Aportes a la construcción de una Política de Desarrollo Rural Integral Socialista en Venezuela

APORTES A LA CONSTRUCCIÓN DE UNA POLÍTICA DE DESARROLLO RURAL INTEGRAL SOCIALISTA EN VENEZUELA

Rafael Enciso, Economista Investigador

Caracas, octubre 21 de 2014

Sólo desarrollando el sector rural de manera integral, con el buen vivir de su población y generación de conciencia socialista y capacidad productiva sostenible, -lo cual requiere una nueva forma de relación democrática y de complementariedad entre lo urbano y lo rural-, podremos producir los alimentos y las materias primas que hagan posible que TODA LA POBLACIÓN de Venezuela (urbana y rural) sea Independiente y Soberana, y que podamos construir el Socialismo Bolivariano del Siglo XXI.

  1. La dinámica histórica generada por la invasión militar y cultural europea a lo que hoy es América Latina hace un poco más de 500 años, con la implantación del colonialismo y luego del capitalismo dependiente, convirtieron durante el siglo XX a Venezuela, en un país rentista, exportador de materias primas, -petróleo en primer lugar-, e importador de alimentos y productos manufacturados por los países capitalistas industrializados.
  2. Esto determinó el surgimiento de ciudades y puertos en la zona norte costera y la concentración allí de la mayoría de la población, con el surgimiento de actividades orientadas a la prestación de servicios y construcción de infraestructuras para la exportación e importación de productos, y el despoblamiento de la mayor parte del país: la cuenca del Orinoco-Apure, en donde se ubican las más importantes fuentes de agua dulce, las fuentes productoras de energía eléctrica y las mayores potencialidades productivas, incluidos los alimentos.  
  3. Los gobiernos oligárquicos de la IV República, se asociaron de manera subordinada a los monopolios imperialistas y sus gobiernos, para saquear los recursos naturales del país y percibir una porción de la renta petrolera, con lo cual pudieron acumular capital y vivir de manera privilegiada, explotando al resto de la población e importando la mayoría de los bienes manufacturados y los alimentos: de alta calidad para ellos, y de mediana y baja calidad para el resto de la población.
  4. En la dinámica de la configuración de la división internacional capitalista del trabajo, resultó para los gobiernos oligárquicos, más fácil y menos costoso desde el punto de vista económico, importar los alimentos que producirlos.
  5. Los productores agrícolas venezolanos, no podían, ni aún pueden en muchos casos, competir con la calidad y precios de los productos y alimentos importados, producidos por tecnologías de punta y con enormes subsidios de los gobiernos de los países industrializados, en primer lugar Estados Unidos. De esta manera sus posibilidades de producir para generar ingresos para una vida digna fueron cada vez menores.  La quiebra de los campesinos y productores rurales se aceleró durante la segunda mitad del siglo XX.
  6. Los gobiernos de la oligarquía no estaban interesados en invertir una parte significativa de la renta petrolera, en la creación de condiciones favorables, tanto materiales como culturales, que permitieran una vida digna y gratificante para la población rural, ni en producir alimentos que posibilitaran la soberanía y seguridad alimentaria del país, puesto que esto no les generaba ganancia alguna y aumentaría el nivel cultural de la población pudiendo poner en riesgo su hegemonía política. Si acaso, realizaron algunas inversiones para favorecer las zonas donde tenían o aún tienen sus latifundios (algunos de ellos recuperados por el gobierno bolivariano) y fincas de recreo; y en pocos casos, para beneficiar sus tierras dedicadas a la producción de alimentos y materias primas. El aporte hacia las clases rurales, trabajadoras y pobres, siempre fue en la modalidad de beneficencia social y regalías que profundizaban el dominio de las élites dominantes, de la clase burguesa, por medio del clientelismo político.
  7. Los desequilibrios y desigualdades territoriales, entre el campo y la ciudad, entre lo urbano y lo rural, entre los productores agrícolas y consumidores urbanos, se hicieron inmensos: pobreza para el campo y los campesinos; concentración de la riqueza en manos de la burguesía y concentración de la población en las ciudades; en las que a su vez se configuraron sectores y urbanizaciones ricas por una parte, y barrios marginales por otra.
  8. Los habitantes del campo debieron abandonarlo y migrar a las ciudades en busca de sobrevivencia y mejores condiciones de vida. Tuvieron como destino los terrenos de mayor riesgo y marginales, sin interés económico inmediato para la burguesía, en donde configuraron los barrios pobres, o se adicionaron a los ya existentes. 
