"Cuando los sucesos no están asegurados, cuando el estado es débil y cuando las empresas son remotas, todos los hombres vacilan, las opiniones se dividen, las pasiones las agitan y los enemigos las animan para triunfar por este fácil medio".

Simón Bolívar.

Kingston-1.815.

Abrebrecha dice:

Doscientos años se cumplieron de la pérdida de la segunda República. La historia, de nuevo con su carácter inconmovible, nos aborda y nos muestra aquel aciago año de 1.814; terrible, oscuro, trágico, sangriento y por demás absurdo. La temeraria empresa de liberarnos del imperio Español y cimentar en nuestro territorio una República se encontró disminuida, fracturada, casi truncada.

La patria libre, independiente, y soberana tendría que esperar. Numerosos ejércitos compuestos en su mayoría por sus propios hijos, la apuñalaron, la mancillaron hasta casi destruirla totalmente.

El año 1.815, tiempo de repliegue, de reflexión, pero además de reafirmación del espíritu libertario y la determinación de conquistar la independencia a cualquier costo, hizo posible la resistencia dolorosa de un pueblo masacrado, diezmado, enfermo y hambriento. La "Carta de Jamaica", documento escrito en Kingstón por nuestro libertador, donde analiza las causas de la pérdida de la segunda República, habla de la estratégica unión Hispanoamericana- casi en su totalidad en guerra contra el imperio- y busca apoyo en el viejo continente Europeo, no deja dudas de que apenas estaba iniciándose la guerra de la independencia. Resurgió entonces la causa liberadora y por encima de las grandes dificultades, empinándose sobre la tierra herida llovió cantaros de gloria a nuestros libertadores y a nuestro pueblo: Pantano de Vargas, Boyacá, Carabobo, Bomboná, Junín, Pichincha hasta el gran campo de Ayacucho resarcieron el irrespeto a la patria de Bolívar y de Sucre y nuestra bandera se posó orgullosa en el alto Perú, Bolivia la hija, como testigo fiel de la expulsión definitiva del invasor.

Desde "ABREBRECHA", practicamos este forzado ejercicio de síntesis, mostrando de dónde venimos y como ahora, dos siglos después Venezuela reclama el concurso de sus hijos ante la agresión abierta del imperio y sus vasallos.

El año 2014 sería el tiempo propicio para la estocada final a la revolución bolivariana y diversas variantes en la estrategia del enemigo arreciaron en momentos de desconcierto e incertidumbre, por la partida de nuestro máximo líder. Así devino este año triste con sus signos de violencia y guerra económica que asentarían, según sus cálculos, las condiciones para una guerra entre hermanos y la consecuente intervención de los "salvadores del mundo".

Fueron derrotados y se impuso la paz.

Atesorar LA PAZ hasta el último esfuerzo es orden precisa, directa, inequívoca del comandante Chávez y a su pensamiento nos debemos. Refundar la patria ,debe asumirse como mandato constitucional y de las leyes que deriven de la carta magna, considerando al poder constituyente como expresión inalienable de una autentica democracia, inalterable y probada en numerosos actos electorales. "Vox pópuli, vox dei", la voz del pueblo es la voz de Dios, es el máximo reconocimiento de un estado democrático a quien lo constituye; el pueblo soberano.

Esta reflexión, tantas veces expresada por nuestro comandante, nos impele a invocar el carácter democrático de quienes consideran errado el camino que trazó la mayoría del pueblo venezolano y que, aún, en las circunstancias actuales, mantiene su posición inclaudicable antiimperialista y su determinación a transformar el orden capitalista de Venezuela.

De eso se trata, como reza nuestra constitución, de construir un nuevo orden social, político, económico y cultural basado esencialmente en principios humanistas, en un estado social de derecho y de justicia inspirado en el pensamiento y la doctrina bolivariana.

Este modelo, innovador, inédito, de vocación social y centrado filosófica, teórica y prácticamente en el desarrollo espiritual y material del ser humano lo denominamos socialismo del siglo XXI; nuestro socialismo alineado a nuestra circunstancias y enmarcado en el contexto histórico mundial.

Esta Revolución, la última del siglo pasado y la primera de este siglo, es referencia obligada en el mundo entero, como la rebelión necesaria y la alternativa ante el capitalismo mundial. Cuestionó y además derrotó en pocos años con resultantes reconocidas por organismos internacionales la infeliz tesis del fin de la historia.

Así nos observa el mundo; como vanguardia de fuerzas de cambio, como ejemplo, como motor en la modificación en la geopolítica mundial que garantice o pueda influir en alguna medida en la paz mundial.

Procuramos en estas reflexiones medir la inmensa responsabilidad de quienes detentan el poder del estado en sus diferentes ámbitos.

El estado venezolano, hoy amenazado por fuerzas externas e internas, con una campaña mediática inclemente y una guerra económica y psicológica entronizada en toda su estructura tiene que aunar esfuerzos en su defensa.

El plan de la patria nos indica como premisa fundamental la preservación del poder para hacer posible el desarrollo de los cinco objetivos históricos hacia nuestro socialismo. Es natural diversas visiones en cuanto a la economía, políticas sociales u otras actividades en voceros revolucionarios o socialistas. Igual como lo decía Chávez en el año 2.010 en su discurso de las tres erres al cuadrado;" la autocritica es materia obligada aun siendo descarnada". La corrupción, el burocratismo, la ineficiencia y la poca vocación socialista se deben enfrentar sin ambages, con fuerza, reconociendo en estos vicios a grandes enemigos de la revolución. Diversas visiones en cuanto al tema económico son válidas, pero la fuerza real del Chavismo consecuente con su posición debe cerrar filas en defensa del plan de la patria. Todo está escrito, el rol principal de las masas populares es hacer cumplir estrictamente el proyecto revolucionario y socialista. Abrebrecha, como trinchera laboral, hace un llamado a todas las instituciones públicas a apegarse al cumplimiento del plan de la patria y armonizarnos con el pensamiento del comandante Hugo Chávez. "Esta revolución cada día tiene que ser más ella, más verdadera, más autentica, no se puede hacer una revolución sin verdaderos revolucionarios y revolucionarias".

¡Patria, socialismo o muerte!

¡Venceremos!