El cambio del paradigma económico global, sin duda alguna, ha dejado a los bloques económicos neoliberales que surgieron luego de la caída del bloque soviético, en décadas de los ochenta e inicio de los noventa, en una situación vacilante, por lo menos acá, en todo el continente Americano y en una parte de Europa no menos importante.
Frente a la nueva realidad global, el modelo aun imperante en el mundo nuevamente muestra su gran fragilidad, hoy tenemos múltiples ejemplos, uno de ellos sin discusión, se ubica en Atenas, La cuna de la democracia, esa Grecia unida a un gran bloque económico de 15 países(UE), que no le da respuesta alguna, sometida al poder del fondo monetario internacional y a las grandes desigualdades que implica la adopción del sistema económico de libre mercado; bloque que debería de dar respuestas positivas y no empujar a uno de sus miembros al caos financiero y a la miseria.
A diferencia de este bloque europeo, nacido en el 57, pero consolidado años más tarde, en América latina surgen nuevos modelos de desarrollo tras la crisis que presenta nuevamente el sistema neoliberal, lo que Carlos Marx definió como la crisis del capitalismo, los mecanismos de integración económicas que plantean los mal llamados países sub- desarrollados, parecen ser mucho más atractivos; la diferencia se halla en sus formas de ver el mercado, basando su desarrollo en el aspecto humano, mientras que los bloques que no han tenido éxito, como el Tratado de Libre Comercio Para las Américas(ALCA)unas de las estrategias más fuerte impulsada recientemente, plantea una economía desigual, que solo lleva al desarrollo económico por encima de lo humano.
La hegemonía occidental se ve afectada por propuestas prometedoras, como la planteada por el grupo de los Brics, las nuevas formulas de integración formada por lo pises del ALBA, Celac y Petrocaribe, todo un concepto integrador que desnuda las pretensiones de quienes quieren mantener el estatus quo en una situación de decadencia del modelo económico que ha credo el mayor número de desigualdad en el mundo en materia social, económica y humana.
Estas nuevas estrategias planteadas por los países del sur, no le dan espacio alguno a un nuevo Estado de bienestar, ni a una nueva socialdemocracia. La historia los ha orientado y saben que las sociedades se encuentran frente a una posibilidad de nuevo orden mundial multipolar, donde las estrategias del mercado y las condiciones políticas le dan la bienvenida, pero exigiendo una definición permanente.
Estos nuevos modelos de desarrollo se ven beneficiados por las economías emergentes (Rusia, China e India), que buscan romper con la hegemonía norteamericana sobre las regiones del sur y de esta forma establecer un nuevo orden mundial.
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