  9. Las ciudades, surgieron hace unos 8.000 años en el mundo, y hace unos 5.000 años en América. En este continente, la ciudad de Caral en el sur de Perú, es la más antigua de todas las hasta ahora conocidas. Se desarrollaron como centros de intercambio mercantil y se construyeron a costa del saqueo de las riquezas naturales del campo y de la explotación del trabajo esclavo o servil, utilizados para la construcción de edificios e infraestructuras y para el bienestar de sus habitantes, en primer lugar de las elites dominantes.
  10. En el período capitalista, sufrido en Venezuela a lo largo del siglo XX, las ciudades crecieron igualmente a costa de la expropiación de las tierras que ocupaban los indígenas, afro-descendientes y campesinos; y de la explotación de los trabajadores urbanos, peones, obreros, administradores y profesionales.
  11. Las materias primas y alimentos provinieron de los campesinos, pescadores, mineros y productores del campo, a quienes los comerciantes e industriales-comerciantes compraban -y siguen comprando hoy en día-  todo lo que producen a precios irrisorios, para luego comercializarlos sin valor agregado en sus propios mercados; para exportarlos en caso de encontrar mercados internacionales; o para procesarlos en agroindustrias y luego vender los productos finales a precios altos a los habitantes urbanos o rurales, obteniendo enormes ganancias.
  12. Para los campesinos y habitantes rurales la situación es la peor. Tienen que comprarlo todo a precios aún más elevados, puesto que éstos son incrementados con los costos del transporte.
  13. En resumen, la energía en todas sus manifestaciones, es succionada del campo y trasladada a las ciudades, en detrimento de la naturaleza y de la población rural; y en favor de la ganancia y acumulación de las elites dominantes, generando riqueza para unos pocos y pobreza y miseria para la mayoría.
  14. Para construir el Socialismo es indispensable reestructurar las relaciones entre el campo y la ciudad. Para esto se requiere conocer y comprender a fondo cómo es la dinámica de la explotación capitalista en la relación entre lo urbano y lo rural, entre explotadores y explotados. Es necesario conocer y utilizar la economía política marxista con sentido transformador.
  15. Debemos comprender que sólo desarrollando el sector rural de manera integral, con el buen vivir de su población y generación de conciencia socialista y capacidad productiva sostenible, lo cual requiere generar una organización popular basada en el equilibrio humano-ambiente, una relación democrática y de complementariedad entre lo urbano y lo rural, gestión socialista de las cadenas y redes socio-productivas integrales de financiamiento, producción, distribución, intercambio y consumo, con participación de los productores sobre el destino y uso de los productos y excedentes (intercambio valor-energía); podremos producir los alimentos y las materias primas que hagan posible que TODA LA POBLACIÓN de Venezuela (urbana y rural) sea Independiente y Soberana, y que podamos construir el socialismo bolivariano del siglo XXI. Solo con una estrategia que permita el Desarrollo Rural Integral, podremos alcanzar los cinco objetivos históricos del Programa de la Patria 2013-2019.
  16. Se requiere aplicar al sector rural de nuestro país, un concepto de desarrollo del Socialismo Bolivariano coherente con la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, la doctrina bolivariana y los valores y principios socialistas, que sean síntesis de la teoría y práctica de la lucha por el socialismo en el mundo.
  17. Definir con precisión qué se entiende por sector rural. Establecer cuál es la relación y el aporte actual y potencial del sector rural al conjunto del país y a su proceso de desarrollo socialista bolivariano y cual es y debe ser el aporte del sector urbano al sector rural (intercambios energéticos).
  18. Examinar la interrelación del MPPAT con los demás ministerios y sus políticas, que en algunos casos, de acuerdo a la forma como se aplican, son contradictorias, produciendo resultados negativos para el país y su proceso de desarrollo integral, con efectos especialmente nocivos para el sector rural. Por ejemplo, la importación de alimentos, en condiciones que constriñen el desarrollo de la producción agrícola y agroindustrial nacional. ¿Cuál es la política que permite resolver la contradicción entre importación y producción a favor del desarrollo nacional? ¿Existe o hay que elaborarla?
  19. Analizar la distribución nacional de la renta petrolera y sus efectos sobre el sector rural.
  20. Analizar los efectos del control de cambios, procedimientos para aprobar importaciones, sujetos beneficiarios, contrabando de extracción de alimentos hacia Colombia, Brasil y otros países del Caribe; efectos sobre el sector rural. Propuestas para corregir problemas detectados y sus consecuencias.
