El escenario nacional antes, hoy y después de las elecciones (I)

El momento es de sorpresa para la MUD como para quienes han estado del lado del Chavismo. Los primeros, no pensaron en sacar tanta ventaja a los segundos, y para los segundos, no esperaban sufrir tan aplastante derrota. Son dos corrientes políticas divorciadas de la realidad, una porque no la comprende, los herederos de Chávez, y la otra porque apunta hacia los más oscuros propósitos del capitalismo contra el pueblo: someterlo a sus tesis de más acumulación par causarle más miseria de la que vivió en los cuarenta años de democracia representativa.

El presidente comandante Hugo Chávez Frías, había captado y advertido que si no había un “Golpe de Timón”, aumentarían las adversidades para las políticas revolucionarias seriamente atacadas desde distintos escenarios, tanto nacionales como internacionales, estimulados por el imperialismo, si por el imperialismo interesado en nuestro petróleo y demás recursos naturales que poseemos abundantemente. Ese “Golpe de Timón” era un giro dirigido hacia el poder popular teniendo como núcleos fundamentales las Comunas y los trabajadoras y trabajadores, pero los llamados “hijos de Chávez” se hicieron de la vista gorda y acudieron a formulas que surgieron desde el territorio de la burguesía. Nunca pensaron estos camaradas que ese no era el cambio exigido por el Comandante Chávez, y menos que iban a sufrir tamaña derrota el 6 de Diciembre.

La burguesía sistemáticamente con su poder económico y los dólares salidos de las arcas del propio Estado venezolano, se dedicó a erosionar las ya debilitadas fuerzas del gobierno por las caídas de los precios petroleros. El dólar paralelo cumplió su papel y colaboró en el ascenso vertiginoso de los precios de todos los productos, básicos y suntuarios; la especulación y el acaparamiento sirvió de complemento para que se disparara la inflación; las colas repetidas durante varios meses destapó la rabia de la gente que diariamente acudían a los centros comerciales, supermercados, abastos, bodegas, buhoneros a buscar los bienes que consideran necesarios y básicos para la subsistencia, con la lamentable situación que por ejemplo, los abastos Bicentenarios (antiguos CADAS) ubicados en las zonas del Este, (en el caso de Caracas) fueron mejores abastecidos que los Bicentenarios de las zonas del Oeste; los Paramilitares intensificaron sus operaciones de saboteo a empresas importantes como Corpoelec, y así sucesivamente fueron preparando el escenario de continuo desprestigio del Gobierno Nacional; sin embargo, tampoco esperaban que estas acciones inscritas de lo que se ha denominado “Guerra Económica”, les dieran resultados tan positivos en las elecciones parlamentarias del 6 – D.

El propio pueblo está sorprendido de lo que hizo, especialmente al oír las declaraciones agresivas de los dirigentes de la MUD que anuncian tempestades con aguas y ecos que anuncian conflictos severos. El pueblo siente que se equivocó y así lo creemos nosotros, aunque muchos crean que el pueblo no se equivoca. Claro, que se equivoca, porque no está consciente sobre cuál es el camino a seguir en situaciones como las que vivimos en estos dos últimos años con mayor intensidad, a pesar de que cuando el Presidente Chávez tampoco fue nada fácil.

Este escenario de desconcierto se siente, por mucho que los bandoleros de la MUD traten de ocultar la parte que les corresponde a ellos. Los organismos de las clases explotadoras como Fedecámaras, Consecomercio, Federación de Ganaderos y demás terrófagos, entre otros, ya salieron a exigir su parte y esto hace que la incertidumbre aumente entre quienes tenemos mucho que perder con estos resultados, provocados por quienes pensaron que el “Cambio” era para mejorar la situación, sin tomar en cuenta el origen de clase de la propuesta de cambio de la MUD. Sin duda, aún el pueblo no identifica plenamente a su enemigo de clase y pareciera que esperara un buen tratamiento de los ricos sobre los pobres, lo cual demuestra perdida de memoria o desconocimiento de lo que la burguesía y sus representantes políticos han hecho cuando han controlado totalmente el poder; tal ingenuidad, llevó a que este pueblo se equivocara por los momentos, al no pensar lo que nos espera en un conflicto, donde el gobierno revolucionario no supo dar respuesta por ignorancia, por desubicación clasista e histórica o porque hay personas en el gobierno que deliberadamente lo quisieron así porque sus intereses no son revolucionarios, sino personales.

