3.162.400 votantes: La cifra que derrotó a las cúpulas del PSUV

Los movimientos totalitarios utilizan el socialismo y el racismo, vaciándolos de su contenido utilitario de los intereses de una clase o de una nación (…) La calificación principal de un líder de masas ha llegado a ser una interminable infabilidad; jamás puede reconocer un error.
Hannah Arendt – Los orígenes del totalitarismo -
    
    Supongo que desde sus aposentos de poder, luego de conocer los resultados el 28-6-2015, de las elecciones internas para selección de diputados ante la Asamblea Nacional por parte del mal llamado Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), la cúpula del poder debería estar muy preocupada sobre lo que ellos han calificado como un “triunfo” cuando en la praxis política con las primeras declaraciones de sus voceros, lo que ha emergido es mayor arrogancia y deseos evidentes de repetir la historia contemporánea que llevó a la pérdida del poder de quienes estuvieron al frente del país entre 1958 – 1998.

Si tomamos como referencia, según datos aportados por el Consejo Nacional Electoral (CNE) que el llamado “padrón” electoral se encuentra en 19 millones 487 mil 369 electoras(es)¹, es decir, redondeando 19 millones 500 mil potenciales votantes, no habría nada que celebrar. ¿Por qué? Porque al realizar el análisis con los datos aportados desde la página oficial del propio PSUV  (www.psuv.org.ve)² y simplemente evaluar la cantidad de votantes, que según ellos fue de 3 millones 162 mil 400, el porcentaje de éstos se sitúa en 16,21%. Una cifra nada despreciable. No obstante, buscando la ecuanimidad de esa cifra y vaya la palabra por delante de los “jerarcas” del PSUV, también debo explicar el análisis que realizó un profesor de matemáticas, amigo mío, quien nos dice que si fueron 3.162.400 votantes, éstos debieron votar entre 5.613 mesas,  lo cual arroja en promedio 563 votantes por mesa, y si multiplicamos que cada votante dura en promedio 1,5 minutos para ejercer el derecho al voto, nos daría un promedio de 844,5 minutos que debieron emplear todos los votantes por mesa, lo cual a su vez dividido entre 60 minutos (una hora llevada a la escala correspondiente), nos daría como resultado que todas (sí todas, sin excepción) las mesas en promedio, tuvieron votantes durante 14 horas consecutivas, es decir desde las 8 am hasta las 10 pm. Ni en los mejores  tiempos de Chávez en elecciones (fui presidente de mesa en presidenciales 2006, y a las 7 pm, había concluido mi mesa con 77,3% de participación)  esto fue posible en todos los centros. ¿Por qué en este caso se mantuvieron abiertas todas las mesas de votación con horario prorrogados además por el CNE, si además era un proceso interno del PSUV?

Otras preguntas: ¿Si en algunos centros “nucleados” (donde se agruparon varios centros electorales) había incluso una sola máquina de votación, era o no evidente que se iba a formar cola? ¿No es la misma tesis que ha exigido el gobierno nacional a los supermercados y redes de farmacias  cuando los acusa de golpistas porque éstos tienen una sola caja para atender miles de consumidores? ¿No es esa la ineficiente acción a la cual nos vemos sometidos los ciudadanos cuando tenemos que ir a cualquier banco y en ellos observamos hasta un solo cajero para atender nuestras demandas financieras, lo cual nos obliga a pasar horas en tales entidades?

Era claro el juego de impacto mediático. Colocar una sola máquina de votación en aquellos centros “nucleados” con alto número de votantes, con el propósito que allí estuvieran las cámaras de Venezolana de Televisión (VTV)  para mostrar que había “mucha” gente en cola en los espacios seleccionados, sin importar que los votantes tuvieran que pasar varias horas esperando por una infeliz decisión causal. Por supuesto, eso fue aplicado fundamentalmente, en los sitios donde los jerarcas del PSUV votarían por ellos mismos; pero como eso era imposible en todas las mesas, la mayoría de los centros estuvieron con muy pocos votantes.

