Entre fanáticos y "revolucionarios cool" se cuela la restauración

Hay una consigna repetida mil veces en estos años de revolución en Venezuela: nadie tiene la formula para establecer el socialismo.

Dicha consigna ha sido el justificativo de muchos para pretender hacer cualquier disparate en nombre del socialismo. Aquel "inventamos o erramos" de Simón Rodriguez ha sido esgrimido por falsos revolucionarios para justificar lo injustificable, un híbrido político entre dos factores inmiscibles históricamente.

La mente de muchos de los que hoy dirigen a nuestra vapuleada revolución fue formada en su mayoría en universidades anti-socialistas. No puede parir otra cosa que lo que les enseñaron: capitalismo. Ellos en su ilusión creen fielmente que el mercado es una especie de elemento neutro que obedece a la voluntad de sus rectores. Así piensan porque así les enseñaron. De allí es que se origina ese oxímoron del socialismo de mercados y mas aún, con la participación de "empresarios honestos".

Lo he dicho hasta el cansancio: esta mentalidad, reinante actualmente en nuestra revolución, jamás nos llevara al socialismo. No pueden entender que este híbrido genera la peor y mas agresiva conciencia capitalista y los efectos se sienten hoy día. El pueblo venezolano ha caído en una insaciable necesidad de consumo, en una vorágine de excentricidades que busca calmar a toda costa comprando y comprando objetos generalmente inútiles. Esto ha preparado un terreno fértil para la rapiña mercantil y el avispado mercachifle cada día arrima un pelo mas la empalizada de precios.

La revolución se sabe en crisis. El alto gobierno observa consternado la desconexión entre sus iniciativas y la población que antes le seguía ávidamente.
No puede entender como la masa se divorcia de su propuesta y en cambio le exige cada vez mas y mas beneficio material. Ha estimulado a un monstruo que amenaza con devorar a su creador.

Su idea de "revolución amplia" donde hay cabida para los eternos enemigos del socialismo, sencillamente hace aguas ante sus ojos atónitos. No puede entender como es que su propuesta de "socialismo para todos" incluida la propia burguesía mas allá de calar en el alma popular, es abusada y distorsionada en la praxis por la oposición y lo peor: por el pueblo llano que abandonó desde hace rato sus metas mas gloriosas por asegurarse una buena tajada de la "onda especulativa".

El capitalismo y sus operadores políticos ven el desorden y aprovechan para atacar desde varios flancos al proceso. Atacan la economía, atacan la política, sin pausa, sin misericordia. Van minando poco a poco. Asesinan selectivamente. Crean el caos.
Los seguidores de la revolución están consternados también. Cuestionan, preguntan, exigen respuestas.

Un grupo de ellos, catalogados como "utópicos trasnochados" defiende la tesis del socialismo del Che Guevara, el socialismo por la calle del medio. Este segmento es el remanente de todos aquellos que siguen creyendo en el socialismo proletario, el liberador. Exponen frecuentemente su desacuerdo con el gobierno y formulan duras críticas a su reciente tendencia. Son el blanco favorito de Tirios y Troyanos, de la derecha y de un grupo que apoya al gobierno al cual he denominado "revolucionarios cool", un grupete que no quiere trascender realmente al capitalismo y en cambio busca adecentarlo, convencido de que no es posible superarlo.

Para estos " revolucionarios cool", el socialismo es sinónimo de comodidad para todos, de veleidades para todos, de comercio "justo", de empresarios "nobles y honestos". Están rebosantes de ideas como "todos merecemos ir a DisneyWorld y no solo los ricachones". No entienden la dinámica capitalista porque fueron formados bajo sus valores. No entienden donde esta el robo capitalista y menos la necesidad de superar al "dios mercado" para llegar al socialismo.

Otro grupo es el "fanático", ese que no le ve el mas mínimo error al gobierno y al funcionariado. Basta que lleve franela roja para que goce de su simpatía. Gustan de amenazar a todo aquel que no manifieste su lealtad absoluta a la directiva del PSUV y tildan de infiltrado a quien ose disentir de alguna medida tomada por el presidente. Están estancados mentalmente en el año 2006 y aun creen que somos invencibles. Son presa fácil de los "revolucionarios cool" que abundan en las instituciones del estado y en los medios de comunicación oficiales. Creen cada punto y pausa de todo lo que digan en VTV . en fin, son energía pura, desprovista de pensamiento.

A esta gente, a los fanáticos y "cools" le queda grande en la boca la palabra "revolución". No la entienden porque nunca entendieron a Chávez. No saben de que se trata una revolución y así es imposible que, como dirigentes, logren encaminar este proceso al socialismo que necesitamos.

Lamentablemente, el tiempo se agotó y el cascarón de lo que alguna vez fue una pujante revolución, la que encaminó a todo el continente de la mano del comandante, larga pedazos cada día ante la tristeza de quienes nos quedamos esperando la ansiada y ancestral emancipación obrera. Parece que las palabras de Bolívar en Santa Marta se nos olvidaron, tal cual las de Chávez aquel 8 de Diciembre.

Igual que aquella vez que el pueblo rechazó a Bolívar y pasando por la vez que nos dejamos meter gol por los adecos de Betancourt en 1958, los venezolanos volvimos a desbaratar con los pies el producto de nuestras manos.


bombolonmp4@gmail.com


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