El arado y el mar

Clíver: El General en su referéndum

Felicitamos al General Clíver Alcalá por hacer uso de la crítica. Más allá de las discrepancias, su actitud tiene inmenso valor: propone discutir, expone sus argumentos a la discusión. En estos días de tanta mediocridad y grito destemplado, de tanto atropello, la conducta del General es extraordinaria. Discutamos.

El General Clíver se encuentra en medio de un laberinto en cuya salida está la respuesta a la pregunta central de los chavistas hoy: ¿Cómo ser leales al legado del Comandante Chávez? En este texto intentaremos participar en la búsqueda de respuestas a este interrogante central.

Es esencial precisar los términos fundamentales de la discusión. El General Clíver apoya su argumentación en el concepto pueblo y en el concepto referéndum, comentemos.

Lo primero es que el término pueblo es histórico, su definición tiene relación con la historia, con ella va cambiando. Si consideramos a la sociedad dividida en clases, en apropiadores de la riqueza social y en despojados de esa riqueza, podemos convenir que pueblo son los desposeídos, y le estaremos dando al término una connotación de clase. Si la clase de los desposeídos la observamos a través de la historia podemos ensayar un esquema de su evolución: los esclavos, los siervos, los proletarios. Las tareas, la visión de los desposeídos cambia con la historia, está ligada; si queremos ser precisos, al modo de producción material y espiritual.

Podemos concluir que en esta etapa histórica pueblo son los desposeídos de los medios de producción material y espiritual, que están enfrentados, o deberían estar enfrentados a los poseedores, a los propietarios de estos medios. Y llegamos así a una realidad que nos aporta un elemento en la búsqueda de la respuesta: estamos en un escenario de guerra, de los desposeídos enfrentados a los poseedores, y esta situación condiciona todos los aspectos de la vida.

El Chavismo está del lado de los desposeídos, resume la lucha de éstos desde los esclavos que liberó Bolívar hasta los excluidos, los trabajadores de hoy. Y el Chavismo postula que la liberación de los desposeídos sólo es posible con el Socialismo, que es la culminación de la lucha de clases, la culminación de la lucha por redimir a los pobres de la tierra, desde Cristo hasta nuestros días.

Con lo anterior tenemos elementos para estudiar la situación de hoy: si decimos que este gobierno se apartó del legado del Comandante, estamos diciendo que se colocó del lado de los poseedores, de los burgueses. Esta afirmación es sustentada por los burgueses que dirigen la economía del gobierno, por pérez abad y compañía no tan anónima, y por los mencheviques, otrora revolucionarios, como jesús, farías, hoy llamando a los ladrones a invertir los dólares que se llevaron, prometiéndoles no investigar su origen.

Y tropezamos con otra realidad, o mejor con una paradoja: el gobierno chavista, el gobierno socialista que heredamos del Comandante no es chavista ni es socialista, está dirigido por militantes de la ideología capitalista, de los poseedores. Es en este marco que debemos considerar el referéndum.

En el escenario de guerra se enfrentan el gobierno y la oposición, dos fracciones del capitalismo, de los poseedores. El referéndum, es una operación para saldar las cuentas entre estas fracciones, el Chavismo no tiene nada que ver con esa escaramuza.

La tarea principal del Chavismo es zafarse de la lógica política del capital, abandonar el territorio reformista socialdemócrata y colocar en combate al Chavismo, al Socialismo. La batalla revolucionaria debe partir del punto donde Chávez la dejó, darle continuidad, aplicar el Plan de la Patria, el original. Vanos los esfuerzos por construir una tercera fuerza dentro de la pugna de la democracia burguesa, vanos los esfuerzos por adecentar al capitalismo, sería un retroceso.

El Chavismo debe enfrentarse a la mud y también a la fracción antichavista, capitalista del gobierno, pero hacerlo blandiendo el Socialismo verdadero, el que va más allá de la retórica de ocasión, el Socialismo que toca el problema de la propiedad y el de la conciencia del deber social. Dejar claro: Ni referéndum, ni capitalismo. Ni referéndum, ni golpe capitalista, rectificación socialista. Y sobre todo reafirmar que no aceptamos el capitalismo cualquiera sea la forma que adopte. No aceptamos más ley que el mandato de Chávez, Socialismo, nada puede estar por sobre la lealtad con este legado, con este mandamiento, todo por cumplirlo es legítimo.



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Toby Valderrama y Antonio Aponte

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