Bueno, si ya lo anterior, nos aclara un poco el panorama para intentar procurarnos, el porque la mayoría de los centros estaban vacíos, y simplemente las cámaras de VTV se incorporaron sólo en contados centros de votación, pero sin poder mostrarnos “las colas” ¿o “no existieron?, (término que tanto aplica el presidente de la Asamblea Nacional para lo que vivimos los venezolanos a la hora de comprar alimentos) de unos 5 mil centros en todo el país. ¿Hubiese dejado VTV de mostrarnos colas en todos los centros si la asistencia hubiese sido masiva en todos ellos?

Del mismo modo, un punto que ha generado profundas discrepancias entre los propios “camaradas” en contienda fue la manera arbitraria del cómo algunos de ellos fueron retirados o cambiados sin previo aviso del tarjetón electoral por parte del CNE ¿Error, omisión o intencionalidad?

De hecho, lo descrito se corrobora cuando recordamos que uno de los reclamos que realizó el PSUV en su momento (2013) y con razón, fue aquella acción fascista opositora de quemar los cuadernos de votación, luego de seleccionar al entonces candidato presidencial. El PSUV fue más práctico. No los quemó. Los eliminó. Entonces, ¿quién puede auditar un proceso si la firma y la huella dactilar debidamente estampada no queda en la hoja de un cuaderno físico de votación? ¿Será esa la práctica para las elecciones parlamentarias del 6 de diciembre, 2015? Al parecer el PSUV aprende rápido de las mañas de la llamada Mesa de la Unidad Democrática (MUD).

No obstante, de todo lo mencionado, y aunque parezca contradictorio, es la propia cifra de votantes lo que más preocupa a las cúpulas del PSUV ¿Por qué? Porque de esa cifra, poco más de la mitad corresponde a funcionarios públicos adscritos al nivel central, gobernaciones y alcaldías, quienes en privado nos manifiestan que “votarían” por las presiones, es decir, noluntad (lean bien escribí noluntad) razón por la cual, esa no sería la conducta electoral el 6 de diciembre. En otras palabras, de ese 1.500.000 electores, la mitad aproximadamente no tendría valor cuantitativo para el PSUV (eso no quiere decir que esos votantes lo tenga la oposición). Asimismo, 1.000.000 de esos votantes en su mayoría respondieron a `pensionados y beneficiados de misiones, quienes son los más presionados. Pero de ese número, un 30% estaría en el margen de la abstención o el voto en contra. En resumen, sólo unos 500 mil electores sumados a los 750 mil restantes de la administración pública es el propio voto duro del PSUV. Menos del 10% del padrón electoral, lo cual los coloca en una situación de minusvalía electoral muy grave.

Ante ese escenario, la pérdida de la Asamblea Nacional para Maduro y Cabello luce muy probable. ¿Rectificarán? ¿O harán como los arrogantes?  No soy quien tiene que rectificar. Es la propia cúpula del PSUV quien se ha negado a rectificar, y por ello, los venezolanos vivimos una crisis económica sin precedentes. ¿Qué hará la cúpula del PSUV con este resultado? Soplan tiempos nublados. A propósito de ser ciego. Quien tenga ojos que vea.


¹http://www.cne.gob.ve/web/sala_prensa/noticia_detallada.php?id=3345

²http://www.psuv.org.ve/portada/psuv-escribe-una-nueva-pagina-historia-gloriosa-venezuela-solo-socialismo/



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Javier Antonio Vivas Santana

Más de 6 millones de lecturas en Aporrea. Autor de la Teoría de la Regeneración del Pensar. Dr. en Educación (UPEL). Maestría en Educación, mención Enseñanza del Castellano (UDO). Lcdo. en Educación en las menciones de Ciencias Sociales y Lengua (UNA). Profesor de pre y postgrado tiene diversas publicaciones y ponencias internacionales acreditadas y arbitradas por editoriales, universidades e instituciones de España, Rusia, Estados Unidos, Alemania, Francia, y naciones de América Latina.

 jvivassantana@gmail.com      @_jvivassantana

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