  21. Analizar los efectos de los altos salarios pagados por PDVSA en el sector rural, que desestimulan el trabajo productivo agrícola. ¿Cómo resolver ese problema?
  22. Analizar el efecto del clientelismo político de las alcaldías, que en muchos casos es el mayor empleador de los municipios,  y su efecto sobre el sector rural. ¿Cómo desarrollar una economía productiva y diversificada, focalizada en el sector rural?
  23. El sector rural y sus personificaciones sociales organizadas, campesinos, pescadores, mineros, etc., no deben producir para un mercado impersonal, controlado por intermediarios capitalistas; sino para personas y grupos sociales concretos organizados en un sistema económico comunal, tanto rural como urbano, articulado de manera sistémica.
  24. El modelo de gestión que se ha venido aplicando en las fábricas y empresas agroindustriales del Estado, es estatista, por lo que las decisiones fundamentales son tomadas por los funcionarios públicos, sin participación de los productores de materias primas y alimentos. Esto significa que estos se mantienen alienados, pues no pueden ejercer el control sobre sus condiciones materiales y culturales de existencia y reproducción social. Otro tanto ocurre con los trabajadores de las plantas de procesamiento agroindustrial y de las fábricas establecidas en el sector rural.
  25. Los precios y condiciones de compra de su trabajo y producción no pueden corresponder con sus necesidades materiales y culturales, objetivas y subjetivas.
  26. Por lo tanto, los productores rurales no pueden vivir dignamente de su relación con estas empresas, ni pueden sentirlas como propias; tampoco pueden estar dispuestas a defenderlas. En las condiciones nacionales e internacionales en que transcurre la revolución bolivariana y su perspectiva socialista, esto resulta nefasto. Los territorios de la Patria solo podrán ser defendidos con la participación consciente y activa de los habitantes del sector rural.
  27. Cambiar esta situación, implica aplicar un modelo de gestión socialista que incorpore en las decisiones fundamentales de empresas y cadenas socio-productivas, a los productores de materias primas, a los trabajadores de las fábricas, a los consumidores y habitantes de los territorios, y a los representantes del Estado en sus diversos niveles: nacional, regional y local.
  28. Implica también que la planeación del desarrollo en los diversos territorios y su defensa integral, así como la distribución de los recursos de que dispone el Estado, entre ellos los provenientes de la renta petrolera, se haga con la participación democrática y protagónica de estos mismos sectores.
  29. Implica que la elaboración de las políticas públicas del Estado nacional  (a través de sus diversos ministerios), de las gobernaciones y alcaldías, se haga con la participación protagónica del pueblo organizado: del Poder Popular.
  30. El Desarrollo Rural Integral debe abarcar todas las dinámicas en que se desenvuelve la vida de sus habitantes: política, cultural, económico-productiva, social, ambiental, territorial, histórica e internacional, teniendo en cuenta siempre la necesaria existencia de las cinco infraestructuras territoriales en las cuales se apoyan: el agua, la energía, los transportes, las comunicaciones y los asentamientos humanos (patrón espacial de organización y su equipamiento) (Pacheco, José Luis, Modelo Territorial, 2012).
  31. Uno de los potenciales del desarrollo rural integral es el turismo político-cultural y el agro-ecoturismo, por medio del cual la población de Venezuela, en primer lugar los jóvenes y estudiantes podrán conocer su país, sus territorios y cultura. Con apoyo del Ministerio de Agricultura y Tierras, en especial del Viceministerio de Desarrollo Rural y en convenio con los ministerios de educación, de educación universitaria y de Turismo, se puede organizar que cada año, en los períodos vacacionales, los estudiantes y profesores visiten y recorran una región natural del país y establezcan relaciones de intercambio con sus habitantes y cultura. Por ejemplo: el primer año, los llanos; el segundo año, los Andes; el tercer año, la Zona Norte Costera; el cuarto año, la Amazonia; el quinto año, la Orinoquia-Gran Sabana. Esta movilización anual de millones de estudiantes y profesores, puede ser fuente de gran enriquecimiento humano y cultural, de esparcimiento, recreación y  aprendizaje y puede dinamizar actividades productivas y culturales.
  32. Nadie puede amar lo que no conoce, nadie puede defender lo que no ama. Debemos ayudar a que nuestro pueblo conozca su territorio, sus habitantes y culturas, para que los ame y los defienda. 


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Rafael Enciso

Economista Investigador

 saberytrabajo1955@gmail.com

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