La burguesía viene por lo que siempre ha considerado suyo, incluyendo a la fuerza de trabajo a la que considera un objeto explotable. Arremeterá contra algunos componentes de la Ley Orgánica del Trabajadoras y Trabajadores para imponer totalmente sus condiciones que les permita garantizarse altas tasas de explotación con bajos salarios, reducción de los beneficios sociales, asegurarse los despidos injustificados, el cese a la inmovilidad laboral. Ya esto lo anunciaron los jefes de Fedecámaras sin ningún tipo de tapujo. Consecomercio solicita la derogación de la ley de precios justos para exigir la liberación de precios; los ganaderos y demás terratenientes van contra la ley de tierras en los aspectos que creen que los perjudican. Las privatizaciones también hicieron su anuncio, ya un Alcalde de Primero Justicia, se lanzó a solicitar la privatización del agua y la electricidad. Seguirán apareciendo demandas para complacer a la burguesía y el imperialismo

El panorama se torna gris para la revolución, no sólo por la victoria electoral de la contrarrevolución, sino porque notamos un pueblo confundido y unos pretendidos dirigentes revolucionarios sin rumbo, ahora convertidos en autocríticos a destiempo porque no lo hicieron cuando debieron hacerlo y reconocer que lo estaban haciendo mal. Todo lo contrario, cuando alguien de una manera honesta les hacía observaciones, le descalificaban, le tildaban de trasnochados; su arrogancia de ayer se les derrumbó y no deben pedir perdón sino coger el verdadero camino de la revolución que no es otro que rectificar, dar el giro de su torcido timón para tratar de recuperar las fuerzas que mostró el pueblo el 13 de Abril del 2002.

Muchos opinamos que la guerra económica, se derrotaba con políticas que condujeran a que el pueblo fuera el sujeto; que la distribución de alimentos y de los productos de primera necesidad incluyendo ropa y calzado fuese monopolizado por el Estado y se distribuyeran directamente a través de las Comunas, Los Consejos Comunales, Los Consejos de Trabajadoras y Trabajadores, Los Sindicatos Revolucionarios, los Partidos del Polo Patriótico, Las Cajas de Ahorro, pero no prefirieron dejarlo en manos de la burguesía, de sus automercados, de sus mecanismos de comercialización o por operativos itinerantes y mercados de cielo abierto, dando posibilidades a que la corrupción de muchos funcionarios se apoderaron de estos operativos y los manejaran a su antojo; no se dieron cuenta de algunas experiencias como la de del 23 de Enero, llevados a cabo por los camaradas de “Alexis Vive” y productores de Trujillo, que estaban siendo exitosas en cuanto al control de precios y la entrega directa de alimentos a los habitantes de esta zona.

Descubrieron tarde que somos un país con una estructura productiva muy débil y sólo se contentaban con decir lo tantas repetido por jefes de la burguesía como Arturo Úslar Pietri y Pérez Alfonzo “que hay que acabar con el rentismo en Venezuela”, pero sin tomar medidas prácticas, ni pensar que las Comunas son la vía correcta para hacer esto construyendo a la vez el socialismo. Las Comunas han sido vistas como un accesorio del sistema capitalista, cuyas dos formas dominantes, la propiedad privada y la estatal, no pueden garantizar la transición al socialismo. La privada es la forma tradicional de la sociedad capitalista, y la estatal ha venido a ser el instrumento utilizado por la burguesía para amortiguar las crisis, mientras vienen los períodos de recuperación, cuando se lanzan a las múltiples privatizaciones de las empresas del Estado construidas con los recursos públicos. Estatizar no es socializar, es simplemente nacionalizar y el socialismo no llega hasta ahí, puede servir en un momento determinado para anular y neutralizar algunas fuerzas de la burguesía, pero socializar es disolver las relaciones sociales capitalistas basadas en la relación capital – salario, es colectivizar la propiedad, colocando trabajador frente a trabajador y no burgués frente a trabajador, lo cual debe venir acompañado con un modelo de distribución de la riqueza social que se corresponda con las relaciones socialistas, ya no será la distribución donde los distintos capitalistas reciben ganancia, intereses y renta capitalista y los trabajadores salarios, debe ser una distribución basadas en Fondos, tal como Carlos Marx lo expone en “La crítica del Programa de Gotha”.

