Estamos en una encrucijada, tenemos que decidir el camino

Todos sabemos y conocemos por haberlo vivido cuales son las consecuencias que genera en los más desposeídos y en las clases populares y medias, el sistema capitalista, este le proporciona niveles de vida altamente satisfactorios a la clase media alta y a la clase alta y en ella se ubican, los dueños de los medios de producción (burgueses y boliburgueses), parte de los gerentes de las empresas del estado, parte de la alta burocracia estatal; militares incluidos, la alta jerarquía eclesiástica, etc.

Tomando como base eliminar las consecuencias sociales de exclusión que genera este sistema la mayoría de nosotros apostó al cambio de manera constitucional y elegimos al equipo y las propuestas que nos presentó Hugo Chávez en el 98, constituyente incluida y las propuestas siguientes enmarcadas en su socialismo del siglo XXI. Para conseguir tan ansiado objetivo se antepone al sistema que nos explota y excluye, su antítesis; el sistema socialista y éste sin lugar a dudas es incompatible con el sistema capitalista.

Esto lo digo porque tenemos quince años en un guabineo constante que no nos muestra ninguna señal de que vamos hacia la meta propuesta, sé que nadie tiene una receta taxativa que nos vaya enumerando los pasos a seguir para conseguir el objetivo cual receta culinaria para crear un sistema socialista pero tratar de construir este nuevo sistema subsumidos en las practicas, formas, cultura y estructuras jurídicas, políticas, económicas y sociales propias del sistema capitalista, la realidad ha demostrado en quince años que no es viable.

Hemos visto que en este intento por sustituir el sistema capitalista conviviendo con sus estructuras y reproduciendo su lógica propia, lejos de mejorar las cosas para los más pobres lo que ha hecho es hacerlo cada vez más preso y víctima del sistema que lo explota.

Al no cambiar estructuralmente las relaciones sociales de producción, al no poner al sujeto explotado por el sistema capitalista como centro de las políticas que generen esas nuevas estructuras socialistas entonces lo que se haga es simple reformismo y esto se hace o justifica bajo la premisa de que todo es un proceso y no hay receta específica, mientras tanto se hace lo que una cúpula diga y siempre bajo el mismo sistema capitalista. Esta forma de hacer del supuesto proceso revolucionario hoy día, se puede comparar analógicamente con gestiones gubernamentales de un estado capitalista con sus errores y virtudes como antes lo tuvieron otros gobiernos con su fuerte carga de populismo, burocratismo, corrupción y clientelismo pero de socialismo, nada.

Al no cambiar el sistema hemos visto que cada día los de las clases altas y media-alta arriba enumerados son los que más han ganado, al ser una economía rentista, la burguesía importadora tradicional, los boliburgueses y la alta burocracia estatal que también importa sacian sus apetencias a expensas de quien produce y consume. A esto se le suma que las políticas de estado en materia social que implementa el estado para ponerle cierto rostro humano al sistema capitalista o eso creen ellos y que son propias de la social democracia, no llega a todos y esto crea clientelismo y exclusión y esto señores mucho menos es socialismo.

Por lo que quedan excluidos social y económicamente una inmensa cantidad de personas pertenecientes a las clases bajas y medias-bajas devorados por el sistema capitalista por no tener poder adquisitivo producto de la inflación, el acaparamiento, desabastecimiento y por no ser amparados por las políticas sociales del estado “benefactor”, porque la salud no funciona, ni mercal y los otros beneficios son clientelares.

En vista de todo este cuadro y en vista de que no se ven señales de que ni en el corto, mediano ni largo plazo se vislumbra la implementación de un verdadero sistema socialista, tomando en cuenta que las iniciativas intentadas históricamente para implementar un sistema socialista han fallado estrepitosamente por errores como los que cometemos en el proceso venezolano y esos países (Rusia, China, Vietnam, Alemania Oriental, Polonia, etc.) lejos de ser hoy socialistas han derivado hacia sistemas tan capitalistas como los que sus próceres socialistas combatían y otros van hacia esa vía, sumado a que el mundo globalizado funciona en base a este sistema, ¿Qué hacer?.

Seguimos engañando a la gente pobre, a las clases populares, sobre la esperanza de que algún día sus tatatatatataranietos van a disfrutar tangiblemente de las bondades de un sistema que los va a incluir y mientras tanto en ese proceso los enchufados, sus hijos, nietos, bisnietos, tataranietos y tatatataranietos viven y disfrutan los bienes materiales capitalistas del presente. Hacemos eso y nos resignamos a ser pobres y excluidos para siempre y condenamos nuestras próximas generaciones también a resignarse.

O definitivamente nos dejamos de pendejadas y ponemos el automatismo solidario de un lado, ese automatismo que nos quiere imponer que debemos apoyar el proceso revolucionario esperanzador por siempre y que no termina de concretar nada, por el solo temor de que si nos dividimos entra la derecha y este temor obliga por automatismo a que debemos convalidar un proceso o una parte del proceso que no avanza hacia ningún socialismo, por el contrario esos boliburgueses y sus enchufados en el gobierno cada día son más capitalistas a expensas o montados sobre los hombros de los pendejos que votamos por ellos.

Poner la solidaridad automática de un lado así nos tilden de traidores, sabemos que no lo somos y ponernos de acuerdo todos los movimientos sociales, individualidades, sindicatos autónomos, partidos de izquierda, organizaciones de base, etc.; todo aquel que de verdad quiera esta patria, que le duela en el alma lo que está pasando, trabajadores todos, productores independientes, intelectuales, cultores, artistas, amas de casa, líderes comunales, todo aquel que le provoque rabia iracunda el ver como engañan a la gente con una promesa de socialismo que sabemos que por esa vía y con estructuras capitalistas no se va a lograr nunca y el supuesto proceso revolucionario es una entelequia, es un embuste tan inmenso como el proceso estalinista. Ponernos de acuerdo en función y en torno de un programa creíble y en base a nuestras realidades y las realidades globales, que desarrolle en todos los sentidos a nuestra patria, un programa que incluya a todos y cada uno de los venezolanos y venezolanas. Un programa que se sustente en realidades históricas y presentes, una discusión entre todos nosotros que identifique científicamente si realmente en el mediano plazo cuales son las verdaderas posibilidades que pudiera tener en un mundo globalizado capitalista la implementación de un sistema socialista y así tener verdadera certeza sobre las ofertas de esperanza para el pueblo y no nos pase lo que le hicieron a los pueblos citados, que en su tiempo les robaron sus sueños y hoy sufren las consecuencias del capitalismo.

Discutir entre nosotros, sin `polos; sobre el sistema que nos conviene, sobre el régimen político que necesitamos, adaptarnos a la realidad concreta, sin utopías y crear un sistema económico propio de la realidad venezolana que no entre en contradicción con las realidades globales pero que tampoco se siga un modelo de explotación mundial, que incluya y no excluya, que desarrolle al país y con él todos los venezolanos, un modelo que permita desarrollar nuestras potencialidades y nos permita ser verdaderamente soberanos y no retóricamente como lo somos hoy día al depender excesivamente de los vaivenes del concierto capitalista mundial.

Es eso o depender de los polos, donde nos quieren obligar a “estás conmigo o estas con el enemigo”, donde no hay lugar a la disidencia, no hay lugar al debate; o me apoyas dentro del proceso así el proceso vaya directo al barranco o eres un oposicionista donde el programa de gobierno seguro va dirigido a implementar políticas socialdemócratas que excluyen almas débil y lo marginan a políticas sociales de simple beneficencia. Si no nos organizamos en torno a nosotros y dejamos de lado los polos que al final cualquiera que escojas es el mismo musiu con diferente cachimbo entonces tu esperanza será siempre esperanza.

Es el momento camaradas, Marea Socialista y todos esos equipos políticos que están organizados en torno a ideas como esta, organizaciones de base organizadas en todo el país; todas las encuestas incluyendo las pagadas por los polos muestran un deterioro creciente de esa clase de políticos, los que ya no creen en el proceso revolucionario que son los más, no se van hacia los partidos de la Mud ni congenian con sus ideas, están allí esperando que de este lado le ofrezcamos una alternativa cónsona con sus expectativas, allí está el 2015, allí está un proceso electoral, allí está la institución para la discusión plural por excelencia en un sistema democrático; La Asamblea, vamos por ella unidos y organizados y en ella discutamos nuestras ideas y propuestas y desde allí asaltemos democráticamente el poder para los desposeídos y desarrollemos verdaderamente nuestro país para todos nosotros y nuestras próximas generaciones, rescatemos el verdadero proceso revolucionario.


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Jorge Alvarez Casañas


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