Asedio y lucha por la redención

Venezuela, cuna de grandes hombres y mujeres, precursores de paz y libertad, constructores de idearios de integración política, económica y social, que nos enaltece como un territorio destinado a las hazañas más loables, que sin embargo, por la tormentosa mezquindad de los traidores de siempre, en innumerables ocasiones, han hecho de ésta un camino escabroso, dando al traste con lo grande.

Ya entrado el siglo XXI, los agentes antipatria preparan sus armas contra la oportunidad de redención que representa el Comandante Chávez, éste, consiente de la penetración de los antivalores capitalistas en todos los estamentos de la sociedad, emprende de manera infatigable la labor de socavar las bases del viejo estado, reavivando la esperanza, la moral y la resolución de seguir un camino que representa la verdadera esencia de la democracia, el protagonismo del pueblo en la conducción del destino patrio.

La trascendencia de aquella resolución, convirtió a nuestro Comandante Supremo en un hombre que sobrepaso las fronteras de los hombres comunes, para situarse en la esfera más alta de un revolucionario, virtud reservada solo a aquellos que están resueltos a romper las riendas de lo común, es, al igual que el Che, de lo más sagrado y grandioso del ser revolucionario.

Invicto partió a la eternidad, aunque claro está, solo fue su partida física, porque su obra está en desarrollo, continua su legado en hombres y mujeres que como nunca antes, rompieron el maleficio de la traición –obra de Chávez- para seguir la senda trazada y lograr el sueño frustrado de tantos en tantos lugares del mundo.

Nicolás Maduro, nuestro Líder actual, representa la continuidad del proyecto socialista que nos lego el gigante, los enemigos de la patria son concientes de ello, por eso, lo atacan sin tregua desde todos los flancos, es increíble la saña con que los nacionales y los extranjeros contrarios a este proceso revolucionario han desatado contra Venezuela; la patria esta amenazada y no por facinerosos que intentan de forma desorganizada acciones de desestabilización, se constituyen como verdaderas mafias que no escatiman en conspirar abiertamente y de forma temeraria.

Son los mismos de siempre, pero, en esta ocasión, con una mayor asesoría de grupos amparados y financiados por gobiernos extranjeros, quienes han declarado la guerra denunciada por el gobierno y que al parecer, aún no somos conscientes o subestimamos la magnitud de esta situación. Lograr vencer la amenaza contra la paz en el país, requiere tener conciencia de las circunstancias que motivan tales acciones, de poder soportar las envestidas que a forma de ráfagas se ciernen criminalmente hacia nuestro pueblo.

Se trata de una batalla feroz, librada por el Presidente Maduro y todo su equipo, que cuenta, con el respaldo total de la Fuerza Armada y con los millones de patriotas que creemos más que nunca en nuestro proceso y en el legado de nuestro Comandante Supremo.

Las amenazas están claramente definidas y tiene como principal promotor al gobierno de los Estados Unidos, siempre los estadounidenses, auspiciando la salida de gobiernos soberanos contrarios a su política de sumisión y entrega, que para estos imperialistas significa un país encausado en las mejores prácticas de la democracia, tan falsa como su modelo opresor y depredador.

Lamentablemente, estos operadores del terror y la dominación, consiguen constantemente aliados locales que les hacen el juego, bajo promesas de “respaldo” y “ayuda” para mitigar las condiciones “adversas”, en las que, los gobiernos revolucionarios han incurrido equivocadamente. Los traidores de toda la vida, los Judas que no se cansan de vender la esperanza por unas monedas y por privilegios que solo benefician a una casta, la que ha dominado mundialmente, regionalmente y nacionalmente a los pueblos por siglos.

Ante la amenaza de golpe, descubierta a tiempo por nuestro gobierno, y las medidas para hacer justicia caiga quien caiga, debemos respaldar estas acciones y seguir atentos, haciendo lo que nos corresponde desde nuestras trincheras de lucha.

Hoy, sigue palpitando la máxima de Augusto Mijares expresada por nuestro máximo líder: ¡Unidad, Lucha, Batalla y Victoria! Los imperialistas y sus lacayos no volverán a humillar a esta patria que despertó para lo grande, para lo hermoso, para hacer la revolución socialista.

*Politólogo

 

Lfvg30@gmail.com

 



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