La Comuna como núcleo del socialismo, permite este nuevo modelo de distribución, pero hasta ahora comunistas y socialistas, no han tomado en cuenta esta propuesta, porque sus propuestas giran alrededor del Estado y este como propietario también acude al salario como remuneración para los trabajadores. Esta es la experiencia de la URSS, de China, Cuba y todas las experiencias del socialismo que en lo esencial han sido Capitalismos de Estado.

Con Comunas robustas, con miles de integrantes, podemos resolver todas las necesidades como el alimentario, el vestuario, la salud, la educación, los servicios, la vivienda,es decir, como cuerpos integrales, deben servir para resolver todas las necesidades que tengamos. Comunas o Nada, es la tarea.

En lo político la burocracia del PSUV, lo desmanteló como partido en cuanto a la operatividad y lo redujeron a tal o cual reunión para imponer sus criterios o a marchas y actos para celebrar algún acontecimiento que esta burocracia considera importante. Las patrullas y las UBCH, no tienen dinamismo propio, sino que son manejadas por los dirigentes a su criterio para asumir posiciones de poder dentro del partido y el gobierno. Estas organizaciones de base del PSUV, al igual que las de los otros partidos del polo patriótico, realizan muy poca labor en los barrios, centros de producción, institutos educativos como universidades y liceos, no son realmente integradas realmente por militantes de la revolución, sino por personas que se convierten en accesorios de la burocracia que los utiliza para su propio beneficio. Obviamente que la honestidad si está presente en los miles de hombres y mujeres que se agrupan en estas organizaciones, pero el debate serio y profundo como tarea de la formación está ausente, ya que a la burocracia no le interesa tener militantes teóricamente formados, preparados para la lucha en todos los terrenos, críticos y autocríticos, con capacidad de orientación propia y con una conciencia de clase que les permita orientar al pueblo que no milita, sobre el enemigo de clase a combatir para poder construir el socialismo como alternativa única ante el capitalismo.

El descontento generado por las designaciones a dedo para los curúles, en una proporción importante por la dirección del partido era evidente, además, muchas de las personas elegidas por los circuitos, también eran impuestas solapadamente; ministros con poca eficiencia fueron incorporados a las candidaturas; personas que no eran de las regiones fueron igualmente postulados a pesar del rechazo de la gente. Esto se sentía y sonaba duro, pero la dirección del partido no oía, ni oyó.

En Venezuela no se han evaluado detenidamente las experiencias revolucionarias como la URSS, por ser la más explícita. Aquí cometimos el mismo error, dejamos que el Estado se comiera el Partido, los dirigentes de la organización partidista, preferían ir a los puestos del Estado que mantenerse desde las filas de la organización para construir con el pueblo la nueva sociedad basada en las Comunas. Se confundieron las funciones del Estado y el partido, con lo cual los funcionarios del Estado, muchos de ellos sin ser militantes, asumieron el control de las instancias de construcción de Comunas y otros tipo de plataformas para la revolución, La militancia en los espacios donde era necesaria la construcción de Comunas, quedaba a la deriva y más en los tiempos en que se hacía presencia un proceso electoral, en los cuales los dirigentes estuvieron más interesados en ser lanzados a los puestos del Estado, creaban sus propios grupos para competir con otros.

En la alianza cívico - militar, necesaria por supuesto, predominó lo militar sobre lo civil, cosa que hizo mucho daño a la luz del mundo de lo civil a nivel del pueblo. Muchos militares ocuparon puestos claves, donde podía estar un civil y sin descalificar a todos, muchos fracasaron en sus gestiones y esto honestamente hay que reconocerlo, porque esto se complementó con la absorción del partido por parte del Estado, haciendo difícil la gobernabilidad.

Esto se complicó con improvisaciones repetidas, como los Fundos Zamoranos, los núcleos endógenos, la Misión Vuelvan Caras, los cuales al no ser evaluados en profundidad, permitieron que se repitieran en el Ministerio de las Comunas, Ministerio de Finanzas, Ministerio del Transporte entre otros.

