La inmensidad de Eduardo Galeano

Eduardo Galeano es un ser excepcional. Sus enseñanzas a todos los que estudiamos en la década del 70 nos marcaron la vida con Las Venas abiertas de América Latina. Era muy joven aún  para la época, pero su profunda investigación y su  forma de narrar los hechos nos hicieron tomar la conciencia necesaria y suficiente para quitarnos las vendas de la historia que nos habían contado hasta ese momento con la imposición  de esa cultura dominante y esa visión sobrexpuesta  y manejada tan hábilmente para creernos,  nosotros mismos,  que somos sólo producto de la cultura occidental ya que los moldes culturales son  europeos. Para tener otra visión tuvimos maestros de la talla de Vladimir Acosta, Simón Sáenz Mérida, Rigoberto Lanz, etc.   

En ese sentido, aunque ya se habían dado pasos muy agigantados en América Latina, con visiones políticamente críticas, como las propuestas de José Carlos Mariátegui,  quien lamentablemente muere joven, un día como hoy, 16 de abril del año 1930. Su libro es publicado en 1928, y recoge sus  estudios, en, Siete Ensayos de la realidad  peruana, que no tuvieron tantos seguidores debido a la  falta de promoción de esta lectura especialmente en su país de origen. No obstante, algunos investigadores lo seguimos leyendo, y ahora publicado por la Biblioteca Ayacucho, con un estudio serio y profundo del gran maestro peruano, Aníbal Quijano.  Las venas Abiertas, que es más abarcante y se publica 40 años más tarde que el libro de Mariátegui, tiene  aceptación generalizada en los primeros tres años de la década del 70 y pronto trasciende las fronteras y se unen prólogos que el original, no tenía, como el que hace Isabel Allende en la segunda edición. El mismo ha sido ya publicado en innumerables ediciones y en diversos idiomas, además de merecer un Premio por la Casa de las Américas de Cuba. Así, Eduardo Galeano, a sus 31 años, se convierte en uno de los escritores más leídos en las universidades de América, donde habíamos jóvenes con ansias de cambiar el mundo y la historia de América Latina con una posición desde adentro, con una visión crítica y descriptiva de lo que significó el  saqueo  de los recursos de este continente, por la conquista, la colonización y las nuevas potencias industriales. Este fue el libro alarma para los neocolonialistas, quienes lo consideraron un texto subversivo y enemigo de las potencias hegemónicas, como lo han sido, los Estados Unidos. E inclusive, su propio país, que, con la dictadura militar  del Uruguay, lo mandan al exilio.

Ahora bien, Galeno, ha incursionado en otro tipo de escrituras, y fue muy polémico porque estuvo con el pueblo, con los desclasados, con los “Don Nadies” como  él los llamó y también con los pueblos indígenas. Sobre este último aspecto destacaremos una parte de su lectura e interpretación de la literatura indígena yek’kwana, de la Amazonía venezolana  a la cual llega a través de un libro maravilloso como es, Watunna. Un ciclo de creación en el Orinoco, referido a la mitología  maquiritare (hoy yek’kwana), pueblo originario de los Estados Amazonas y Bolívar de Venezuela, libro publicado por Monte Ávila Editores, de la pluma del extraordinario investigador  y uno de los miembros de la Comisión para “descubrir” las fuentes del gran Río Orinoco en 1951, como lo fue el Gran Marc de Civrieux. Este es el extracto de un mito sobre el origen del ser humano:

La creación

La mujer y el hombre soñaban que Dios los estaba soñando. Dios los soñaba mientras cantaba y agitaba sus maracas, envuelto en humo de tabaco, y se sentía feliz y también estremecido por la duda y el misterio. Los indios makiritare saben que si Dios sueña con comida, fructifica y da de comer. Si Dios sueña con la vida, nace y da nacimiento. La mujer y el hombre soñaban que en el sueño de Dios aparecía un gran huevo brillante. Dentro del huevo, ellos cantaban y bailaban y armaban mucho alboroto, porque estaban locos de ganas de nacer. Soñaban que en el sueño de Dios la alegría era más fuerte que la duda y el misterio; y Dios, soñando, los creaba, y cantando decía: —Rompo este huevo y nace la mujer y nace el hombre. Y juntos vivirán y morirán. Pero nacerán nuevamente. Nacerán y volverán a morir y otra vez nacerán. Y nunca dejarán de nacer, porque la muerte es mentira. (Tomado de Memorias del Fuego, Tomo I. P. 3. Siglo XXI Editores. 1982. 

Para la escritura de este libro, Galeano trabaja otros textos de investigadores venezolanos y otros autores que se ocupan de hacer estudios antropológicos,  etnohistóricos y literarios sobre Venezuela. Entre ellos, lee a Miguel Acosta Saignes, el libro, Vida de los Esclavos negros en Venezuela. También lee al poeta wayúu, Ramón Paz Ipuana, su libro: Mitos, leyendas y cuentos guajiros. A su vez, trabaja el libro de María Manuela Cora, Kuai-Mare. Mitos aborígenes de Venezuela. Lee a Miguel Otero Silva, con su trabajo, Lope de Aguirre, príncipe de la libertad. A José de Oviedo y Baños, con, Los Bélzares. El tirano Aguirre. Diego de Lozada. También estudia a Fray Cesáreo de Armellada y Carmela Ventivenga de Mapolitano, con su libro, Literaturas indígenas venezolanas.  

En este mismo libro Memorias del Fuego, Galeano, a su vez, da destaca un mito warao, al que llama, La lengua del Paraíso, y es el siguiente:       

“Los guaraos, (hoy warao) que habitan los suburbios del Paraíso Terrenal, llaman al arcoiris serpiente de collares y mar de arriba al firmamento. El rayo es el resplandor de la lluvia. El amigo, mi otro corazón. El alma, el sol del pecho. La lechuza, el amo de la noche oscura. Para decir bastón dicen nieto continuo; y para decir perdono dicen olvido. Op. Cit. pp. 62.

Para el mismo libro Galeano analiza la historia del llamado “descubrimiento” y conquista de Venezuela. Tiene una página referida al año 1531, sobre el acto de remontar el Gran Río Orinoco, Padre de la Aguas, para buscar a través de él, el famoso Dorado, al cual los indígenas, siempre informaban que estaba en el interior de las selvas.  Allí  mismo  da a conocer un canto del pueblo indígena piaroa, sobre la invasión del “hombre banco”.

Estas breves referencias a Galeano, nos permiten afirmar que es un hombre universal, sensible, y que estremece con sus reflexiones  la vida de los pueblos más olvidados del planeta. Por esta razones es y seguirá siendo un ser excepcional.

 

ronnyvelasquezv@gmail.com



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