El Viagra político que necesitamos

Mejorar la calidad de vida para los pobres, castigar la corrupción y escuchar la crítica

El actual proceso político venezolano, que implica la toma del poder por parte del pueblo direccionado por el Comandante Hugo Chávez, y que se conoce por algunos teóricos como Revolución Bolivariana, ha venido a lo largo de los años, superando obstáculos, algunos internos, otros externos, unos endógenos y otros exógenos, que se han podido superar en gran medida gracias a la madurez política que poco a poco ha venido asumiendo la mayoría del pueblo venezolano y al liderazgo encarnado en torno al Presidente Chávez; gracias a estos dos esenciales factores, se logró recuperar el poder político luego del golpe de Estado del año 2002, algo inédito en el mundo; se derrotó el golpe petrolero del año 2002-2003, que puso en jaque a la economía del país, saliendo incluso fortalecido de dicho ataque y, entre otros muchos obstáculos, se superó la derrota electoral en el referéndum sobre la reforma constitucional del año 2007, con un interesante y lúcido manejo político del propio Chávez, llamando a aceptar el triunfo del adversario y a la revisión de la política gubernamental, reconociendo, en pocas palabras, la necesidad de incluirle una mayor eficiencia a la gestión, invocando aquel "viágra político" que jocosa pero sabiamente pidió en la II Cumbre sudamericana de naciones en Bolivia, con lo cual tan sólo a horas de haber sufrido el primer revés electoral de la Revolución Bolivariana, el ánimo y la moral del pueblo chavista se encontró nuevamente fortalecido. Al contrario de lo que cualquier experto podría pensar, estos tres golpes: político, económico y electoral fortalecieron la Revolución e incluso propiciaron la radicalización de ésta, demostrando así que las crisis, manejadas de manera correcta, reimpulsan el proceso político y repolarizan las contradicciones de clase.

Sin embargo, es importante destacar, que los saboteos, intrigas e intentos de desestabilización se han transformado y perfeccionado, los laboratorios de ataque económico y psicológico se han encargado de ello, los cipayos que representan la política contrarevolucionaria sólo repiten el guión payaso que se les impone: confunden, distorsionan, se autodenominan salvadores del pueblo, paladines de los pobres, defensores a ultranza de la constitución y en su concepto más populista posible se denominan bolivarianos y casi chavistas. Conviene a los sectores contrarevolucionarios simplemente no dejar gobernar y hacer la gestión de gobierno ineficiente (más de lo que ya por su naturaleza burguesa es).

Para el año 2015, la situación se hace más compleja, se presentan múltiples contradicciones dentro de la sociedad, la política y la economía venezolana. Los obstáculos se acumulan en un cuello de botella que en cualquier momento pudiese explotar (la dinámica de los desposeídos, en su mayoría revolucionarios, definirá el panorama); esta situación, unida a la falta de claridad política y de ausencia de cuadros en los cargos de dirección, genera desviaciones que frenan u obstaculizan el avance de la Revolución Bolivariana. Al no existir dirección política, los reformistas y tecnócratas se apoderan cada vez más de los espacios de poder, aíslan los pocos cuadros que quedan, atacan al pueblo, le sonríen al capitalismo y hasta desautorizan al propio Presidente de la República; hay casos específicos que dan muestra de ello, la Televisora Venezolana Social y su Presidente es el mejor ejemplo, pero no olvidemos que hasta hace un par de días teníamos un Ministro reguetonero, que se preocupaba por grabar video clips, pero no se ocupaba de efectuar la verdadera revolución deportiva, los demás casos no vale si quiera la pena nombrarlos.

Los objetivos del Plan de la Patria forman un segundo plano y se sustituyen por un discurso más aburguesado, en una especie de neosocialismo que carece de marco ideológico y político mas allá de la retorica y del populismo que preocupan a diario con mayor intensidad. En el plano electoral se acerca la escogencias de diputados a la Asamblea Nacional, donde sin ningún tipo de propuestas, programa de gobierno o debate serio, se eligieron cerca de 1200 pre-candidatos por parte del PSUV, importando más la edad que la capacidad ideológica y política, garantizándose así (con muy contadas excepciones) que ya no tendremos viejos dinosaurios como diputados, sino novatos y corrompidos alevines, ocupando una curul sin saber si quiera para qué.

Pragmáticamente tampoco se solucionan los aspectos macro y microeconómicos que si bien no van a construir socialismo por lo menos garantizarían el bienestar de las mayorías desposeídas: el poder adquisitivo del pueblo se hace aguas, la plusvalía crece de manera exponencial, históricamente en tiempos de crisis la oligarquía, poseedora del capital, es la que más aprovecha, y en la Venezuela de 2015 no es la excepción, pues sus ingresos se hacen inversamente proporcionales a la escasa, muy escasa retribución que percibe la clase obrera y asalariada por vender su fuerza o capacidad de trabajo. Vivimos en una economía que se encuentra semi-dolarizada: el incremento diario del dólar paralelo influye hasta en el costo de una empanada o un café, pero el salario de los venezolanos es lo unico que efectiva y eficientemente se calcula a dólar regulado.