Un aspecto a destacar, si se observa la dirección del PSUV, su máxima jefatura, esta integrada por personas venidas de la llamada clase media, los trabajadores sencillos brillan por su ausencia. Obviamente es un partido definido como policlasista y los obreros son rellenos de la organización. Esto explica que el mayor esfuerzo puesto por el gobierno fuese orientado hacia esa clase que en Argentina le dio el triunfo a Macri. En la administración pública abunda este sector y fue el que mayoritariamente voto por la MUD, y para descubrir este fenómeno no es necesario hacer una profunda investigación, uno lo ve en los pasillos, en los comedores, en las oficinas y lo siente en el trato que se tiene con ellos, les preocupa más escalar posiciones como individuos, que construir fórmulas colectivas para solucionar colectivamente los problemas.

Fue evidente en las celebraciones con caravanas, la cantidad de vehículos Chery que tocaban cornetas expresando la emoción por el triunfo de la MUD. Muchos de los beneficios otorgados por el gobierno, no eran por reconocimiento al esfuerzo, sino por una concepción que desde el Presidente Chávez ya rondaba en esta revolución aquello de “pagar la deuda social”, pero pagarla no podía ser a base de dádivas, sino aprovechar los ingentes recursos obtenidos por el petróleo para echar a andar un país productivo, con lo cual podríamos tener un país donde se cumpliera eso de “ darle la mayor felicidad posible al pueblo”, pero ya vemos adónde nos conducen las dádivas. O aprendemos o seguimos perdiendo.

Hoy estamos en una situación, la cual debemos evaluar sin ningún tipo de reserva, sin temores. Quitarse las vestimentas y quienes tengan responsabilidades que las asuman. Es necesario sacudir el polvero que nos estaba cubriendo, porque muchos de quienes han hecho el papel de dirigentes del proceso estaban obnubilados y casi ciegos ante una realidad que estaba en sus cabezas, pero no en la realidad verdadera que hoy se torna confusa por la cantidad de enemigos concretos y los mediáticos que tiene esta revolución. Las fuerzas de la burguesía vendrán a actuar contra todo lo que se haya logrado como reformas y que cambiaron la dinámica de este país con rasgos que en algunos aspectos eran distintos a lo de la IV República, pero que en otros tenían muchas semejanzas. Esa también debe ser una de las búsquedas por encontrar esas diferencias y semejanzas para poder reforzar las diferencias y extirpar las semejanzas con el puntofijismo.

La revolución no se detiene por una o más derrotas, pero oigamos los pasos del enemigo para cerrarle el camino. Queremos un pueblo más combativo y más trabajador, convertido en indomable por las fuerzas externas que nos atacan y por las fuerzas internas que se anidan en nuestras organizaciones para engañarnos y domesticarnos. Un pueblo crítico que aprenda a identificar a sus verdaderos enemigos y a organizarse para enfrentarlo. También queremos auténticos dirigentes que se codeen con el pueblo, que no se coloquen por encima de él y sólo vengan a buscarlo cuando necesitan sus votos. Dirigentes que sean capaces de disolverse en la vida del pueblo trabajador.

Las Comunas deben ser el principal espacio de operatividad y de Construcción de la nueva sociedad. Los Consejos Autónomos de Trabajadoras y Trabajadores deben ser los instrumentos principales en la lucha contra el capital y por la toma del poder para convertirnos en los sujetos esenciales de la revolución socialista. Hay que revisar las Leyes del Poder Popular y otras leyes porque tienen sus gazapos, los cuales pueden servirle a la burguesía para lanzar una ofensiva para construir un poder apoyado en las fragilidades de esas leyes. A legislar para la autogestión para que de allí salgan auténticas comunas, para que como banderas de lucha hagan temblar verdaderamente al poder burgués. Estudiemos las Comunas de nuestros indígenas, la Comuna de París y aprendamos de sus voluntades libertarias, certeramente libertarias. Estudiemos las experiencias de los Consejos de Trabajadores del mundo para que conozcamos como ellos han puesto a tambalear a la Dictadura del capital contra el trabajo y sembrado la posibilidad de derrotarlo.

¡La Lucha Sigue hasta la victoria Final!



Esta nota ha sido leída aproximadamente 1234 veces.



José Bonilla A.


Visite el perfil de José Bonilla A. para ver el listado de todos sus artículos en Aporrea.


Noticias Recientes:


Notas relacionadas