A pesar que el PSUV y la MUD en el discurso se muestran opuestos, las acciones dicen otra cosa y cada vez son más los puntos de encuentro entre estas dos tendencias políticas, las cuales no se diferencian mucho cuando nos referimos a sus prácticas sectarias y acríticas, con la finalidad de maniatar el debate dentro de sus filas; pero además, tienen mucha afinidad en su carácter poco democrático, dónde se siguen imponiendo los intereses de las cúpulas por encima de las bases; e igualmente en sus maniobras demagógicas, en las que se burlan del pueblo y juegan con los sueños de la colectividad.
Un ejemplo de ello, es el chantaje permanente con el que tienen sometido a sus seguidores en cuanto al tema de la crítica, dónde todo aquel o aquellos que rompan con el mutismo para denunciar incoherencias o desviaciones de las dirigencias, en cada uno de estos dos polos políticos (PSUV-MUD), son acusados de traidores y de estar colaborando con el bloque político que se le contrapone. Pero lo más lamentable, es que existan esos llamados tontos útiles que se prestan de colaboradores para hacerle eco a estas cúpulas que no quieren y no aceptan que crezcan otras alternativas políticas, lo que podría poner en jaque la polarización política del país y es aquí en donde ambas tendencias (PSUV-MUD) hacen llave, para evitar ese escenario, el cual no les resulta favorable.
Asimismo, a ambos bloques les brota su práctica antidemocrática, y podemos observarlo en sus falsas elecciones primarias. Tanto en las recientes elecciones primarias del PSUV como en las de la MUD se impuso la lógica del cogollo, en ambos comicios se invirtieron cantidades importantes de recursos económicos y logísticos sin ninguna necesidad, ya que de antemano se sabía cuales iban a ser los resultados, en unas elecciones que fueron marcadas por poderes económicos, por el favoritismo y el nepotismo.
De igual forma, estos dos polos (PSUV-MUD) han esperanzado al pueblo venezolano de hacer de nuestro territorio una potencia y todo ha sido una mentira. En el pasado fueron adecos-copeyanos y sus retoños (Primero Justicia y derivados) quienes se valieron de la renta para satisfacer sus apetencias, mientras el pueblo que creyó en ellos padeció la indiferencia de sus gobernantes y una mala distribución de las riquezas. Hoy en día, quienes se reparten la torta no se diferencian de sus antecesores, ya que se muestran indiferentes ante la actual crisis socio-económica que atravesamos, intentando tapar el desfalco a la nación con regalías a la población que no generan desarrollo alguno en cuanto al tema económico productivo y, finalmente, el sueño de diversificar nuestra economía para romper con la cultura rentista se ha quedado en bonitos discursos, y es que, hoy por hoy, Venezuela depende de países extranjeros para abastecernos de alimentos, que cabe resaltar estas importaciones no han podido y no podrán contrarrestar la escasez que se nos presenta, y no hay explicaciones claras de todo lo que ocurre, sólo se escudan en una supuesta guerra económica que parece no tener final, mientras que la realidad del venezolano se hace más cuesta arriba.
Ahora ¿Qué hacer? ¿Cómo romper con este absurdo entrampe de la polarización? ¿Será prudente continuar anclados al chantaje de los polos (PSUV-MUD) quienes pretenden que las bases asuman conductas pasivas y sumisas mientras estos se disputan el poder de la renta? En lo particular, desde mi posición de izquierda, sin caer en fanatismo alguno, y como persona que apuesta a una revolución social inspirada por un carácter democrático, bajo un modelo económico productivo que logre dignificar a nuestra sociedad, aprovecho la oportunidad de dejar claro que no todos aquellos que nos inclinamos a la idea revolucionaria nos dejamos someter por el chantaje de la burocracia roja y de sus tontos útiles, quienes pretenden callar la crítica al tildarnos de contrarrevolucionarios y de ser tránsfugas al servicio de la derecha tradicional y del imperialismo gringo. Esperando que muchos entiendan que el mutismo hace más daño que el levantar la voz en contra de la improvisación y las incoherencias del actual gobierno. Por lo tanto, por alzar nuestras voces en contra de todo este caos, en el que tiene mucha responsabilidad el gobierno central (cual la evade), no nos hace opuestos a la idea revolucionaria, y es que no podemos encasillarnos en que la realidad política actual está marcada por dos corrientes (PSUV-MUD), ya que las alternativas están apareciendo (Desde la izquierda tenemos la propuesta más clara en Marea Socialista sin descartar otros movimientos que pudieran aparecer), sólo falta reconocerlas y apoyarlas, y no se trata de divisionismo ni de infantilismo de izquierda, es que de no dar nosotros ese “golpe de timón”, el cuál demandó el Comandante Chávez, y que se negó a dar la burocracia en el poder, estaríamos entregando nuestros sueños al otro bloque (MUD), quienes se frotan sus manos mientras esperan oficialmente asumir el control de la renta.
Aquí no podemos seguir asistiendo a los comicios electorales a votar por un mal menor (PSUV), quién traiciona debe ser apartado y nosotros como pueblo organizado debemos sentirnos capaces de continuar este proceso y de estar a la altura del momento histórico que se nos presente, si es que realmente queremos materializar la revolución social. Claro que no será fácil el camino, el cual está lleno de muchas manipulaciones y medias verdades, pero es aquí donde debemos entender que las revoluciones están llenas de dificultades y, por lo tanto, será vital demostrar que tan claros y preparados estamos para afrontar la actual coyuntura que se nos presenta.
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