Ciencia y poder para dominar

Teóricos de la comunicación, periodistas, sociólogos, sicólogos, pedagogos -entre otros profesionales- en el marco de sus estudios e investigaciones, acerca de los medios audiovisuales, han indicado que el control y vigilancia ejercida por la cibernética, es mayor y más efectivo que el de la propia escuela.

Philip Mayer, analista e investigador acerca de los medios de comunicación, señala que para el año 2043, la radio, los teléfonos celulares, el internet, la TV, los satélites y los computadores -entre otros adelantos técnicos- tendrán controlada de manera casi absoluta la población, en cualquier parte del planeta.

El mismo investigador indica que los periódicos tenderán a desaparecer, porque el modelo ideológico-cultural, genera en la mayoría, una abulia, que elimina en la práctica la tendencia hacia la lectura.

Esa función ideológica, que impone y ejecuta el poder, de alienar para la "obediencia", la "disciplina" y el "orden", no es otra cosa que introducir en el inconsciente colectivo de los pueblos -y parafraseando a Paulo Freire, en su libro "Pedagogía del Oprimido"- la idea de posesionar y alojar en el cerebro del dominado tal situación, para que los pueblos consideren como natural, lo que se les impone desde que nace hasta que muere.

El poder por lo tanto funciona como una red que opera y penetra todos los planos de la sociedad, imponiendo su lógica para dominar y someter a los pueblos, en la rutina de la cotidianidad como algo "normal" e imposible de liberarse del mismo. Al respecto, Foucault (1991) señala lo siguiente: "El poder funciona, se ejercita a través de una organización reticular. Y en sus redes no sólo circulan los individuos, sino que además están siempre en situación de sufrir o ejercitar ese poder…"

Todos estos inventos, que dentro del capitalismo o socialismo se llama progreso, desarrollo, civilización, etc., nadie niega su "utilidad" en un mundo donde se requiere comunicaciones efectivas, pero también cumplen su función de vigilancia, controladora de las conductas y del comportamiento humano. Este mundo de la comunicación, también rompe con la relación humana, para pasar a unas relaciones de carácter cibernético, pasando más tiempo "acompañados" de las máquinas, que de nuestros semejantes y lo que es peor, alejados de la familia a pesar de compartir la misma vivienda. Es una ciencia y tecnología, que se ha hecho, no para servir al hombre, si no para mantenerlo controlado, vigilado, disciplinado y además alienado, en el marco de una sociedad panóptica, que también trae como consecuencia, que mientras más población exista en una ciudad, más soledad tenemos a nivel individual, porque hemos perdido la capacidad de comunicarnos entre unos y otros de manera personal, de reconocernos entre nosotros mismos, en fin hemos perdido la capacidad de vernos como seres de una misma especie.

Todo esto ha sido producto del llamado progreso, desarrollo y civilización. Para muchos estas palabras son mágicas, representan una condición especial que ha mejorado el mundo y por lo tanto la vida de los seres humanos, producto del crecimiento económico y el desarrollo industrial, tecnológico y científico, pero estos mismos conceptos traen consigo una ambivalencia mortal para la vida del planeta y de la propia humanidad, porque sus avances en la suma de esa totalidad (desarrollo, progreso y civilización) ha producido conocimientos para generar el control y la manipulación de la humanidad, ha producido armas nucleares que en fracciones de segundos pueden acabar con una parte de la tierra, ese mismo desarrollo técnico científico les ha permitido manejar también el clima como instrumento para la guerra, sobre todo en la guerra de alta intensidad, el proyecto HAARP (Aurora Activa de Alta Frecuencia) es parte del mismo. Ahora bien, todos estos avances han estado en función de controlar el poder, para dominar el mundo, sin respeto a la historia de los pueblos, su identidad, su cultura, su pensamiento, su dignidad y todo esto en el objetivo de mantener la relación opresor-oprimido.

Ese desarrollo que hasta el momento nos han vendido, no responde a la realidad de nuestros orígenes, ese desarrollo ignora nuestra condición humana, pues esa condición no se puede calcular o medir como una cosa. La humanidad vive, sufre, tiene alegrías, tiene sus propias relaciones con el medio natural, es decir, ese desarrollo ignora los valores, no los toma en cuenta, porque para ese desarrollo todo es material, todo es cuantificable, todo es mercancía, esto es, todo es dinero. Ese desarrollo como dice Edgar Morín (2005): "… genera malestar, su individualismo incluye una dosis de egocentrismo y soledad, sus plenitudes urbanísticas crean estrés y ruido ambiental, y sus fuerzas desencadenadas conducen a la muerte nuclear. ¿Qué significa todo esto? Seguramente, que no hay que continuar por esta ruta y que debemos dejar de señalar el camino que hemos seguido como el indicado: se requiere un cambio de rumbo". BAUDRILLARD, Jean y Edgar Morín. (2005). "La Violencia del Mundo". Edit. Libros del Zorzal. Buenos Aires. Pág. 45).

Si lo aquí señalado, posee una verdad "relativa" o parte de una verdad que históricamente se ha mostrado, entonces podríamos afirmar "simplemente" para la reflexión, la discusión y el análisis, que una verdadera revolución pasa por no tomar el poder QUE OPRIME y destruir toda expresión del mismo, para poder crear un Tercer Camino, que nos conduzca a una nueva civilización sin relaciones de poder y que sea capaz de romper la relación alienada entre dominante y dominados, entre opresor y oprimidos.



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