Socialmente, fenómenos como el bachaqueo, presente hace un par de años tan sólo en los estados fronterizos ahora se ha generalizado por todo el país y por todas las clases sociales; la corrupción se democratizó, la ponen en práctica todos los sectores económicos, formales e informales, privados o públicos, militares o civiles; la usura, el acaparamiento y los valores más recalcitrantemente capitalistas son parte del día a día. Pocas sociedades en Latinoamérica e incluso en el mundo manejan antivalores capitalistas tan arraigados como la Venezuela de 2015.

Sumado a ello, la conexión del alto gobierno con el pueblo, incluyendo al propio Presidente de la República, se desvanece, el entorno del compañero Nicolás Maduro no lo deja conectarse con la realidad, el apoyo en las calles no es el que le dicen sus colaboradores, la situación del país no es la que le hacen llegar los tecnócratas, las cifras de la inflación no es la que presenta (cuando intermitentemente ahora lo hace) el Banco Central de Venezuela, y los culpables de la fuga de capitales no son los raspacupos.

Lo mismo pretendieron hacer con Chávez, se sabe de múltiples situaciones en las que salía de incognito a las calles, en las madrugadas, en Caracas o su natal Barinas y quien sabe en cuantos pueblos y ciudades de Venezuela, él sabía que la conexión Chávez-pueblo no se podía romper, porque ésta conexión es el cordón umbilical de la Revolución. Maduro no tuvo tiempo de darse cuenta de ello, la partida física del Comandante, su ascenso al poder fueron muy rápidos, el manejo de un barco con tantos detractores a lo interno y a lo externo no es nada fácil.

Los corruptos que tenemos enquistados juegan a que el dólar paralelo siga por las nubes, mientras los tecnócratas dicen que no hay solución posible que frene éste flagelo. Extraña y curiosamente, una docena de casas de cambio en Cúcuta y una página de internet han sido más eficientes que la Vicepresidencia para el área económica y toda la parafernalia de ministerios, viceministerios, direcciones, e instituciones que la conforman y que se encuentran dedicadas exclusivamente a atender el tema económico. Con la creación del cacareado Sistema Marginal de Divisas (SIMADI) sólo se le dio la razón a los que pregonan el fin de la Revolución, peor aun, en un abrir y cerrar de ojos, se les legalizó el negocio. ¿Cómo ocurre esto? ¿Dónde están los responsables políticos de ello?.

Camarada Nicolás, los culpables de estos trastornos económicos están dirigiendo ministerios, creando empresas de maletín y controlando alcabalas en las fronteras, es importante que entienda que de no haber funcionarios corruptos, ineptos y burócratas no ocurriría lo que pasa actualmente con el dólar paralelo, con la falta de medicinas y con el alto costo de la vida.

El sueño de construir una sociedad socialista se aleja, la realidad dice que el capitalismo está más vivo que nunca, incluso en tiempos de Chávez el capitalismo nunca murió, nunca estuvo cerca de morir, veamos simplemente los exorbitantes ingresos de la banca desde la llegada de la Revolución, seriamos muy ingenuos pensar que fuimos un país socialista, o que las empresas recuperadas por el Estado son o fueron en algún momento socialistas. El lema "Hecho en socialismo" no fue más que una extensa marca publicitaria que a la larga nos ha hecho mucho daño, gracias a campañas de este tipo tenemos a buena parte de la población, incluyendo camaradas, que piensan que estamos en socialismo, que las colas, la escases y el alto costo de la vida es producto del socialismo, así como la ineficacia del ministro, del alcalde, del burócrata corrupto o del concejal (y por ende se defraudan del socialismo). En la misma medida en que ignoran lo que es socialismo, desconocen lo inmenso que es el sistema capitalista, verdadero culpable de la situación que vivimos. Críticamente debemos aceptar y enfrentar que como revolucionarios no hemos sido capaces de hacer llegar el mensaje al pueblo, mientras la derecha con su discurso bastardo y acusador hace de las suyas. Se debe reinventar la política comunicativa, somos nosotros y no el fascismo quienes promueven la batalla de ideas!.

A diferencia de los embates producto del golpe de Estado, del paro petrolero o de la derrota electoral, en estos momentos no tenemos a Chávez, es cierto que está vivo en el corazón, en el alma y en el pensamiento de los que creemos en él, en palabras de Eduardo Galeano: "Dicen que murió, pero yo no me lo creo", sin embargo, Chávez no es quien en estos momentos toma las decisiones, los burócratas saben esto, los corruptos también lo saben y por eso hacen y deshacen lo que en tiempos del Comandante no se atrevían, muchos se hacen llamar "hijos de Chávez", "herederos de Chávez" y otros auto calificativos más, pero quienes sabemos algo de política entendemos perfectamente que las virtudes (o los errores) políticos no se heredan, y que ser o no ser "hijos de Chávez" dependerá de nuestro accionar político, de nuestra coherencia política y de nuestra constante formación política, de lo contrario quedaremos relegados y rezagados por la dinámica revolucionaria.

