¿En qué quedó la renuncia del gobernador Aristóbulo Istúriz?

La renuncia de Aristóbulo Istúriz a la Vicepresidente del partido puso de manifiesto los verdaderos niveles de ética revolucionaria en nuestros dirigentes del PSUV. Un efecto dominó era lógico que ocurriera, mas no pasó. Al contrario, ante la derrota electoral, solo se escucharon justificaciones y argumentos semejantes a una cantinflada. El pueblo escuchó, y por supuesto solo provocó lo que tenía que provocar, por un lado risas y por el otro pena ajena. Cuando existe ética, lo verdadero revolucionario, debió ser la puesta a la orden del partido de los cargos que se ocupan. Comenzando por la Presidencia del partido, ostentada por el Presidente Maduro.

Me referiré al estado Anzoátegui y específicamente la zona norte costera del estado. Hechos notorios, como el desabastecimiento siguen ocurriendo. La respuesta para enfrentarlo, sigue siendo el mismo: activación de los obsoletos mecanismos burocráticos del estado. Hasta ahora, solo ha logrado menguar el día a día el desabastecimiento, pero dejando de resolver los verdaderos problemas del mismo.

La primera conclusión, la burocracia de estado no está hecha para enfrentar procesos desestabilizadores, que en el caso del desabastecimiento, falló estrepitosamente. Solo partido y pueblo organizado puede derrotarlo. Muy al contrario de ello, esta burocracia, se ha venido convirtiendo en agente provocador y generador de una variedad de aberraciones, en los centros de distribución de alimentos. Ventas ilegales de mercancía a terceros, multiplicación del bachaqueo favoreciendo amigos y familiares de funcionarios, etc, etc.

Sin embargo, debo señalar que este comportamiento es producto de una conducta aprendida en su entorno y discretamente avalada por las mismas autoridades. Me pregunto, cómo han hecho y cómo hacen todos los funcionarios de alta y mediana jerarquía para abastecerse de alimentos. Cómo hacen nuestros dirigentes políticos para hacerse de bienes de consumo, si nunca han sido fotografiados haciendo colas para compras de alimentos.

Dos opciones, comprar alimentos a los bachaqueros ó debido a su condición de poseer escoltas policiales, utilizarlos como comodín ó alternativa para realizar esa tarea. Esto último, podría justificar una de esas aberraciones, que ocurren en todos los puntos de abastecimiento de alimentos. El hecho bochornoso de entradas y salidas de funcionarios uniformados y no uniformados, haciendo gala del mayor grado de autoridad, transportando alimentos en patrullas y carros oficiales. A dónde van a parar esos alimentos. Nada difícil, resultaría adivinarlo.

Por otra parte, se pierden las oportunidades de aprovechar otras infraestructuras para distribución de alimentos. Una de ellas perteneciente a la red de Bicentenarios. Uno de ellos con largas colas, pero con la capacidad de atender miles de usuarios en pocas horas. El otro Bicentenario de Guaraguao, el burocratismo no logró en poco más de un año iniciar su rehabilitación. Luego de la ya conocida recriminación pública que hizo el presidente Maduro, por los atrasos en la recuperación de la infraestructura y que llevó a la cárcel al entonces gerente del Bicentenario de Pto. La Cruz. Cuánta indolencia, cuanta ineficiencia.

Finalmente, la lucha contra el desabastecimiento, no puede reducirse a la distribución de alimentos producto de una agricultura de puerto. Esa miopía, que experimentan los ministros y algunos funcionarios del alto gobierno, tiene que ser superada. Deben dar muestras de su desinterés por la importación de alimentos, de lo contrario, habrá razones para dudar de la honestidad con que conducen y han conducido los cargos que ostentan. Se deberá reorientar el discurso hacia el verdadero objetivo, el cual no debe ser otro que implantar una planificación y un férreo control para el logro del objetivo primordial de incrementar la producción nacional, con nuestras propias fuerzas productivas

Pero veamos las cosas pasito por pasito. A qué llevó la burocratización del PSUV. Veamos: las coordinaciones de las movilizaciones no eran funcionarios del partido como es habitual en cualquier organización política aquí y en el mundo actual de ayer y de hoy. Pues bien, esas funciones las ocuparon subarternos de empresas del estado a quien la gerencia mayor delegó esas funciones. En mi caso personal, después de mas de 40 años de militancia política en organizaciones de marxistas, resultó ser un óm una escuálida abiertamente declarados anticomunistas ó antichavista. Pero para ellos la aceptación de esta tarea era una actividad adicional en sus funciones como empleada ó empleado público. ¿quién se responsabiliza de esta nueva perversión?. Estoy seguro que esto era una constante en toda la estructura del PSUV. ¿Así se construye un partido de vanguardia?

Como interpretar que el presidente del partido se enterará días antes de las elecciones que un blujeam cuestaba 30.000 bs ó que el Vicepresidente Arreaza se enterara también en esos días que un cartón de huevos costaba 1.200 bs. Eso es un insulto a la inteligencia, pero a su inteligencia. Donde estaban sus ayudantes y asesores allegados, para informarle que antes costaba 20.000 bs y antes de eso 10.000 bs y aún así el venezolano no lo podía comprar. Donde estaban los allegados al Vice Arreaza que no le informaron que el cartón de huevos antes costó 1.000, 800, 600 y 500 bs y así poco a poco se fue afectando la capacidad de compra del venezolano.

Estoy seguro que sus allegados y personal de confianza, entre ellos su personal de seguridad estaba haciéndoles el favor de comprarle los alimentos regulados y es como se justifica que miles de funcionarios policiales abuzaban de su condición y eran los primeros en sacar los alimentos de los comercios para sus jefes y por supuesto sus familias. Existe algún registro de algún funcionario de 1ra, 2da ó 3ra Categoría que se muestre haciendo colas bajo el sol como cualquier venezolano. Por supuesto, que sus escoltas eran los encargados de resolverle eso y esta conducta fue la que consolidó el bachaqueo y medró en la moral de las autoridades policiales.

Cuantas conductas aberrantes en el día a día, se cometían en centros de distribución de alimentos. El pueblo no podía asociarlos a una supuesta guerra económica. Los dirigentes del partido, distanciado de la realidad hacían poco menos que imposible palpar el drama y humillación de las familias para adquirir alimentos. No fueron capaces de activar mecanismos sencillos pero eficientes para aminorar los efectos del desabastecimiento. Por ejemplo la presencia del partido en los centros de distribución. Pero veamos, lo que ocurría en el estado Anzoátegui, que darían lugar a esa derrota tan contundente que sufrimos en esta región del país.



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Rafael Montes


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