones que cargan el mismo fardo de penurias del sistema que los tritura indolente. O se los somete a contratos leoninos, atándolos de por vida a la explotación de su cuerpo y de su mente.

Es violencia la depredación, la destrucción, la contaminación de la tierra, del agua, del aire, distorsionando la realidad permeada por un materialismo sin espiritualidad, que hace del hombre, de la mujer, mera mercancía obsolescente. No es acaso violencia impedir cuando existe la posibilidad real, probada en la práctica, con la tecnología y el intelecto, para acabar con las injusticias, el egoísmo, las calamidades que aquejan a millardos de seres vivos.

Violencia es la publicidad que convierte todo en simples objetos deleitables, nihilistas y relativizados, intrínsecamente vacíos de conciencia. Acaso no genera violencia el aplicar salarios de hambre, alto costo, especulación, acaparamiento, las deudas seculares impagables, que siguen privilegiando a los usufructuarios de una tradición rancia y degenerada social, política y económica, fruto del pillaje, del ultraje, de la apropiación de los pueblos y de la naturaleza y sus recursos que le pertenece a la humanidad toda.

Esto es violencia, y se enmarca en objetivos globales, totalitarios desde el Nuevo Orden Global, es el uno por ciento de los multimillonarios, aristócratas, oligarcas, nuevos burgueses, que dominan y controlan, plagando al noventa y nueve por ciento a la miseria, a las calamidades. Por eso están erradicando todo movimiento rebelde, insurgente, revolucionario, popular, inoculando enfermedades, generando hambrunas, sembrando miedo, terror, desesperanza. Esa mano invisible que infringe violencia quiere a toda costa evitar la participación, el protagonismo, la democracia, la justicia y la paz.

“Cuando la tiranía se hace ley, la rebelión es un derecho.” Simón de la Santísima Trinidad Bolívar y Ponte.



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Franco Orlando


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