¿Por qué tardó tanto en encumbrarse la Marea?

Esta pregunta no es ingenua responde a la situación del país, ya que el proceso revolucionario que encamino el Comandante Chávez esta a la deriva, sin rumbo y a punto de naufragar en las aguas turbulentas del CAPITALISMO. Desde hace tiempo el pueblo esta en la búsqueda de una alternativa de lucha para rescatar y revitalizar las transformaciones socialistas. Pero no ha sido posible pues todo que quien tiene diferencias con el gobierno lo que había hecho es formar parte de las filas de la oposición apátrida y teniendo un discurso y acción contrarrevolucionario. Hoy celebramos la Aparición de Marea Socialista como alternativa independiente de izquierda con una visión cuestionadora de los desmanes del PSUV y de los gobernantes.

El Capitalismos solo será derrotada en la medida que se ganen espacios democráticos para la discusión y la práctica de propuestas alternativas al actual modelo. Crear un potencial emancipador de múltiples alternativas de organización político/económica basadas en la igualdad, solidaridad y protección del ambiente.

Las contradicciones generadas por el capitalismo neoliberal en el ámbito mundial no pueden ser superadas bajo la dinámica de su lógica depredadora y desigual. Hoy más que nunca se hace necesaria una alternativa humanizadora que devuelva al hombre su papel creador, colectivo y humanitario. Solo así la tecnología y la producción estarán al servicio de las mayorías.

La confrontación se plantea entre quienes postulan la justicia social, la democracia y quienes practican el fascismo y aniquilamiento del otro; entre quienes creemos en el acceso colectivo a la educación y a la salud, en la rentabilidad de los recursos mineros para la reinversión social, y aquellos que pretenden privatizar todo para beneficiarse de forma individual.

Entonces la tarea de Marea Socialista debe ser incentivar la organización de los ciudadanos para exigir control y fiscalización de los recursos, para que las transformaciones llevadas a cabo no conlleven a la burocracia precedente, por ejemplo; pues prácticas del poder en la administración pública como el clientelismo, la partidocracia, la malversación de fondos, la corrupción y la centralización, se reproducen con facilidad: la transformación posible debe ser horizontal, de puertas abiertas a la sociedad para que participe con propuestas y tenga la oportunidad de decidir el rumbo que debe tomar la política y la economía.

No es suficiente con una democracia discursiva expuesta por los líderes políticos, pues ella no se construye decretándola sino en la praxis social. La democracia no es un axioma mecánico; es un proceso de incesante construcción de condiciones que generen mayor justicia social, participación política y modelos alternativos de producción y distribución. Supera la toma del poder económico y político y se concreta en el pueblo organizándose para edificar vías opcionales a las relaciones de producción existentes, a la división del trabajo, a la explotación, a la miseria, a los medios de comunicación consumistas, a la cultura negadora de la diversidad.

El poder no es para afianzarlo sino para destruirlo. Pues las transformaciones sociales no implica la toma del poder estatal; que es posible, precisamente, cambiar el mundo sin tomar el poder, porque el Estado como forma de organización separa a los líderes del movimiento y los integra en un proceso de reconciliación con el capital.

Frente al capitalismo y al socialismo centralizado se deben proponer alternativas colectivas, generalmente plasmadas en organizaciones económicas populares de propiedad y gestión solidaria. Esto implica la promoción de iniciativas basadas en la autogestión de las empresas populares y la construcción del poder comunitario.

Creemos que es a través de los movimientos populares y alternativos que se debe presionar para enrumbar los cambios necesarios para una Venezuela independiente y con autonomía. Hay que fortalecer los canales de participación democrática en las decisiones importantes de la nación. Promover la autogestión como forma de organización que permita que los ciudadanos estén en la calle, proponiendo, decidiendo y actuando. Un cambio de conciencia radical, para ello hay que intervenir en todos los espacios del quehacer social: lo educativo, la salud, lo comunicacional, lo cultural, la producción, la distribución, la tecnología, para que todo ello esté al servicio de lo colectivo y no para generar riqueza desigual.

*Docente e investigador/Universidad del Zulia. Coordinador de la Licenciatura en Antropología. 

jalarconxxi@gmail.com



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