Chávez no es Dios

Bolívar lo derrotaron muchas veces, pero supo volver con mayor fuerza. La República cayó y él jamás se rindió, pero le tocó entender que habían banderas que debía enarbolar para alcanzar apoyos de su propia gente y triunfar, como la abolición de la esclavitud entre otras. ¡No era infalible!, jamás lo fue, era tan solo un soldado como el resto y tuvo que rectificar una y otra y otra vez, y eso lo hizo grande, eso lo convirtió en un líder que supo leer su realidad, lo hizo parte del pueblo.

Uno de los méritos de Chávez fue acercar al Libertador a la gente. Con respeto siempre, lo desmitificó, bajándolo de los pedestales, mostrando el barro de sus botas en lugar del pulcro bronce que hoy lo recubre. Lo hizo humano nuevamente, por tanto: uno más de nosotros. Eso hace repetible su hazaña por más gloriosa e inaudita que ésta haya sido, la hace posible, viable, perseguible y hasta superable. Por eso me parece irónico que a Chávez hoy lo quieran mostrar como una suerte de santo o ¨Elegido¨ celestial, cuando él mismo en vida lo dijo mil veces (palabras más o menos y parafraseando a Bolívar): -¨¿Quién soy yo?, a penas una débil paja, arrastrada por el huracán de la revolución¨. Chávez lo dijo tantas veces porque entendía que convertir a un hombre en un ser infalible, lo alejaría del resto. Ahora ¿qué pasa con eso? ¿Qué tan grave puede ser eso? ¿Por qué estoy diciendo esto?: ¿Quiero burlarme de la gente?, ¿quiero figurar en ¨yo-no-se-dónde-carajo¨?, ¿acaso quiero ser tan leído como el tipo del ¨espejito, espejito¨ que escribe en Aporrea artículos como: ¨el TSJ acojió lo que yo dije¨ ,¨el CNE me hizo caso en esto y aquello¨, ¨soy más audaz que Sandokán y Kaliman¨?, -¡No! Pero me preocupa esto, porque parece una estrategia para alejar el legado de Chávez de su pueblo, las ideas, la ética y la voluntad de este líder indiscutible de la Revolución. ¿Por qué? Porque al convertirlo en un dios o santo, es imposible imitarle, seguirle los pasos, corregirle, criticarle como a cualquier ser humano y mucho menos superar y/o mejorar lo que hizo. Y el que diga lo contrario es: traidor, quinta columna, hereje, etcétera. Y por si fuera poco -y es aquí donde yo veo el peligro realmente- pasa lo mismo con ¨Los hijos de Chávez¨, porque al ser hijo de un santo o un dios o del mismo ¨Elegido¨, tú también te conviertes en una suerte de ungido, de santo o al menos en un semidiós. Así que la crítica o autocrítica es vista como ¨sacrilegio¨, solo permitida cuando uno de los elegidos así lo decide, pero esto es por poco tiempo (minutos o segundos) ya que el argumento de la ¨autoflagelación¨ entra en el escenario y corta con todo: -¨Bueno tampoco convirtamos esto es un acto de autoflagelación camarada¨. Y ¡listo!, se acabó el tiempo de la crítica necesaria para extirpar el mal y corregir el rumbo.

-¨No le den armas al enemigo, hagan crítica hacia lo interno, aquí no¨. ¿Con qué se comerá eso?.

A veces me parece estar de vuelta al tiempo donde el desprestigio de los políticos (Oposición y Gobierno) era característica fundamental de su desempeño. Uno de los logros de Chávez, reconocido por propios y extraños fue: El rescate de la Política. Le devolvió su estatura moral y ética. Pero hoy están intentando desmontarlo, eso se traduce –como se puede observar desde hace poco más de 2 años- en mayor desmovilización e inacción del pueblo.

En la medida que entendamos que debemos enarbolar las auténticas banderas que nos reunieron entorno al proyecto de justicia social, de trabajo, de inclusión, de rescate de lo nuestro, en la medida que entendamos que hemos cometido errores (empezando por los líderes, que lo que hacen es atacar sin cuartel a quien desde la propia izquierda se los señala), gravísimos errores y sobre los cuales hay que hablar y debatir públicamente para hallar soluciones, en el campo económico y político. Cuando entendamos que también nos han derrotado electoralmente, que negociar con el Capital nos aleja más de nuestras metas y principios y nos acerca futuras derrotas en los venideros comicios, que la corrupción interna nos está desgarrando (y debemos saldar deudas grandes con respecto a este tema), que debemos tener líderes más cercanos al pueblo, que los discursos de esos líderes deben convertirse en acción y no en otro discurso y otro discurso y otro. Que nuestros medios dejen de ser simples repetidores y amplificadores de propaganda o jueces y linchadores de las voces críticas. Que nos convirtamos en defensores de los principios morales y éticos que dan fuerza al Proceso y no defensores a ultranza de farsantes y/o incompetentes (ver casos de corrupción y de ineficiencia de altos dirigentes de gobierno) en esa medida nos podremos reorganizar, y recobrar el camino. De lo contrario, así como vamos, no hay chance de salvar nada, y todos los que no tenemos ni queremos: escoltas, camionetas blindadas, cuentas abultadas aquí, allá y más allá, que no tenemos ni queremos ese dineral mal habido, que no tenemos ni queremos el beneficio tal o cual del gobierno, ni testaferros, ni nóminas de bachaqueros, ni contactos en las fronteras para contrabandear o acceso a dólares preferenciales, que no raspamos cupos, que no hacemos mercado en Panamá o en Aruba, que no somos exfuncionarios de gobierno que ahora son más papistas que el Papa, que no tenemos ni queremos empresas contratistas chimbas, concesiones de explotación de oro, empresas empaquetadoras y conspiradoras, presupuestos a nuestra disposición de alcaldías, gobernaciones o institutos autónomos, viáticos de diputados, ¨patrocinantes¨ privados que nos ¨prestan¨ carros de lujo, Padrotes en el sector privado o en el Gobierno, y una larga lista de etcéteras, vamos a tener que seguir pagando por los actos irresponsables de los demás, como lo venimos haciendo.

¡La cosa está muy mal! y no creo que quienes deben protegernos, desde las responsabilidades y puestos de gran poder que les hemos otorgado, se den cuenta de ello. Y para ser honesto, no soy optimista con respecto a su desempeño futuro, creo que son como el boxeador mal preparado, al que su contrincante le viene dando una paliza desde el round 1 hasta el 11, y ¿qué creen que va a pasar en el 12? ¿Todo va a cambiar?, ¡claro que no!, le van a terminar de dar una lección de boxeo y después a las duchas y cuidado si no al hospital. Y ojo que lo digo sin ironía, porque al final quien acusa recibo de esos golpes somos nosotros, mientras nuestra Esquina ¡se hace la loca!

Cierro este escrito con una frase que resume lo que pienso (una afirmación obvia, pero que parece olvidada), sin ánimos de polemizar u ofender a nadie y menos a quienes han luchado honestamente por sus ideales: ¡Chávez no es Dios!, es un ser humano como nosotros y allí precisamente reside su fortaleza. Por tanto nos toca, desde nuestros ámbitos de acción naturales, hacer lo propio para que el Proceso despierte del letargo y NO demos paso a un gobierno de derecha, que parece acercarse inexorablemente.



rcontrabajo@gmail.com



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