Separación de cuerpo definitiva entre corrupción y revolución

Toda concomitancia tiene términos de convivencia final; y más, cuando esta han sido perjudicial y esa fulana relación marital afecta a unas de las partes. Ha habido un matrimonio obligado o un concubinato sin aprobación entre corrupción y revolución; y es que hasta en las mejores familias se cuelan las ovejas negras, con el perdón de las ovejas y sin la intención de discriminar el color de su lana, por cierto, reconocido por élites como de especial lujo.

La convivencia humana no es programable ni de escogencia selectiva, en ella participa todo aquel o aquella con libres afinidades que por variadas circunstancias se vinculan de cualquier relación familiar, de amistad, de cultura, de culto y hasta de negocios, siendo esta última la más connotada y la que envuelve el mayor de los peligros, pues es ahí, donde se cocinan los grandes guisos y se pierde en un tris el mínimo signo de moral.

La revolución alcanzó un grado de coexistencia corroída con este cuerpo latente de lo que fueren 40 años de la mayor de sus exposiciones corrupta “culturales”. Liga de ovejas blancas-verdes-rojas, buenas y malas alternan la sostenibilidad de la cultura cariada. Se desmoralizó la familia porque o papá o mamá se corrompió y se hace de sumo menester romper relación del núcleo en este caso, político, por insoportable y no apropiado para una revolución.

Escuché y vi el vídeo de Allan Woods donde nos detalla cada error, la trampa burguesa y cómo hemos caído como corderitos en ella; y que me disculpe el presidente Nicolás, pero Allan tiene toda la razón, camarada presidente, le recomiendo le vea, escuche y haga de él un gran profundo analice de sus prudentes comentarios y de sus reflexiones. Nos lleva la burguesía para su matadero por la sola razón y falta de nuestras contundentes decisiones, por querer andar demostrarnos en ser más papitas que el Papa, por miedo y mal aconsejados por una terna de holgazanes vividores reformistas, arribistas y oportunistas incluyendo a gobernadores y alcaldes, que como dice Allan, le dijo Chávez en una buena ocasión: se han hecho nuevos aliados millonarios de la burguesía, cuando asumen el poder dejan de ser socialistas y olvidan al pueblo y la revolución, es una debilidad por solucionar, por quebrar.

Que no debemos ni tenemos porque pensar en alianzas ni en pactos ni diálogos que retrasan la condición necesaria de hacer ya socialismo.

Triste, camarada presidente Maduro, tener que certificar a estas alturas de la revolución por apreciación con precepción razonable de quienes nos miran desde otra ángulo o desde otro buen punto de vista político analítico, que no hemos ni emprendido el socialismo al que hacemos alarde; porque, es y será imposible elevar a su ascenso real ni dar un certero paso ideológico adelante en a medias con las estructuras capitalistas reinantes que nos superan en el control, por ejemplo: de los medios de producción, comunicación, educación que aún cohabitan de religión dominante por sucesión de familias y apellidos.

Nos comenta Allan que hemos sufrido el 6-D una gran lección del pueblo por practicar en demasiado nuestros excesos de confianza partidista-proselitista, sin el buen crítico científico proceder, y que, todavía siendo así, aún tenemos la oportunidad de juntar al pueblo con la verdad de la derrota, o revés que nos suena más bonito, para revertir errores y tomar posiciones y posesiones en los aventajados que también se consiguen y se consignan en la voluntad del pueblo por no reformar cosas inusuales con bellas palabras y discursos, sino con hechos reales que nos lleven de verdad verdaita a un socialismo estable, perdurable, sostenible, creíble y sobre todo del pueblo como clase en ascenso al Poder Popular que le hemos dado por llamar “Comuna” solo de nombre y apariencia, ese papeleo legalista y de aprender leyes de memoria.

Fijémonos, enfoquémonos todos bien en cada letra dejada por Chávez como orientación para que no pase a ser más letra muerta como hasta ahora viene sucediendo; tomemos a mano fija todos sus proféticos consejos en el más escrupuloso detalle para encontraremos la respuesta a nuestro entrabe, pero no demos más inútiles demoras, porque se puede ir agotando la paciencia y resistencia del pueblo, y de ser así, tendríamos que volver esperar por otros cien años para que nos surja otro Chávez y otra oportunidad de contar con el pueblo y con esta revolución que estamos echando por la borda de la historia a las profundas aguas del capitalismo, tiendo nosotros el Timón de la nave y siendo nosotros el Timonel y brújula, periscopio arriba y abajo para ver todo.-

Señor Presidente Nicolás Maduro, encarecidamente le pedimos en nombre del pueblo, repensemos la política de nuestra revolución en aras de que se empape de pueblo, sepa a pueblo, se sienta pueblo, ame al pueblo y que se resolucione de pueblo; y no que los boli burgueses y pitiyanquis o pelucones como les suele usted llamar con cotidianidad, sean quienes nos conduzcan a su sitial de desastre, en este preciso mal momento en manos de una mayoría en la Asamblea Legislativa confabulada en el seco golpe parlamentario yendo a socavar los logros de las Misiones, combinada con los poderes de siempre que controlan más de la mitad de los sistemas habituales, y a cuyos, estamos obligados a disolver; verá que Allan nos dice que una revolución a medias tintas y teniendo instaurado el viso sistema capitalista, jamás logra sobrevivir a su bestial embate y feroz envite. Y no olvidemos: que solo el pueblo salva al pueblo, pero también nos mata la inocencia y la falta de astucia y de que por ser altos políticos estemos exentos de equivocarnos, de perder.

Aprendemos más con la sagacidad de perder y ganar que con lo abrupto, para equilibrar una propia política revolucionaria, y de eso, sí que tenemos, nos dejó buenas lecciones el Comandante Supremo para más de un siglo de lucha y victoria. Gracias y disculpe la lata, pero en lo personal creo ya justo y necesario decirnos las cosas, corregirnos y avanzar hacia caminos seguros del Socialismo del Siglo XXI tan predicado por Hugo Chávez y su sentimiento Bolivariano, que llegó al punto de quiebre y de radicalización, le aseguro que no hay vuelta a tras ni una 3era Vía, o somos nosotros o son ellos.



Esta nota ha sido leída aproximadamente 1885 veces.



Omar Ignacio Pinto


Visite el perfil de Omar Ignacio Pinto para ver el listado de todos sus artículos en Aporrea.


Noticias Recientes:

Comparte en las redes sociales


Síguenos en Facebook y Twitter



Omar Ignacio Pinto

Omar Ignacio Pinto

Más artículos de este autor


Notas relacionadas

Revise artículos similares en la sección:
Ideología y Socialismo del Siglo XXI


Revise artículos similares en la sección:
Anticorrupción y Contraloría Social