Organizados y movilizados, ¡siempre vencermos!

En las ecuaciones de la derecha para frenar los procesos de liberación latinoamericanos, sobran el dinero, las armas, los medios, la iglesia… pero falta el pueblo, pueblo en la calle, pueblo conciente y es allí, en ese nicho, donde revoluciones como la cubana y la venezolana han sabido cabalgar sobre las más complejas adversidades.

Si algo debemos resaltar de los legados de Hugo Chávez y Fidel, es el hábito de la movilización conciente, la demostración de fuerza popular, siempre en base a la organización exhaustiva y convocatorias estrechamente vinculadas a las sagradas aspiraciones de los humildes.

Ante los obstáculos más agresivos de la oposición y el imperialismo, el comandante se abrazó al pueblo, caminó las calles junto a él, llenó avenidas de consignas libertarias y cubrió ciudades enteras con el rostro motivado de nuestra gente. Y refulgían ingeniosos graffitis contra el Tío Sam, conversatorios en el barrio, conciertos en la cancha, aún sin comida en los anaqueles o sin bombonas de gas para hacerle el tetero a los muchachitos; aún sin empleo, el pueblo, convocado por su líder en una misión histórica, se movía con la fuerza de los ríos que nada ni nadie puede frenar.

¿Habrá acaso dispositivo más aterrador para la derecha, que un pueblo en la calle respaldando una idea, un proyecto, un líder o lideresa de izquierda?

Este momento de conspiración internacional, cuando toda la artillería del imperialismo nos apunta en las sienes, con sus conjuras mediáticas, agresiones diplomáticas y sabotajes económicos… es deber de los partidos políticos, movimientos sociales, sindicatos y organizaciones de base, salir a las calles y plenarlas de pueblo, demostrar que somos la mayoría histórica librándose del yugo estadounidense y construyendo el socialismo.

Hoy, nuestro líder Nicolás Maduro tiene el respaldo de un pueblo que se sacrifica por el proyecto que Chávez nos dejó en las manos; a él y a nosotros. Ese pueblo que aún en las colas, víctima del saqueo de su salario, sigue firme en la lucha por la felicidad colectiva. En correspondencia a este gesto amoroso que demuestra su altísimo nivel de conciencia, nosotros, quienes de alguna manera lideramos algún colectivo u ocupamos espacios de dirección de los partidos revolucionarios, debemos desplegar tácticas permanentes de movilización, vía marchas, asambleas populares, jornadas de agitación, actos culturales, seminarios; debemos retomar con fuerza los consejos comunales, las radios comunitarias, los medios alternativos, debemos volver al mural, al panfleto, a la ofensiva callejera, organizados en torno al objetivo de aplastar el imperialismo y sus aspiraciones depredadoras.

En lo que va de siglo XXI hemos aprendido de la unidad patriótica necesaria para conquistar y mantener los espacios de poder, hemos aprendido a mirar el Sur, hemos aprendido del poder popular, pero también hemos adquirido vicios, y entre ellos, el corporativismo, del cual urge deslastrarse. No es necesario un autobús con aire acondicionado y butacas para ir a una actividad, como tampoco lo es una pancarta en banner impresa en alta resolución, no es necesaria una franela a full color ni una mesada para ir a una marcha; con los poderes creadores del pueblo basta para revestir y darle curso a las movilizaciones revolucionarias.

El camarada Maduro, como buen discípulo de Chávez, ha usado este recurso de manera correcta convocando consejos presidenciales, congresos y movilizaciones, pero el proceso revolucionario no reposa exclusivamente sobre sus hombros; todos y todas debemos sumarnos a la lucha por la liberación nacional y la construcción del socialismo y para ellos debemos derrocar la conspiración de la manera que Chávez nos enseñó, organizados y movilizados.

Por ese celebramos y acompañamos la iniciativa del camarada Julio Léon, Gobernador de Yaracuy, quien convocó este lunes 23 de febrero a una extraordinaria marcha y concentración en rechazo a la injerencia estadounidense, llenando una avenida con veinte mil militantes. Vale destacar la participación sorpresiva del presidente Maduro con un encendido discurso, aunque más sorprendente es que el pueblo haya atendido masivamente el llamado de Julio Léon, sin necesidad de anunciar la presencia de nuestro líder nacional. Esto evidencia el alto grado de conciencia del pueblo yaracuyano y su lucidez en torno a la coyuntura que estamos viviendo.

Vamos todos y todas a la calle, con contenido revolucionario, organizados, a la conquista de nuestra libertad plena… Pueblo a la calle, Chavistas movilizados, victoriosos siempre!!!

ESCRITOR Y MILITANTE COMUNISTA.


paradacreativa@gmail.com


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