Alianza de la AN con el sector empresarial venezolano: ¿Quién es ahora el enemigo?

Una realidad que actualmente ha dado mucho que hablar en Venezuela se remite a los acercamientos que, al menos públicamente, se anunciaron desde inicios del mes de agosto entre gran parte de la bancada del PSUV de la Asamblea Nacional con el sector empresarial venezolano. Esta contigüidad tenía como vocero al diputado del oficialismo Elvis Amoroso, quien, recientemente ha manifestado la necesidad de que nuestro Parlamento se siente a conversar con el sector productivo de nuestro país para, juntos, combatir la llamada Guerra Económica que nos tiene azotados en los últimos meses.

Al respecto de esto, nuestro portal Tatuy Tv de noticias publicaba el día domingo 9 de agosto de 2015 un artículo de opinión intitulado: Amoroso con el enemigo por Juan Lenzo en el que el autor se preguntaba sobre la naturaleza de esta nueva alianza con quien hasta hace poco, por no decir que en un presente paralelo, ha sido identificado por el presidente Nicolás Maduro, así como por altos personeros del gobierno, como el enemigo y único responsable de esta Guerra Económica que pareciera encumbrarse cada día más en nuestros salarios.

Expresiones como “burguesía parasitaria” u “oligarquía enemiga”, entre otras, han llenado, de manera formular, gran parte de los discursos presidenciales, de ministros, diputados, gobernadores y alcaldes chavistas por meses ininterrumpidos. Ahora bien, me pregunto y casi choco en mi carro mientras rumiaba estas preguntas: ¿quién es ahora el enemigo de esta guerra de desabastecimiento, escasez y contrabando? ¿si nos remitimos a los discursos pletóricos de consignas del sector oficial en que el enemigo es justamente ese sector empresarial apátrida, cómo queda esa nueva alianza? ¿bajo qué categoría se encuadra ahora el “sector productivo del país” para el oficialismo? ¿cómo es que nos sentamos a dialogar con el enemigo para establecer nuevas alianzas? ¿sentarse a conversar con ese otro que me ataca no es sinónimo de debilidad? ¿si el sector empresarial no es ahora el enemigo de esta guerra, quién es el malo? ¿contra quién peleamos? . A partir de todo este mélange en mi cabeza no pude evitar identificar la contradictoria expresión: “momento estelar pero dramático” con estas interrogantes que ahora me hago mientras escribo esta nota.

En todo proceso de veridicción, pase por el momento cartesiano o se circunscriba al ámbito de la ética, debe existir una coherencia entre lo que se dice y lo que se hace. Es decir, si yo digo que hay un salmón estacionado en el cielo de la ciudad argentina de Rosario, como la trama de la novela de César Aira, Las aventuras de Barbaverde, es necesario que yo pueda dar constancia de que, en efecto, hay un gran pez rosado que ha arrastrado con su descomunal cola a la Vía Láctea. Debo fotografiar a ese pez (sin photoshop) para poder decir que en efecto está en el cielo rosarino. Si no lo puedo verificar entonces queda como la premisa de una excelente novela de ficción, como todas las obras del escritor argentino César Aira. Ergo: No puedo hablar mal de un sector del país y tildarlo de enemigo mientras me siento a establecer alianzas con él porque eso confunde al receptor de las noticias que reflejan esta “nueva realidad”, sin ahondar en razones ideológicas sobre la necesaria profundización del socialismo y del estado comunal en Venezuela.

Así que, si no queremos que nuestros discursos empiecen a contagiarse de incoherencias y de actos fallidos, le pedimos claridad a quienes gobiernan este país azotado por un enemigo semejante a ese gran salmón que duerme plácido sobre el cielo de Rosario.


caracolablue@gmail.com



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