Con la ausencia del gran Chávez, la dirección de la Revolución Bolivariana quedó (por pedido del líder aun en vida), en Manos de Nicolas Maduro Moros, aprovechando la coyuntura, la derecha externa arremete, con los Estados Unidos a la cabeza, hemos visto el constante ataque de los medios de comunicación (CNN, Caracol, RCN, NTN24, Tele 5, etc.) dedican buena parte de su programación a difamar de Venezuela, de igual forma hemos visto a ex Presidentes, funcionarios, ex funcionarios y demás "cachorros" haciendo su trabajo desestabilizador; a nivel interno, la derecha también arremete, personajes como María Corina Machado, Leopoldo López o Antonio Ledezma se han destacado por llamar abiertamente al derrocamiento del gobierno, a eso debemos sumarle los gremios patronales, la iglesia, los colegios de profesionales, las universidades, los artistas y los laboratorios que día a día hacen su trabajo de carcomer por distintos medios las bases de la Revolución.

A toda esta situación, debemos también sumarle un factor extra que si bien siempre ha existido, se encuentra por errores tácticos nuestros más vivo que nunca, me refiero a lo que dos interesantes políticos, ambos revolucionarios, ambos execrados del panorama político por decir la verdad, ambos fallecidos, se atrevieron a calificar como "derecha endógena" o "nido de alacranes", me refiero a Luis Tascón y a Alberto Muller Rojas, quienes alertaron desde hace años la corriente político anti-ideológica de personajes siniestros, enquistados en el poder, que le hacen más daño a nuestro proceso político que FEDECAMARAS, CONINDUSTRIA y los grandes medios juntos.

Es digno reconocer que estos personajes (la gran mayoría) no están enquistados en el poder porque Nicolás Maduro Moros los colocó allí, sino porque el propio Comandante Chávez nunca se atrevió a expulsarlos de las filas revolucionarias, y ahora, Nicolás Maduro queriendo o no debe lidiar con estos cánceres de la izquierda política. Sin embargo es hora de definiciones, es hora de asumir las tareas que dejo pendientes el Comandante.

Así como el 11 y 12 de abril de 2002, así como los 64 días de paro petrolero, así como aquel 02 de diciembre de 2007, las condiciones siguen dadas, el pueblo está presto a dar todo el apoyo, pero ese apoyo no es un cheque en blanco, ese apoyo será incondicional siempre que sea para castigar a los corruptos, para mejorar la calidad de vida de los pobres, para ofrecer mayor poder al pueblo y para profundizar la Revolución. No esperen el apoyo de las organizaciones de base, de los barrios y de los que desde distintos espacios creemos en este proyecto para revertir los logros alcanzados, para permitir la extracción de carbón del Perijá, para aprobar la intervención Yankee en Yemen o para depravar el concepto de Revolución. La unidad y la lealtad deben ser en torno a un proyecto político revolucionario, no se pueden promover desde una forma abstracta, vacía, incuestionable o dudosa, no le pidamos a los revolucionarios la acción borrega de la MUD. La unidad y la lealtad de las fuerzas de izquierda deben ir a la raíz, deben nacer del debate y de la irreverencia.

Las contradicciones que en éstos momentos tenemos son múltiples, pero son las contradicciones quienes mueven al mundo, son las contradicciones las que impulsan y reimpulsan las revoluciones, tengamos la suficiente inteligencia para salir adelante de ésta situación. Así como se logró derrotar a los factores externos e internos, exógenos y endógenos, es posible derrotar esta nueva estampida reaccionaria, pero sólo si garantizamos la unidad de las fuerzas revolucionarias, de lo contrario nos estaríamos lamentando de perder una oportunidad de oro, la arremetida fascista no se haría esperar, así existan intentos de negociar con el fascismo la reacción, en caso de tomar Miraflores, será demoledora. Más que pequeñas cuotas buscan asumir por completo el poder, saben que pueden apropiarse de las riquezas mineras y energéticas en su totalidad y no pararan los ataques hasta no exterminar todo lo que huela a Revolución. Los espacios que se han perdido se pueden, BAJO UNA CORRECTA DIRECCIÓN REVOLUCIONARIA, recuperar, no esperemos que sea demasiado tarde y no dejemos de ser la esperanza de los pueblos oprimidos: MEJOREMOS LA CALIDAD DE VIDA DE LOS POBRES, CASTIGUEMOS A LOS CORRUPTOS, COMBATAMOS EL BUROCRATISMO, ESCUCHEMOS LA CRÍTICA Y OTORGUEMOS MÁS PODER AL PUEBLO, he allí el viágra político que de seguro revivirá el correcto transitar de la Revolución Bolivariana.

 

Oscarjforero83@hotmail.com



Esta nota ha sido leída aproximadamente 2064 veces.



Óscar Javier Forero


Visite el perfil de Oscar Javier Forero para ver el listado de todos sus artículos en Aporrea.


Noticias Recientes: