Mi opinión sobre Chino y Nacho y el Festival Suena Caracas: ¿A dónde vamos?

Hace unos días, como es bien sabido, se hizo público que los cantantes “Chino” (Jesús Alberto Miranda Pérez) y “Nacho” (Miguel Ignacio Mendoza Donatti) presentarán un espectáculo en el Festival Suena Caracas 2014, organizado por la Alcaldía del Municipio Bolivariano Libertador del Distrito Capital.

Tal noticia creó descontento en personas que apoyan al Gobierno del ciudadano presidente constitucional de la República Nicolás Maduro Moros, quienes entre otros medios de protesta lanzaron una etiqueta en la red social Twitter. Dicha etiqueta es la siguiente; #NoAChinoYNachoEnFestivalSuenaCaracas. Ésta se convirtió rápidamente en la primera tendencia en Venezuela y se colocó dentro de las tendencias mundiales.

Seguidamente, varios de los más altos funcionarios del Gobierno y su partido, entre ellos el mismo ciudadano presidente Maduro, y el ciudadano alcalde de Caracas Rodríguez, calificaron la protesta como acto de intolerancia, aunque el presidente constitucional de la República hizo saber que compartía la crítica, pero que era necesario darles el ejemplo para que supieran que aquí no hay censura ni intolerancia.

Seguidamente, los conductores de un programa de televisión denominado ZK, transmitido por VTV, canal oficial del Gobierno Venezolano para promover y dar publicidad a las obras de Gobierno, hicieron un llamado a la tolerancia y a la unidad, así como al respeto por estos dos artistas.

El ciudadano Miguel Ignacio Mendoza, mejor conocido como “Nacho”, posteriormente publicó un tuit en el que expresó, palabras más, palabras menos, que hay que escuchar al pueblo, y no se puede obligar a que alguien sienta amor por otro.

Ahora bien, ante este panorama, he de decir que aquellos ciudadanos venezolanos que han lanzado la etiqueta en Twitter no son personas intolerantes, ni mucho menos unos malcriados o indisciplinados. Ellos han ejercido de manera pacífica el derecho a la protesta consagrado en el artículo 68 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, así como el de participación en los asuntos públicos consagrado en el artículo 62 del mismo Texto Fundamental.

Cabe destacar que lo han hecho sin cerrar calles, cortar árboles, destruir bienes públicos y privados, cortar suministros de alimentos, entre otros métodos de “protesta pacífica y legítima” propios de la derecha reaccionaria, tradicionalmente empleados por sus grupos más radicales e irracionales, desde diciembre de 2001, contra la Revolución Bolivariana y su Pueblo. Tales prácticas han sido aplaudidas, alentadas y apoyadas moralmente por esos dos artistas.

Sí, prácticas aplaudidas por los ciudadanos Miranda y Mendoza, quienes en territorio extranjero, vale decir en los Estados Unidos de América, mostraron una Bandera de Venezuela, haciéndose eco de la petición de auxilio con las siglas universales "SOS", lo que en realidad era una invitación a tropas de un país muy guerrerista, que todos conocemos, a invadir a nuestro país, y acabar con nuestra independencia ¿y por qué no decirlo de manera más cruda? ¡A matar chavistas castrocomunistas para salvar a Venezuela! Como lo solicitó la cubana María Conchita Alonso en el Congreso Federal de los Estados Unidos de América.

En este sentido, estimo que son los tuiteros los únicos que han sido consecuentes con la defensa del legado del Comandante Chávez, al salir al paso frente a una acción que no es coherente con la misión de defender la Revolución. Su actitud ha sido cabalmente revolucionaria e intachable. Desde esta trinchera, expreso mi total apoyo.

Es significativo, y digno de atención, que sean los más sencillos, vale decir aquellos quienes no gozan de los privilegios que brindan los altos cargos de las administraciones públicas (ya sea la nacional, estadal, municipal, o descentralizada) los que más sientan compromiso por defender la Revolución ante una contratación que es irrespetuosa con la Revolución y los valores que fomentó el Comandante Chávez.

Desde un punto de vista material, lo lógico es que quienes tienen privilegios (los cuales no considero inmorales ni ilegales, como por ejemplo contar con escoltas, que más bien son necesarios para el funcionamiento de la Revolución) sean los que defiendan más encarnizadamente la Revolución que le brinda tales privilegios. Pero ocurre que hacen caso omiso de ellos, en esta circunstancia particular, y quienes no gozan de tales beneficios son los que más defienden a la Revolución, quienes sienten que se les ha dado la espalda y dejado solos en una protesta que se ha hecho con conciencia revolucionaria.

Ahora, la actitud de criticar y reprochar la protesta chavista, en los términos que en ha sido hecha, es ingenua e inmoral. No se puede llamar a la tolerancia cuando no hay falta de tolerancia. Y no es falta de tolerancia, sino un llamado que se hace a no ser ingenuos, a no llenar de dinero, que es de todo el pueblo, a aquellos que conspiran contra él, y más aún es una actitud de exigencia de respeto a la memoria del Comandante Chávez, la cual ha sido ofendida por estos dos ciudadanos. Inmoral porque se pide unidad y defensa de la Revolución, pero cuando se hace se nos tacha de indisciplinados e intolerantes. ¿Hay que ser tolerantes como Capriles Radonski y López Mendoza (este último actuado fuera del ámbito territorial de su competencia como alcalde comandando a su Policía) lo fueron con Rodríguez Chacín en abril de 2002?

Hay que tener dignidad. Si se va a hacer un festival, pues que se haga, pero no trayendo a un par de cantantes cuyo único interés es la defensa del capital, y en ese sentido defender a aquellos que los han hecho millonarios en dólares, y por esa razón se venden como un producto. Y menos aún cuando esos dos artistas le han faltado el respeto al Pueblo y a su Gobierno, apoyando las guarimbas asesinas, pues en el fondo los sucesos que provocaron las decenas de fallecidos en esos trágicos sucesos fueron apoyados por Jesús Miranda y Miguel Ignacio Mendoza, cuando estos vía Twitter alentaron al determinador de esos sucesos violentos Leopoldo López.

Ahora si la protesta es rechazada porque se busca evitar el pago de una cláusula penal, derivada del incumplimiento del contrato suscrito entre el Municipio Bolivariano Libertador del Distrito Capital y los ciudadanos Jesús Alberto Miranda Pérez y Miguel Ignacio Mendoza Donatti, a causa de un incumplimiento de parte del Municipio (supuesto en el cual el éste debería pagar más dinero por la no presentación de los artistas e imputable a él, y por ocasionar daños y perjuicios a los cantantes) esto deberían explicarlo y lo entenderíamos. En ese caso, la estrategia de llamar a una solidaridad, tolerancia y a la moral, es la peor de todas las estrategias, porque se basan sobre un hecho no cierto ya que no se trata de intolerancia de quienes protestan. Si nos explican que es por ello, lo entenderemos, porque al fin y al cabo estamos comprometidos con el mejor uso de los fondos públicos.

La actitud de los conductores de ZK me pareció adulante, pero reconozco que ellos tienen todo el derecho a querer escuchar y bailar las canciones “Chino y Nacho”, y de no estar de acuerdo con quienes no queremos que la Revolución le de tarima a unos emblemas del capital. Tal vez me tacharán de paria, apátrida o loco, pero es la impresión que ellos me dejan. Esa tolerancia muy poco la muestran ellos cuando se critica desde adentro al propio Gobierno, y tampoco la ejercen totalmente dada la forma en la que entrevistan y se expresan de nuestros adversarios políticos. La disciplina, camaradas de ZK, no sólo consiste en obedecer a los líderes, sino en leer los signos de los tiempos y entender al pueblo.

Y respecto a estos dos ciudadanos venezolanos que se dedican a ser un producto de la industria del entretenimiento, mi opinión es que al fin y al cabo no les duele el país, y su actitud es de mera farándula, con la que buscan asegurarse una buena cantidad de dólares en el estado de la Florida, lugar muy ejemplar en donde se practica la más pura de las tolerancias.

Si yo considero que el narcotraficante es una persona que hace daño a la sociedad, y que por tanto es una de las causas eficientes de la escalada de violencia y corrupción que vive nuestra sociedad, por razones de idoneidad moral no puedo suscribir contratos con uno de ellos, ni lucrarme con su dinero. Si lo hago, debo dejar entonces de oponerme al narcotráfico, y abogar por ellos, pues sería una antinomia estar en contra de ellos y recibir dinero proveniente del comercio ilegal de las drogas.

Lo que quiero decir con esto es que Mendoza y Miranda son unos inmorales y sinvergüenzas, sin la menor coherencia ética entre su discurso y sus acciones. Si ellos creen que este Gobierno ha hambreado al pueblo, empobrecido a la sociedad, dilapidado los recursos nacionales, cercena las libertades civiles y tiene al país sumido en una dictadura (sobre lo cual tienen total derecho a pensar así, pues son venezolanos, más allá de que no compartamos su visión) no han debido contratar con ese Gobierno represor según sus creencias, pues si ello fuere así ellos se convertirían en cómplices.

Según ellos el Gobierno es malo, acaba con el país, pero no les importa mientras ellos reciban su parte de la tajada. Qué tengan más coherencia con las cosas que dicen y piensan, los asuntos públicos deben ser tratados con seriedad, moralidad, y compromiso. La política no es tomarse fotos para salir bonitos con la bandera, no es farándula. Como ellos son todos los que quieren sustituir a la Revolución ¿valen la pena? ¿es conveniente que lleguen al Poder? ¿son mejores que los actuales? En mi opinión no.

Cuenta la tradición romana cristiana que cuando San Pedro huía de la persecución a los cristianos del Imperio en la ciudad de Roma, éste se encontró a Jesús quien caminaba en dirección a la Ciudad Eterna. Pedro le preguntó a Jesús “Quo vadis, domine?” (¿A dónde vas, señor?) Y éste le respondió algo así como “a Roma para que me crucifiquen otra vez, pues me niegas nuevamente al huir de ella”. Pedro comprendió su misión y volvió inmediatamente a Roma a padecer el martirio por causa del mensaje de Jesús y como líder de la comunidad cristiana de Roma.

Hoy día, si es más importante defender a dos contrarrevolucionarios que se aparecen frente a nosotros como un producto exitoso del capitalismo y de la industria del entretenimiento, industria que hoy es el moderno “Opium des Volkes” , lo que al fin y al cabo sería legitimar las acciones de la industria del entretenimiento, y ello es más importante que defender nuestra dignidad, independencia y la memoria de todos los caídos a causa de la guarimba, debemos preguntarnos “Quo vadimus hodie, domine?” (¿A dónde vamos hoy, Señor?). No creo necesario que Chávez, quien ya cumplió ejemplarmente su función, deba aparecer para hacernos comprender cuál es nuestro deber de, como se dice en el fútbol, “dejarlo todo en la cancha”, de dar nuestros mayores esfuerzos por la consolidación de la Revolución y apartarnos cada vez más de la derecha.

*Ciudadano venezolano.


tomasmolinerobolivar18@gmail.com


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